Dos días antes de aparecer muerto, el financista anunció que revelaría cómo manejó Kirchner los millones santacruceños con cuentas off shore. Clarín accedió a los documentos.
Los papeles de Ducler revelan la trama oculta de los fondos de Santa Cruz - Aldo Ducler. Foto Enrique García Medina
Aldo Luis Ducler murió en las vísperas. Acababa de denunciar ante el Gobierno a sus clientes más poderosos, los Kirchner, pero no llegó a hacerlo de forma pública, o judicial. El jueves 1 de junio pasado caminaba por donde caminó siempre, la cuadra de la calle Corrientes al 400, cuando todo se terminó.
Fue en esas mismas veredas en las que todo, de alguna manera, también había empezado: en Corrientes 415 piso 6 funcionaba la financiera que el hoy jubilado de setenta y cinco años fundó y llegó a ser un banco, llamada “Mercado Abierto”. Allí donde gozó de la plenitud del éxito económico, siempre ligado al poder, empezó a perder también su vida. Ese jueves algo le pasó, aún no se sabe qué, pero una ambulancia lo llevó al Hospital Argerich, donde falleció.
El 30 de mayo, Ducler había presentado una carta ante la Unidad de Información Financiera (UIF), en la que pedía protección para él y para su familia. A cambio, aseguraba que iba a “colaborar” con “documentación” para que la Justicia revelara la trama desconocida de las estructuras bancarias internacionales que usaron los Kirchner para crear una “asociación ilícita”: Ducler estaba dispuesto a entregar papeles que ayudarían conocer como “los fondos” que recibió Santa Cruz por regalías petrolíferas mal liquidadas en 1993 fueron usados de forma irregular por los K.
Según el denunciante, hoy muerto, los K tomaron control privados de esos 630 millones de dólares del Estado y los desviaron para hacer política, sanear un banco, y después para comprar un paquete de acciones de YPF, a través de la familia Eskenazi. Clarín accedió a parte de la documentación que demuestra que Mercado Abierto efectivamente había manejado los “fondos de Santa Cruz” vía bancos de los Estados Unidos y Suiza.
Ducler dijo que entre los “datos” que podría aportar estaban de los “números de cuenta” algunos de esos bancos que protagonizaron esta trama, aunque los ubicó únicamente en los países ya nombrados y en Luxemburgo.
Clarín accedió a documentación de “Mercado Abierto” donde se encuentran esas especificaciones, y otras más. Parte de esa documentación de Mercado Abierto fue publicada por Clarín en septiembre del 2016. Ahora más de los detalles de esos papeles, antes no mencionados en los artículos de este diario, se reactualizan.
Por ejemplo: a través de documentación de una cuenta del banco Credit Suisse queda explícito que los “fondos de Santa Cruz” también “giraron” por financieras de Holanda, Francia y el Reino Unido, entre otros países.
Según los papeles de “Mercado Abierto”, la financiera de Ducler, la principal cuenta que vehiculizó los millones santacruceños pertenecía al banco Morgan Stanley, ubicado en la calle Eye Street 1775 NW, Suite 200, en Washington, la capital de los Estados Unidos.
El “Financial Advisor” (asesor financiero) que durante meses envió resúmenes de los balances, inversiones, débitos y transacciones realizadas con ese dinero estatal a “Corrientes 415” era una persona identificada como “Masci/Tarr/Atkinson”. El número de esa cuenta (Account Number) del Morgan Stanley era el “642 213721 058”.
Un documento de ese banco enviado a “Mercado Abierto” a fines del mes de diciembre del 2003 (con Kirchner ya en la Presidencia de la Nación), los “Total Custodial Holdings” (o tenencias totales en custodia) ascendían a esa fecha a 549.971.618, 75 dólares.
Otra de las entidades de los Estados Unidos que manejó parte de los “Fondos de Santa Cruz” se llama “Dean Witter Reynolds Inc”. Existen pruebas escritas sobre cómo en 1995 el entonces gerente adscripto del banco de la provincia, el hoy preso por lavado de dinero Lázaro Báez, ordenaba que se hagan transferencias de esa cuenta neoyorquina, con dinero público, a otras pertenecientes a sociedades comerciales privadas con dueños desconocidos.
Ducler había escrito en su carta a la UIF que uno de los bancos que participó de las maniobras para garantizarle a los Kirchner la posibilidad de comprar acciones de YPF vía la familia Eskenazi había sido el Credit Suisse, de Suiza.
Ese banco también hizo operaciones con los millones de dólares que desde el sur del mundo terminaron por dar vueltas por varios bancos europeos. Los “Fondos de Santa Cruz” fueron depositados y usados distintos modos desde la sucursal del Credit Suisse ubicada en la calle Zurich-Paradelplatz, 8070, en la ciudad de Zurich, Suiza.
Por esa cuenta pasaron cientos de millones de dólares que estaban a cargo de un agente de ese banco identificado como “Mr Schoch Frank”. De esos papeles suizos surge, también, que varios millones de dólares de Santa Cruz tuvieron como “depositario” al Rabobank Nederlan, Utrech”, de Holanda.
El de noviembre de 2003, por ejemplo, se produjo una operación de la plata estatal de la hoy quebrada Santa Cruz desde el Credit Suisse al Rabobank holandés. Kirchner era Presidente de la Argentina.
Desde el Credit Suisse se vehiculizó, entre muchas otras más maniobras, una transacción por “US$” por “100,000”, fechada el 10 de julio del 2003. El “Depositary” (depositario) de la plata está identificado como “CSPB Deposit Centre, ST Peter Port”. El “CSPB” es la sigla que corresponde a “Credit Suisse Private Banking.
La localidad de Saint Peter Port es la capital de un distrito del Reino Unido llamado Guernesey. Según Wiklipedia, los habitantes del lugar “reciben el mote de ‘villanos’” en la lengua que se habla en esa zona, el Dgernèsias. También desde el Credit Suisse se transfirieron fondos santacruceños al “Bayerische Landesbank, Paris”. Como siempre, el operador fue “Mr Frank Schoch”.
En su escrito ante la Unidad de Información Financiera (UIF) Ducler aclaró que quería colaborar con la Justicia buscando, un gran objetivo: “hacer caer” una demanda judicial contra la Argentina que se tramita en Estados Unidos vinculada a un reclamo por alrededor de 4 mil millones de dólares.
Es un pleito generado gracias a la “expropiación” del paquete accionario de YPF que perteneció a la familia Eskenazi, una acción impulsada por el propio Gobierno de Cristina Fernández en 2012, en medio de una promocionada gesta destinada -según las declaraciones- a promover la defensa de los intereses nacionales. Pero eso es otra historia, que se cuenta en estas páginas, en una nota aparte.
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