Es la elastografía, que se realiza en forma no invasiva, de modo similar a una ecografía
Por Sebastián A. Ríos LA NACION
Diagnosticar y evaluar la evolución de las enfermedades hepáticas crónicas en forma no invasiva es posible a través de la llamada elastografía, un estudio que se realiza en forma similar a una ecografía. De esa manera se evitan las biopsias hepáticas, así como las molestias y el riesgo de complicaciones que éstas suponen.
Por Sebastián A. Ríos LA NACION
Diagnosticar y evaluar la evolución de las enfermedades hepáticas crónicas en forma no invasiva es posible a través de la llamada elastografía, un estudio que se realiza en forma similar a una ecografía. De esa manera se evitan las biopsias hepáticas, así como las molestias y el riesgo de complicaciones que éstas suponen.
Días atrás, el Hospital Italiano de Buenos Aires puso en funcionamiento un FibroScan -el primero de América del Sur-, el aparato que permite realizar las elastografías hepáticas, cuyo costo es de 80.000 euros. "Es un equipo de diagnóstico no invasivo de gran utilidad en las enfermedades crónicas del hígado. Lo que detecta y cuantifica es la fibrosis hepática, que es un dato de enorme valor en el seguimiento del paciente con enfermedades como las hepatitis A, B o C crónicas, la hepatitis autoinmune o la esteatohepatitis", dijo el doctor Adrián Gadano, jefe de la Sección Hepatología del citado hospital.
La fibrosis o cicatrices que se forman en el hígado de las personas con afecciones hepáticas crónicas, al acumularse, van minando el funcionamiento de ese órgano hasta llegar a la cirrosis. "En el paciente con hepatitis crónica, las complicaciones llegan con la cirrosis, que se va instalando de forma asintomática -agregó Gadano-. Por eso es muy importante poder diagnosticarla, cuantificarla y seguirla, para ver cómo evoluciona." Conocer el grado de gravedad de la fibrosis permite tomar decisiones terapéuticas. "Nos permite tomar conductas en pacientes con enfermedades hepáticas crónicas, que representan aproximadamente el 50% de los que vemos en el consultorio del hepatólogo", comentó Gadano.
El FibroScan es una especie de ecógrafo sofisticado, en el que el transductor se coloca sobre el abdomen del paciente, a la altura del hígado. "El equipo envía ondas, luego las recibe y de acuerdo con la velocidad de la onda se estima la dureza y el grado de fibrosis", explicó Gadano.
Durante la realización del estudio, que insume unos 10 a 20 minutos, y que no requiere más preparación que unas dos horas de ayuno, el operador realiza unos 10 "disparos", cuyos resultados son analizados por un software que da como resultado un número. Si éste es menor que 10 se está frente a un hígado sano; por arriba de 40, cirrosis, y en el medio se encuentran los distintos estadios de la fibrosis. "Uno puede comparar ese número con resultados anteriores del mismo paciente -comentó Gadano-. Por otro lado, en la biopsia uno analiza una parte en 20.000 de lo que es el hígado y por eso puede haber errores de muestra. La elastografía, por su parte, tiene la expresión mucho más representativa de todo el hígado."
Durante la realización del estudio, que insume unos 10 a 20 minutos, y que no requiere más preparación que unas dos horas de ayuno, el operador realiza unos 10 "disparos", cuyos resultados son analizados por un software que da como resultado un número. Si éste es menor que 10 se está frente a un hígado sano; por arriba de 40, cirrosis, y en el medio se encuentran los distintos estadios de la fibrosis. "Uno puede comparar ese número con resultados anteriores del mismo paciente -comentó Gadano-. Por otro lado, en la biopsia uno analiza una parte en 20.000 de lo que es el hígado y por eso puede haber errores de muestra. La elastografía, por su parte, tiene la expresión mucho más representativa de todo el hígado."
Un dato no menor es que los resultados del estudio se obtienen cuando éste finaliza; no hace falta esperar días o semanas como ocurre con una biopsia. El costo del estudio será similar al de una biopsia, dijo Gadano, que comentó que ya cuenta con una lista de más de 100 pacientes dispuestos a hacer uso del aparato. Un segundo FibroScan ha sido adquirido recientemente por profesionales argentinos, pero funcionará fuera del ámbito hospitalario.
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