(La Voz de Rusia) - Los efectivos del Ejército Popular
de China totalizan 2,3 millones, mientras que el Ejército británico,
tan solo 225 000. No obstante, Gran Bretaña, que ya hace tiempo no se
cataloga entre grandes potencias militares, lleva todas las de infligir
una derrota a China, a condición de que el conflicto se produzca a una
distancia igual entre ambos países, manifestó el profesor del británico
Royal United Services Institute (Instituto Real de Servicios Unidos),
Malcolm Chalmers.
Estos
años últimos, el desarrollo de las FFAA de China acapara la atención
del mundo, mientras el Ejército británico atraviesa una interminable
fase de reducciones presupuestarias y numéricas. Ello no obstante, Gran
Bretaña dispone de impresionantes recursos para trasladar sus tropas a
las zonas alejadas del mundo, al tiempo que algunas unidades británicas
por su dotación técnica y nivel de instrucción superan las chinas.
Igual
que antes, Gran Bretaña dispone de mayores posibilidades que China para
emplear fuerza en las zonas alejadas, digamos, en África u Oriente
Próximo. Y no se trata únicamente de la cantidad del material de guerra
que pueda ser rápidamente transportado, sino también de una rica
experiencia de librar acciones de combate en diversas regiones del
planeta que los británicos adquirieron siglos atrás, y ahora la
aprovechan y multiplican.
Pese
a sus minúsculas dimensiones, las FFAA de Gran Bretaña hacen acto de
presencia permanente en diversas regiones y zonas climáticas,
proporcionando el apoyo logístico, manteniendo en buen estado técnico el
material, la salud de los efectivos y en alto la disponibilidad
operacional. Aparte de ello, los británicos poseen una rica experiencia
de combate en estas áreas. A rasgos generales, por su experiencia, nivel
de adiestramiento y disponibilidad para pelear en zonas alejadas del
planeta, con los británicos pueden compararse tan solo los
estadounidenses y, en menor grado, los franceses.
Pese
a los constantes recortes del presupuesto, las posibilidades técnicas
de Gran Bretaña en materia de proyección de poder no tienen nada que
envidiar a las de China. Los buques de guerra de la Royal Navy va
disminuyendo constantemente, y ahora los británicos ni siquiera tienen
un solo portaaviones capaz de cumplir misiones de combate, aunque hacia
2020 se planea construir y entregar a la Armada dos portaaviones del
modelo CVF ("Queen Elizabeth"), capaces de llevar a bordo hasta
cincuenta aeronaves cada uno.
El
único portaaviones chino, de momento, no está en condiciones de cumplir
misiones de combate. Los pilotos de la aviación naval china solo
reciben el adiestramiento indispensable, y transcurrirá basta tiempo
hasta que aprendan a actuar en condiciones complejas. Tomando en
consideración la experiencia atesorada y las posibilidades de contar con
la asistencia técnica de EEUU, los portaaviones británicos estarán
listos mucho antes para actuar en zona alejadas del globo que los dos
barcos chinos, actualmente en proceso de construcción.
Gran
Bretaña dispone de una fuerte aviación de transporte militar, capaz de
cumplir misiones estratégicas: ocho aviones C-17A Globemaster II y
treinta y dos aparatos C-130, incluyendo los novísimos C-130J. Igual que
antes, Gran Bretaña supera a China por el número de submarinos atómicos
multipropósito (seis contra cinco), siendo de señalar que su nivel
técnico y el adiestramiento de las tripulaciones son mucho más altos que
los de los chinos. Tampoco cabe olvidar que Inglaterra es el único país
del mundo que utilizó submarino atómico en combate real, al hundir en
1982 el crucero argentino “General Belgrano”.
Desde
el punto de vista de la presencia económica en zonas alejadas del
mundo, China ya hace tiempo que dejó atrás a Gran Bretaña y Francia,
pero no puede decirse lo mismo en cuanto su capacidad para garantizar la
seguridad de sus ciudadanos y bienes en el extranjero. Londres
participa activamente en la guerra contra el terrorismo, capitaneada por
EEUU, sus unidades militares están presentes no solo en Afganistán,
sino también en Chipre, Oriente Próximo y territorios británicos de
ultramar. Francia ha lanzado una eficaz campaña en Malí, ahora sus
unidades están desplegadas en la República Centroafricana. Por ahora
cuesta trabajo imaginar que los militares chinos sean capaces de
realizar algo parecido.
Al
propio tiempo, es evidente que China no ahorra energías por ampliar la
geografía de su presencia militar.
Los contingentes chinos participan
cada vez más enérgicamente en las misiones de mantenimiento de la paz a
escala mundial. Ya prestaron servicio en otros continentes miles de
militares chinos, y no solo ingenieros y médicos, sino también unidades
de combate.
China incrementa rápidamente el número de sus aviones
militares de transporte, desarrolla su propio avión de transporte
pesado. La Fuerza Aérea china adquiere la experiencia de despliegue en
otros países al participar en maniobras conjuntas con Rusia y Turquía.
En los astilleros del gigante asiáticos se construyen barcos oceánicos. A
menudo, los problemas técnicos se solucionan más expeditamente que los
técnicos u organizativos. Ello no obstante, ya hacia el próximo decenio,
el Ejército de China puede llegar a ser una fuerza de importancia
global.
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