El ministerio de Defensa que conduce Oscar Aguad se encuentra embarcado en una de las mayores compras de su historia reciente: la adquisición de cuatro buques patrulleros oceánicos (BPO) que, de comprarse a Francia, costarían más de 350 millones de euros (unos 7.800 millones de pesos).
Las negociaciones, que comenzaron a inicios de 2016, estuvieron a punto de cerrarse, según coincidieron en revelar a gacetamercantil.com dos fuentes oficiales. Sin embargo, la negativa del presidente francés Emmanuel Macron a avalar el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, en enero pasado, habría interpuesto un escollo inesperado para los intereses de los negociadores galos, que pensaban ya que la operación estaba felizmente concluida.
El viaje del presidente Mauricio Macri a París no solucionó el tema de fondo y la venta sigue aún hoy sin oficializarse, por lo que han subido las acciones de un competidor español: el astillero Gondan (www.gondan.com), una empresa mediana con amplia experiencia en barcos de tecnología de avanzada que puede fabricar un modelo equivalente al de Francia pero con una serie de ventajas: la primera es el precio, dado que el grupo hispano produce directamente los BPO, mientras que el ministerio galo de Defensa no los fabrica en su complejo industrial sino que subcontrata un astillero privado francés, con lo cual la operación sería aún más lenta y costosa y genera un valor de venta final más alto. El precio, algo que a Macri le preocupa siempre, es de unos 100 millones de euros menos en el caso del astillero . La segunda conveniencia tiene que ver con las condiciones de pago, que son mejores en el caso de Gondan, con un préstamo blando incluido. Y la tercera, es que los españoles ofrecen como alternativa la posibilidad de armar dos de los cuatro patrulleros en un astillero argentino, que podría ser Tandanor, en el puerto de Buenos Aires, o el de Río Santiago, en La Plata.
Esto es definitivamente lo que podría inclinar la balanza a favor del astillero español, porque Macri es especialmente sensible, en este momento, a las iniciativas que en lugar de destruir puestos de trabajo los generen. No hace falta recordar que en apenas 18 meses el presidente se jugará su reelección.
Los negociadores provenientes de España vienen de atrás, pero algunas carreras se ganan de ese modo. Los franceses contaron desde el comienzo del gobierno de Macri con un importante “sponsor”: el ex viceministro de Defensa radical Angel Tello, quien desde hace mucho mantiene fluidos contactos con los fabricantes de armas galos. Tello es un histórico cuadro de las huestes de Enrique “Coti” Nosiglia, el "capo" de la UCR Capital que mantiene una muy cercana relación con el Presidente desde que este asumió, en diciembre de 2015. Odiado públicamente por la diputada y jefa de la Coalición Cívica Elisa Carrió, Nosiglia puso a todos los ministros radicales en el gobierno. Y está detrás de una serie de negocios con el otro “demonio“ de Cambiemos, Daniel Angelici, siempre según la visión de la volcánica “Lilita“.
Fue Tello el que le acercó la oferta francesa a quien entonces era su jefe formal, el ministro Julio Martínez, pero antes Nosiglia ya se la había comentado a Macri. De inmediato comenzaron las negociaciones, con varias visitas de funcionarios y marinos argentinos a Francia.
Pero el diablo metería la cola. La infausta desaparición del submarino ARA “San Juan”, el 15 de noviembre del año pasado, cambiaría muchas cosas. Y no todas para bien. La fundamental sería la relación de Macri con Aguad y con la luego desplazada cúpula de la Armada.
La semana pasada, el premier español, Mariano Rajoy, viajó a Buenos Aires para relanzar la relación bilateral, congelada tras doce años de gestión kirchnerista en la que, entre otras lindezas, tuvo lugar la confiscación de YPF, hasta 2012 en manos de Repsol. La sintonía política entre Macri y Rajoy fue evidente, y fue esa cercanía ideológica la que usaron ambos para sostener un nuevo discurso, con eje en el vínculo histórico entre Buenos Aires y Madrid. Nada novedoso.
Para evitar el más mínimo ruido, nada dijeron -y nadie les preguntó- sobre el conflicto desatado con la subsidiaria local de Telefónica de España por la autorización de la fusión entre Telecom y el Grupo Clarín, que permitió que comenzaran a jugar la guerra del cuádruple play un año antes que los españoles.
Rajoy viajó a Argentina con la plana mayor del empresariado español, la mayoría de cuyos directivos se mostraron encantados con Macri y con la perspectiva de su reelección, lo que les permite ver un horizonte de mediano plazo para sus eventuales negocios.
Lo que no se sabía hasta ahora era que Rajoy, entre varias otras iniciativas, puso sobre la mesa la oferta de los buques patrulleros. Los españoles lograron con esta movida recuperar el terreno perdido frente a los franceses.
Un dato, no menor, sobre la competencia entre hispanos y galos: el astillero español ha superado al francés -Piriou (www.piriou.com)- en el equipamiento de los patrulleros ofrecidos -que es un modelo que ya opera en las costas de Kenia combatiendo la piratería-, ya que incluyen un sistema de propulsión híbrido que reduce el consumo de combustible y consecuentemente los costos de operación para la Armada. Todo esto a un precio que sigue siendo mucho más bajo que la oferta francesa.
Pero la compra de las patrulleros oceánicos a Francia es la condición para que París avale el acuerdo entre la UE y el Mercosur, tal como puede verse en el video subido a YouTube hace una semana, precisamente mientras Rajoy visitaba Buenos Aires. Quien lo afirma es el canciller galo, Jean-Yves Le Drian. Quien escucha, atento, es el argentino.
No fuera cuestión que a Macri se le olvidara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.