Por José Higuera
La reacción de Washington, ante la primera compra de material bélico ruso decidida por el gobierno de Chile, gatilla una falsa histeria en Santiago que tiene más relación con los intereses de elites locales que con la molestia o desilusión de la administración que encabeza el Presidente Barack Obama. Estados Unidos ya es un proveedor privilegiado de material bélico para Chile, incluyendo el suministro de armas de primer orden, en una relación muy estrecha que incluye el apoyo de la Armada chilena al entrenamiento de la marina estadounidense en la lucha contra submarinos convencionales.
La reacción de Washington, ante la primera compra de material bélico ruso decidida por el gobierno de Chile, gatilla una falsa histeria en Santiago que tiene más relación con los intereses de elites locales que con la molestia o desilusión de la administración que encabeza el Presidente Barack Obama. Estados Unidos ya es un proveedor privilegiado de material bélico para Chile, incluyendo el suministro de armas de primer orden, en una relación muy estrecha que incluye el apoyo de la Armada chilena al entrenamiento de la marina estadounidense en la lucha contra submarinos convencionales.
El gobierno estadounidense, mediante carta firmada por el Secretario de Comercio, Sr. Gary Locke, expresó desilusión ante de la decisión de Chile de adquirir una partida de helicópteros Mil Mi-17 V de manufactura rusa, en lugar de los S-70 Blackhawk ofrecidos por el fabricante estadounidense SIKORSKY, informó en Santiago el diario electrónico EL MOSTRADOR (http://www.elmostrador.cl/) La carta, fechada el 1 de Julio fue entregada al embajador de Chile en Washington, Sr. José Goñi, quien la remitió a Santiago.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile calificó como “delicado” el reclamo estadounidense, y de acuerdo a informaciones recabadas por ENFOQUE ESTRATEGICO, personeros de la diplomacia local han recomendado a la Presidente Michelle Bachelet reconsiderar la decisión. La adquisición de las aeronaves rusas, que venía siendo considerada desde el año 2006, aún no estaría formalizada por faltar la toma de razón por parte de la Contraloría General de la República.
Los cinco Mi-17 V5 que el gobierno de Chile se propone comprar para su fuerza aérea, a un costo en torno a USD 75 millones, serán utilizados en tareas de búsqueda y rescate de largo alcance, enlace y transporte de personal, así como para apoyo de comunidades aisladas y frente a desastres naturales. La opción a favor de los helicópteros rusos no sólo estaría respaldada por una evaluación técnica realizada por las tres ramas de las fuerzas armadas y el Cuerpo de Carabineros (policía nacional militarizada) entre los años 2004 y 2005, sino también por su menor costo.
El Mi-17 V5 es un aparato más versátil que el S-70, dotado de una rampa posterior que permite embarcar y desembarcar con mayor facilidad bultos más grandes y personas, y tiene un precio que es la mitad del valor del helicóptero estadounidense. La información publicada por EL MOSTRADOR menciona intenciones de emplear las aeronaves de manufactura rusa también para tareas de combate contra incendios forestales, pero fuentes cercanas a la FACh señalan la adquisición del equipo necesario para eso no está considerada.
Fuentes del ámbito militar y de la Defensa manifestaron extrañeza por la relevancia dada al reclamo estadounidense, explicando que lo normal es que, cuando se resuelve una licitación para la compra de material, los gobiernos de los países de donde provienen las alternativas descartadas envíen misivas “lamentando” o expresando “desilusión” ante la decisión. “Es algo muy común y frecuente, y si se dieran a conocer todas las cartas y llamadas telefónicas de alto nivel con ese tono que se han recibido en los últimos años, se llenarían libros”, dice una de las fuentes chilenas con acceso a pasillos reservados del Ministerio de Defensa en Santiago,
Otra fuente europea recordó que tanto el Primer Ministro Gordon Brown y el Presidente Silvio Berlusconi enviaron recientemente sendas cartas de reclamo al Presidente estadounidense Barack Obama. En la misiva Brown y Berlusconi pidieron a Obama revertir su decisión de cancelar la comprar el helicóptero italo-británico EH-101 como nueva aeronave de transporte presidencial, advirtiendo que ese paso afectaría las relaciones transatlánticas. En el caso de Chile, cuando debido a la detención del General Augusto Pinochet en Londres la marina decidió descartar la compra de un número de fragatas que negociaba con Londres, no sólo hubo cartas de personeros británicos lamentándolo, sino que el propio Primer Ministro Tony Blair se comunicó personalmente con el entonces Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
Fuentes militares en Chile coinciden en que Estados Unidos es ya un proveedor privilegiado de material bélico a Chile. Las fragatas adquiridas para la Armada en Holanda y Gran Bretaña están dotadas principalmente de armamento estadounidense, como los misiles antibuque Harpoon de BOEING y los misiles antiaéreos de largo alcance SM-1ER Standard. La Fuerza Aérea se ha estandarizado en aviones de combate F-16, incluyendo una partida de 10 aparatos de nueva construcción adquiridos a Estados Unidos a un precio de USD 660 millones. El Ejército ha adquirido un importante número de vehículos y transportes blindados en Estados Unidos.
