Por Daniel Gallo - LA NACION (Extractado)
En el primer semestre de este año fueron incautados productos valuados en más de $ 290 millones que se trasladaban rumbo a la feria ubicada en Lomas de Zamora
La caída del llamado "rey de La Salada" abrió nuevamente la polémica sobre el funcionamiento de ese inusual predio de ventas. Jorge Castillo y sus principales colaboradores fueron arrestados por extorsionar a puesteros y se los investiga por lavado de dinero. Pero detrás de esa causa aparece la sombra de ilegalidad que rodea siempre a esa feria comercial. El incierto origen de las prendas allí comercializadas es eje de una lucha paralela contra organizaciones que adoptan los métodos del narcotráfico para traficar sus productos. En el Gobierno se apuntó al objetivo de disminuir ese comercio irregular. Y en el primer semestre de este año se decomisó un volumen de contrabando de ropa mayor al incautado durante todo 2016.
Los operativos en las rutas contra la circulación de mercadería ingresada de contrabando sumó este año capturas estimadas en 290 millones de pesos. Durante 2016 se habían confiscado productos valuados en 180 millones de pesos. De todas maneras, ese crecimiento de los decomisos impactó, por ahora, más en las zonas de frontera que en el destino de los cargamentos: La Salada.
Fue incautado anteayer un cargamento de calzado en Ituzaingó, Corrientes. Foto: Gendarmería
"Tratamos de convertir a los bagayeros en importadores que van a tener un límite de importación por día y la mercadería que va a venir va a tener un sello de la AFIP", señaló la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
El problema planteado por quienes obtienen su sustento diario a partir del cruce de mercaderías desde Bolivia es un desafío importante para las economías regionales. Una de las localidades más implicadas en esa forma de vida es la salteña Aguas Blancas. Allí viven 3000 personas y no hay actividad económica más allá del cruce de bultos a través del río Bermejo desde la homónima ciudad boliviana. El paso en balsas no demanda más de tres minutos. Ante la vista de todos circulan los bagayeros. En la mirada oficial poco puede hacerse allí hasta que se logre la radicación de industrias.
Aguas Blancas, Salvador Mazza y Orán forman el triángulo de acopio de las mercaderías que terminarán comercializadas en La Salada. Es la misma zona donde se almacena la mayor parte de la cocaína que ingresa en la Argentina. Las rutas de traficantes de drogas y de contrabandistas de ropa es la misma.
"La mayoría de la ropa y la mercadería viene por Bolivia, y es mercadería china en un 90 por ciento. Esos son los grandes camiones y ómnibus que vienen desde la zona de Orán y nosotros también empezamos a trabajar ahí, poniendo límites a la entrada irregular de mercadería", comentó Bullrich tras los allanamientos en La Salada.
Insólita protesta
Ese endurecimiento del control de mercaderías generó en Salta una protesta insólita: los bagayeros cortaron varias rutas este mes para reclamar el cese de los operativos de la Gendarmería. Para ellos el contrabando es una forma aceptada.
Para el comercio en La Salada y su derivación posterior en las 660 saladitas que operan en la Argentina, según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los decomisos no implican aún un inconveniente mayor. Los secuestros de mercaderías rumbo a la feria ubicada en Lomas de Zamora durante este semestre, récord de decomisos incluido, representan sólo el monto de venta de dos días en La Salada.
Se estima que en las tres zonas autorizadas, denominadas Punta Mogotes (regenteada por Castillo), Urkupiña y Ocean se instalan los lunes, miércoles y jueves unos 30.000 puestos de venta. Cada noche llegan a ese predio unos 600.000 visitantes. El movimiento comercial allí es estimado en los 120 millones de dólares mensuales. De todas maneras, la incautación en las rutas de productos de origen incierto permite visualizar los métodos de las organizaciones que están detrás del negocio.
Uno de los casos más llamativos sobre las rutas del contrabando de mercaderías sucedió este mes en Santa Fe. Un camión fue perseguido durante más de 200 kilómetros por policías y gendarmes. Sólo pudo ser detenido cuando se armó un retén con máquinas viales a la altura de Ceres. El conductor transportaba bultos valuados en unos 30 millones de pesos. Pero los llevaba desde La Salada hacia Jujuy.
Esa situación resultaría anormal en la circulación de cocaína, con un movimiento que siempre desciende desde el lugar de ingreso hacia los mercados locales. Pero el caso de la ropa que hacia el camino inverso hacia Jujuy puede marcar que el gran centro de distribución está en La Salada y que los revendedores no logran abastecerse en otro lugar.
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