Japón y Alemania son los gobiernos más afectados por una década de incumplimiento.
2 Los antecedentes fallidos: Desde 2001 en adelante el Gobierno anunció varias veces el inicio “inminente” de negociaciones con el Club de París y hasta la Presidenta Cristina Kirchner firmó un decreto, en septiembre de 2008, disponiendo la “cancelación total” de la deuda con reservas del Banco Central. El último anuncio fue a fines de 2010. Lo hizo también la Presidenta. El entonces ministro de Economía Amado Boudou dijo que se había aceptado iniciar las negociaciones sin la supervisión del FMI y con el pago de la totalidad de la deuda en cuotas. Son antecedentes fallidos, ya que el acuerdo nunca se concretó.
3 Necesario pero insuficiente: El argumento oficial para regularizar la deuda con el Club de París es que servirá para destrabar créditos de los países acreedores y de los organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial, y ayudará a bajar el “riesgo país”. Sin embargo, los analistas financieros que apoyan la regularización de esta deuda admiten que “no es suficiente”. Y enumeran: todavía el acuerdo con Repsol no está cerrado, hay reclamos pendientes en los Tribunales del CIADI, los juicios de los fondos buitres no están saldados, el “cepo” inhibe las inversiones del exterior y los inversionistas se resisten a traer dólares al cambio oficial, cuando la brecha con el paralelo supera más del 60%.
4 Una negociación complicada: Ayer, el ministro Kicillof sólo presentó los “lineamientos básicos” para el inicio de negociaciones, pero no concretó una oferta pese a la expectativa que generó su viaje a París. Se dice que la propuesta consistiría en un pago al contado de U$S 1.500/2.000 millones y un compromiso de pagos semestrales o anuales de hasta 10 años. Trascendió que Argentina quiere que se le aplique la cláusula que figura en los estatutos del Club de París que admite la posibilidad que los pagos del deudor vayan a un fondo que sea utilizado para financiar nuevos préstamos para “proyectos de desarrollo”.
Esta variante se aplicó para algunos países “muy pobres”, pero Argentina no calificaría para recibir este trato. Aun así, primero debería ir haciendo los pagos, con la correspondiente pérdida de reservas, y esperar el desembolso de esos créditos que lleva bastante tiempo. Esa desfase no permitiría “calzar” los pagos con reservas con el ingreso de divisas de nuevos créditos.
5 Un viaje cuestionado: El ministro Kicillof viajó a París a exponer los “lineamientos básicos” para iniciar futuras negociaciones. En el mundillo financiero dicen que los titulares de Economía se reúnen con los acreedores no para iniciar sino para firmar los acuerdos ya alcanzados por los negociadores, en este caso a cargo del embajador ante la Unión Europea, el ex ministro Hernán Lorenzino. De aquí infieren que el acuerdo está “verde” y Kicillof corre el riesgo de los anuncios anteriores que luego no se concretaron. Hoy el ministro dará una conferencia donde se espera que devele estas y otras incógnitas.
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