sábado, 12 de enero de 2008

Biomasa - Energía del vertedero

El vertedero central de residuos de Gelsenkichen es uno de los mayores de Europa y una pródiga fuente de energía. En el vertedero los residuos orgánicos se fermentan. El biogás producido se utiliza como combustible en una planta de generación combinada de calor y electricidad. Unos 3000 hogares de Gelsenkirchen son abastecidos hoy de corriente desde el vertedero. Ya sean restos de plantas, estiércol o virutas: ninguna otra fuente renovable de energía obtiene energía de residuos y es a la vez tan eficaz y polifacética como la biomasa.


La biomasa, sustancia orgánica renovable de origen animal o vegetal, era la fuente energética más importante para la humanidad y en ella se basaba la actividad manufacturera hasta el inicio de la revolución industrial. Con el uso masivo de combustibles fósiles el aprovechamiento energético de la biomasa fue disminuyendo progresivamente y en la actualidad presenta en el mundo un reparto muy desigual como fuente de energía primaria. Mientras que en los países desarrollados, es la energía renovable más extendida y que más se está potenciando, en multitud de países en vías de desarrollo es la principal fuente de energía primaria lo que provoca, en muchos casos, problemas medioambientales como la deforestacíon, desertización, reducción de la biodiversidad, etc.


No obstante, en los últimos años el panorama energético mundial ha variado notablemente. El elevado coste de los combustibles fósiles y los avances técnicos que han posibilitado la aparición de sistemas de aprovechamiento energético de la biomasa cada vez más eficientes, fiables y limpios, han causado que esta fuente de energía renovable se empiece a considerar por las industrias como una alternativa, total o parcial, a los combustibles fósiles.

La energía de la biomasa proviene en última instancia del sol. Mediante la fotosíntesis el reino vegetal absorbe y almacena una parte de la energía solar que llega a la tierra; las células vegetales utilizan la radiación solar para formar sustancias orgánicas a partir de sustancias simples y del CO2 presente en el aire. El reino animal incorpora, transforma y modifica dicha energía. En este proceso de transformación de la materia orgánica se generan subproductos que no tienen valor para la cadena nutritiva o no sirven para la fabricación de productos de mercado, pero que pueden utilizarse como combustible en diferentes aprovechamientos energéticos.

Tipos de biomasa
Existen diferentes tipos o fuentes de biomasa que pueden ser utilizados para suministrar la demanda de energía de una instalación, una de las clasificaciones más generalmente aceptada es la siguiente:

- Biomasa natural: es la que se produce espontáneamente en la naturaleza sin ningún tipo de intervención humana. Los recursos generados en las podas naturales de un bosque constituyen un ejemplo de este tipo de biomasa. La utilización de estos recursos requiere de la gestión de su adquisición y transporte hasta la empresa lo que puede provocar que su uso sea inviable económicamente.

- Biomasa residual seca: se incluyen en este grupo los subproductos sólidos no utilizados en las actividades agrícolas, en las forestales y en los procesos de las industrias agroalimentarias y de transformación de la madera y que, por tanto, son considerados residuos. Este es el grupo que en la actualidad presenta un mayor interés desde el punto de vista del aprovechamiento industrial. Algunos ejemplos de este tipo de biomasa son la cáscara de almendra, el orujillo, las podas de frutales, el serrin, etc.

- Biomasa residual húmeda: son los vertidos denominados biodegradables: las aguas residuales urbanas e industriales y los residuos ganaderos (principalmente purines).

- Cultivos energéticos: son cultivos realizados con la única finalidad de producir biomasa transformable en combustible. Algunos ejemplos son el cardo (cynara cardunculus), el girasol cuando se destina a la producción de biocarburantes, el miscanto, etc.

- Biocarburantes: aunque su origen se encuentra en la transformación tanto de la biomasa residual húmeda (por ejemplo reciclado de aceites) como de la biomasa residual seca rica en azúcares (trigo, maíz, etc.) o en los cultivos energéticos (colza, girasol, pataca, etc.), por sus especiales características y usos finales este tipo de biomasa exige una clasificación distinta de las anteriores.

Sus aplicaciones son diversas: generación de energía térmica, energía eléctrica y mecánica.
Calderas de biomasa: una revolución silenciosa
En el plazo de los últimos 20 años, las calderas de biomasa han experimentado un avance considerable desde los caducos sistemas manuales, humeantes, hasta los dispositivos automáticos de alta tecnología.
Las calderas modernas queman biomasa de alta calidad como astillas de madera, pellets o residuos agrícolas y agroindustriales uniformes, sin humos y con emisiones comparables a los sistemas modernos de gasoil y gas. La mayor ventaja de los sistemas de biomasa se encuentra en el balance neutro de sus emisiones de CO2.

El estado actual de desarrollo tecnológico de estas calderas permite que la limpieza de las superficies de intercambio y la extracción de cenizas sean automáticas. Estos sistemas de calefacción arrancan y paran según la demanda, comunican incidentes y actúan en consecuencia por control remoto y se adaptan a cualquier sistema de gestión. También se pueden combinar fácilmente con sistemas de energía solar térmica.

Una caldera contaminante, ineficiente y difícil de manejar no contentará a ninguna comunidad o familia en cuya casa se instale, aunque sea barata. Como mínimo, las especificaciones de cualquier caldera de biomasa de alta calidad deben ser las siguientes:
- Rendimiento mayor del 85%
- Emisiones de CO menores de 200 mg/m³ y de partículas menores de 150 mg/m³ a carga completa y al 50% de carga
- Sistema automático de limpieza de los intercambiadores de calor y de extracción de cenizas
- Control remoto de la caldera por el fabricante o instalador
- Alta fiabilidad y fácil operación y mantenimiento confirmado por expertos, fabricantes e instaladores en proyectos similares, aunque nunca una instalación es igual a otra dado que en los parámetros basados en su proyecto y diseño nunca coinciden y las apariencias engañan

Con la biomasa es posible producir combustible, calor y electricidad. No sólo los residuos, sino también materiales orgánicos cultivables y renovables, como la madera, la remolacha, la colza o la caña son excelentes portadores de energía. A diferencia del petróleo y el gas natural, la biomasa reduce la emisión de gases de invernadero, está siempre a disposición y no depende ni del viento ni del tiempo.

La biomasa está en auge: sólo en 2005 se construyeron en Alemania 800 nuevas plantas de biomasa. En 2005, la biomasa generó casi 10000 millones de kilovatios hora: 4000 millones más que un año antes. La participación de la biomasa en el suministro energético sigue creciendo: según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, a largo plazo el 10 por ciento del total de la energía generada y el 20 por ciento del calor para calefacción serán producidos en Alemania con biomasa.

Fuente: Zona Militar

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