jueves, 18 de julio de 2013

El mundo y la Argentina...

Por Héctor A. Huergo - Diario Clarín

Dos noticias conmovieron al mundo de los agronegocios. La primera fue la venta de la productora de cerdos Smithfield Foods a una distribuidora de alimentos china. La segunda se concretó en Brasil: JBS adquirió la operación avícola de Marfrig.
Dos noticias de extraordinaria envergadura conmovieron al mundo de los agronegocios. La primera, la venta de Smithfield Foods, la mayor empresa dedicada a la producción de cerdos en los Estados Unidos, a Suanghui International Holdings Ltd, la mayor distribuidora de alimentos de la provincia china de Henan. La segunda se concretó en Brasil: allí, JBS adquirió la operación avícola de su competidora, Marfrig.

Las dos operaciones tienen un común denominador: involucran a las proteínas animales, en sus dos rubros más dinámicos, aves y cerdos. En el caso de Smithfield Food, los chinos pagaron 38 dólares por acción, 7.000 millones de dólares. Es la mayor compra de una compañía estadounidense por parte de una china, sin discriminar rubros. Histórico.

Por su parte, JBS pagó por Seara la friolera de 2.750 millones de dólares. Lo interesante es que estos fondos son aportados por el equivalente a nuestra Anses, en lo que implica un claro apoyo del Estado brasileño a la producción y exportación de alimentos.

La cuestión es que entre ambas operaciones, esta semana se transaron compañías de pollos y cerdos por 10.000 millones.

Durante la crisis financiera internacional del 2008, Goldman Sachs, uno de los grandes bancos de inversión de los EE.UU., anunció que iba a invertir de 200 a 300 millones de dólares en la compra de una docena de granjas de cerdos de China. Apenas cinco años después, son los chinos los que adquieren compañías de cerdos de los Estados Unidos.

La mayor empresa gastronómica a nivel mundial es la china Yum, cuyo negocio se basa en dos franquicias emblemáticas del “fast food”: Kentucky Fried Chicken y Pizza Hut. Abre un local cada 19 horas en alguna ciudad de la República Popular China, cuya población atraviesa una incontenible transición dietética.

La avidez por el pollo y el cerdo han convertido al gigante asiático en una aspiradora de insumos para la elaboración de alimentos balanceados. Hace apenas quince años China era exportadora de soja, la leguminosa de origen asiático. Hoy, siguen produciendo 15 millones de toneladas, pero importan cuatro veces esa cifra. Ahora empiezan a importar también maíz. Ya navegan con rumbo a los puertos chinos los primeros cargos del cereal forrajero, cuyo ingreso fue destrabado hace pocos días después de una larga negociación.

Estados Unidos y Brasil pusieron hace tiempo la mira en este mercado gigantesco. El pollo y el cerdo no son más que maíz y soja con valor agregado.

La Argentina, que tiene el mismo potencial, viene mucho más atrás. Hasta ahora, se especializó en proveer los insumos para que más de cien países desarrollen su propia producción de proteínas animales. Una especialización muy plausible, porque se edificó sobre la base de la competitividad tecnológica desde el campo hasta las fábricas en los puertos, potenciados por el dragado y balizamiento de la hidrovía del Paraná.Sin embargo, esta competitividad tecnológica se diluye cuando prevalecen las chicanas o las restricciones que impone el modelo.

Ahora las complicaciones fiscales están generando un atraso creciente en la devolución del IVA, lo que encarece la prefinanciación de exportaciones y erosiona el capital de trabajo de las procesadoras. Estas compañías tienen que pagar el 10,5% de IVA cuando compran la materia prima (soja), y cuando embarcan perciben la devolución. Pero con argucias insostenibles el gobierno escatima los reintegros, acumulando ya una deuda de 600 millones de pesos.

El contraste queda subrayado por gruesos trazos de evidencias. El mundo quiere proteínas animales. La Argentina se especializó en proveer los insumos estratégicos para producirlas. Sin plan alguno, sin medidas de apoyo concretas. Muchas veces, con el lastre de un Estado que, lejos de facilitar el camino, sólo ve al sector como una fuente inagotable de recursos fiscales. Se agota.

1 comentario:

  1. Señor Jorge...: Las políticas aplicadas para el campo, han sido tan funestas que, le hemos abierto mercados a uruguayos, paraguayos, brasileros, etc. Pero ESO SI...MANTIENEN SUS MENTIRAS Y A LOS VAGOS, CON LO QUE PRODUCE EL CAMPO.
    Esta nota "ES PARA ARGENTINA QUE LO MIRA POR TV"
    Desde "EL TURCO" hasta estos...¿Cuándo se aplicará el termino de ALTISIMA TRAICION A LA PATRIA...?
    NINE-Analista

    ResponderEliminar

Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...