La Armada está finalizando ahora la compra a Estados Unidos de un buque de apoyo logístico que reemplazará a su único petrolero de flota, en tanto que el Ejército se propone adquirir medios de artillería de origen estadounidense, incluyendo 24 cañones autopropulsados M109 y munición por valor de USD 275 millones. La Fuerza Aérea encargó 12 helicópteros BELL 412 de manufactura estadounidense, que comenzaron a arribar en Chile a principios de este año, y planea adquirir dos aviones cisternas BOEING KC-135 para reabastecimiento de combustible en vuelo y transporte. “Estados Unidos no se puede quejar, porque se les ha comprado y está comprando mucho”, acota la fuente castrense.
Pese a los esfuerzos realizados por los representantes del gobierno y empresas de Rusia desde los años noventa, Chile jamás ha adquirido material bélico de origen ruso. De ahí la importancia que ambas partes le atribuyen a la transacción. Aunque se le esta dando a esta compra el carácter de gesto para afianzar la relación bilateral entre Santiago y Moscú, tras la firma en Abril pasado de un acuerdo de cooperación en áreas de energía, defensa e intercambio comercial, la verdad es que el Mil Mi-17 V fue seleccionado primero bajo consideraciones técnicas y financieras.
La sobre-reacción de los funcionarios diplomáticos chilenos, frente a la carta del Secretario de Comercio Locke, parece estar más ligada al interés de ciertas elites locales –que se se esfuerzas permanente por congraciarse con Washington- que a la gravedad que revestiría la misiva del personero estadounidense. Basta considerar que Colombia, que es probablemente la nación de América del Sur más dependiente de Estados Unidos, recibiendo ayuda militar y económica substancial de este último país, no ha tenido problemas en su relación con Washington, pese a su decisión de comprar un importante número de helicópteros de fabricación rusa del mismo tipo que se propone comprar Chile.
Chile es hoy uno de los aliados más confiables que tiene Estados Unidos en América del Sur. Santiago ha sido la mayor fuente de apoyo para la agenda de seguridad y defensa de Washington para región, incluyendo iniciativas como los ejercicios navales PANAMAX para reforzar la seguridad de la seguridad de la zona del Canal de Panamá frente a amenazas de terrorismo y crimen organizado. También se desarrollan periódicamente los ejercicios navales TEAMWORK SOUTH en costas chilenas –cuya última edición tuvo lugar a fines de Junio pasado- y TEAMWORK NORTH en la costa oeste de los Estados Unidos. Chile también participa desde 1995 en el gran ejercicio multinacional naval RIMPAC, en torno a las islas Hawaii.
Chile también provee un apoyo substancial al entrenamiento de las unidades navales estadounidense en la lucha contra submarinos de propulsión convencional diesel-eléctrica, a través de su participación en el programa de intercambio Iniciativa de Submarinos Diesel-Eléctricos –en Inglés Diesel Electric Submarine Initiative ó DESI- y el envío regular de sus submarinos a participar en los ejercicios SUBDIEX en costas estadounidenses.
DESI y SUBDIEX, que también cuentan con el apoyo de las marinas de Brasil, Colombia y Perú, tienen como objetivo preparar a las tripulaciones estadounidenses para enfrentar la potencial amenaza de los submarinos de propulsión convencional que poseen naciones como Irán y Corea del Norte. En el marco de esta línea de cooperación, el submarino “Simpson” se trasladó hasta Estados en Septiembre del 2007 y Septiembre del 2008, para desarrollar ejercicios en torno a la base naval de San Diego en California.
Ejercicios regulares como PANAMAX, TEAMWORK SOUTH, TEAMWORK NORTH y DESI-SUBDIEX reflejan el alto nivel de cooperación militar existente entre Santiago y Washington, que encuentra su máxima expresión en el ámbito de las marinas, pero que también incluye una intensa agenda de ejercicios aéreos combinados como NEWEN y otros.
Es improbable que la decisión de adquirir una pequeña partida de helicópteros rusos afecte este alto nivel de cooperación o disminuya la importancia que Estados Unidos atribuye a la relación y cooperación con Chile. Ello pese al reclamo del Sr. Locke, que sin duda está más bien dirigido a tranquilizar al fabricante SIKORSKY que a modificar la decisión del gobierno chileno.
Fuente: Enfoque Estratégico
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