(La Nación) - Una delegación del Gobierno llega hoy a ese país, con la idea de cerrar el trato antes de fin de año; alimentos, aceites y químicos, los rubros con más potencial; advierten por la competitividad local.
Los autos no serán parte del acuerdo de libre comercio con México. Foto: Archivo.
"No se va a negociar autos, sí todo el resto de las cosas", adelantó a LA NACION una fuente de la delegación, con la condición de no ser identificada. "Además, para autos se acaba de firmar un acuerdo que está vigente", dijo, en referencia al acuerdo que se firmó en 2015 y que rige hasta 2019.
Para muchas otras industrias -no así la automotriz-, México es un mercado casi tan atractivo o más que el de la Unión Europea, con la que se negocia por estos días vía Mercosur. De ahí que a la delegación oficial, integrada por el secretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Horacio Reyser; el secretario de Comercio, Miguel Braun, y el subsecretario de Comercio Exterior, Shunko Rojas, se sumarán representantes de muchas de las principales cámaras empresarias locales: Copal (alimentos y bebidas), Ciara (industria aceitera), CERA (exportadores), CEC (exportadores de cereales), CAC (comercio) y CEPA (procesadoras avícolas).
En la CIRA (agrupa a los grandes importadores) dijeron a LA NACION que no irá nadie en su representación, pero sí viajarán dos socios de la cámara -"la facilitación del comercio es fundamental", declararon-, mientras que en la Sociedad Rural (SRA) explicaron que, si bien no van a participar de este encuentro, "sí se transmitió el interés concreto del sector agroindustrial por el mercado mexicano, que es el principal importador de alimentos de América latina". Y apuntaron: "Entre los productos que se busca incorporar están yogur, quesos, miel, genética bovina (reproductores en pie, semen y embriones), harina de trigo y de maíz, frutas (cítricas y de pepita) y carnes, entre otros".
"México es crucial", definió, por su parte, Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) y vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). "En negociaciones internacionales, la Unión Europea es estratégica, pero es muy compleja por la protección agraria, agrícola y alimentaria. Antes del Nafta [siglas en inglés del Tratado de Libre Comercio de América del Norte], la Argentina exportaba a México más de US$ 400 millones en alimentos, que los perdió con el Nafta. Ahora vamos por eso", explicó.
Marcelo Elizondo, presidente de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), destaca que México ocupa apenas el 22º lugar entre las exportaciones argentinas, con un volumen de ventas en 2016 por US$ 779 millones. Su arancel de importación promedio, en tanto, es de sólo 4,9 por ciento. "Es una economía abierta por sus muchos acuerdos -dice Elizondo-. Pero para la Argentina las trabas de ingreso son mayores, porque no hay un acuerdo de libre comercio".
Las importaciones en México representan el 37,5% del producto bruto interno (PBI), contra el 12% en la Argentina. Sólo el año pasado, dice Elizondo, representaron US$ 386.000 millones, mientras que sus exportaciones sumaron US$ 397.000 millones.
"El acuerdo con México no es casual. Tiene que ver con que ese país tiene una dispensa dentro del Mercosur, que les permite a sus miembros negociar por separado. Brasil ya lo tiene. Además, son economías muy complementarias. Es un gran importador de alimentos; por ejemplo, es el principal importador de leche en polvo del mundo. Veo mucho potencial en la relación bilateral", afirma Elizondo, para quien el tratado representa una gran oportunidad para los sectores de agroalimentos, manufacturados y algunos industriales, como autopartes y químicos.
Claro que, como todo tratado de libre comercio, también tiene sus exigencias. "Que la Argentina se abra va a exigir a las empresas argentinas prepararse para competir. México es una economía muy competitiva y con muchas empresas muy internacionales: el 80% de sus exportaciones van a los Estados Unidos, lo que significa que compite con ese país y prevalece", agrega Elizondo.
La industria automotriz argentina es, por lejos, una de las más reticentes a un acuerdo de libre comercio con México, y de hecho así se lo vienen haciendo saber al Gobierno. Para los empresarios locales del sector, el libre ingreso de vehículos mexicanos al país representaba más que una amenaza. Con costos mucho más bajos que los argentinos y una industria automotriz consolidada -México exporta desde allí a Estados Unidos, entre otros mercados-, muchos advertían sobre la imposibilidad de competir en el corto plazo.
De acuerdo con un informe elaborado por Adefa, la asociación que agrupa a las terminales locales, en la Argentina se producen 18 autos por operario, mientras que en México se producen 40,2 unidades, lo que implica una productividad un 120% superior. Un 0 km en la Argentina, en tanto, cuesta un 60% más que en México, mientras que el salario promedio de un trabajador local es un 85% más alto que el de un par mexicano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.