Por Mariana Verón | LA NACION
El Centro Cultural Néstor Carlos Kirchner abrirá tras la inauguración de la Presidenta, el próximo 21 de mayo
Sala sinfónica. La nave de la Ballena Azul, en plena construcción en enero pasado. Los técnicos alemanes de la firma Klaiss comenzaron a afinar el órgano tubular a fines de marzo. Foto: Silvana Colombo y C.C. Kirchner
Es la última gran obra del kirchnerismo. El Gobierno apuró en los últimos meses la puesta a punto del Centro Cultural Néstor Carlos Kirchner, en el histórico edificio del Correo Argentino, para que la sala sinfónica que es la joya del lugar quede inaugurada finalmente el próximo 21. Con festejos que durarán varios días, Cristina Kirchner coronará con esta obra y un acto en la Plaza de Mayo el 25, tedeum mediante en Luján, un nuevo aniversario de la llegada del kirchnerismo al poder, que se celebrará con el clásico festival de todos los años en la Casa Rosada y la apertura de un nuevo museo en la ex ESMA.
La inauguración de una parte del Centro Cultural que en el mundo político llaman "el Colón de Cristina" será el plato fuerte de las celebraciones. Se trata de una sala sinfónica con capacidad para 1920 personas en la denominada Ballena Azul, una imponente estructura, con forma, obviamente, de ballena, que está ubicada en el ala industrial del edificio de la avenida Leandro N. Alem. La inauguración no contará con el concierto de Martha Argerich, como estaba previsto, después de que la artista cancelara la presentación cuando se difundieron valores inexactos de lo que cobraría. Se harán distintos espectáculos durante la recorrida que hará ese día la Presidenta.
El lugar cuenta con un órgano de 3500 tubos, fabricado en Alemania por la firma Orgelbau Klaiss, que se armó allí mismo y pesa 35 toneladas, hoy, en pleno proceso de afinación.
El gasto que demandó la obra es un misterio. Se había iniciado en 2006 con un presupuesto de 925.799.107 pesos, aunque extraoficialmente, quienes trabajaron en la restauración sostienen que por lo menos la cifra se duplicó o incluso es mayor a los 2000 millones. El encargado de llevarlo adelante fue el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, arquitecto de profesión. El lugar, terminado en un 80 por ciento, contará, además, con seis auditorios multimedia que se intercalan entre los pisos 4, 5 y 6 (de un total de 9).
El edificio está dividido en dos partes: la histórica y la industrial. En la primera se dedicaron a la restauración, conservando los tres enormes vitrales y todo el mobiliario de época. Allí está el salón de honor y lo que fue el despacho de Eva Perón. En el subsuelo, y a pedido en su momento del propio Kirchner, seguirá funcionando un correo que tendrá en exposición los mostradores antiguos e incluso las 5000 casillas de correo, numeradas, en hierro, toda una reliquia. Ese sector ya fue inaugurado por Cristina en el Bicentenario. En el lado industrial es donde se incorporaron la sala sinfónica y el Chandelier, estructura colgante que se usará para muestras de arte. "Sueño que sea el Colón del siglo XXI", lo describió Cristina hace dos años..
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lunes, 11 de mayo de 2015
El Correo: la última gran obra del kirchnerismo
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