Hubo
un tiempo en que un grupo de personas solía marcarle a Cristina
Kirchner los límites de la vida. Ninguna de ellas está ahora. La
Presidenta es una mujer solitaria, de carácter fuerte y autoritario.
Siempre fue así. La soledad y sus bríos mandones explican, por sí solos,
que haya cruzado en los últimos días líneas divisorias entre la
democracia y el absolutismo. Usó la cadena nacional durante una hora en
el momento de mayor consumo de televisión, y autorizó nuevos y mayores
controles para las importaciones y para los gastos en el exterior.
¿Qué lleva a la Presidenta a matar las simpatías que le fueron útiles? ¿Tal vez la certeza de que no son sinceras? ¿La convicción, acaso, de que esos votos no guardan amor, sino conveniencia?
La cadena es un exceso (y una ilegalidad) a cualquier hora, sobre todo cuando se la usa para no decir nada. Pero es algo más que eso cuando se recurre a ella en la hora pico del encendido televisivo, cuando las familias se sientan frente al televisor para entretenerse o para informarse al final del día. El exceso se convierte entonces en una intromisión del Estado en la vida privada de los ciudadanos. Los discursos en cadena de la Presidenta no le sirven de nada. ¿No hay ningún voluntario dispuesto a decírselo? La escuchan los convencidos, que son cada vez menos, y no la escuchan los críticos, que son cada vez más.
En la noche del lunes, los canales de cable que no están comprendidos por la red de radio y televisión tuvieron más encendido que la televisión abierta. Nadie recuerda que eso haya pasado antes. Gran parte de la sociedad argentina huyó de la cadena nacional y se refugió en canales de deportes, de películas o de documentales.
Una hora para explicar, otra vez, que la historia comenzó cuando su marido llegó al poder. La persistencia autorreferencial se impone, en los ritos del kirchnerismo, sólo cuando declina el culto a la personalidad. Los spots televisivos para adular a los propios protagonistas del poder o las gigantografías de los poderosos parecen por momentos historias sacadas de las extravagancias del régimen de Corea del Norte.
La industria argentina, con sus más y con sus menos, tiene muchas décadas de historia. No fue un invento de los Kirchner, aunque éstos hayan sabido aprovechar las circunstancias y la herencia que recibieron.
Ese mismo día, el infaltable jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, informó que los argentinos deberán declarar en la Aduana, al regresar de un viaje, si han comprado en el exterior camisas, zapatillas o calzoncillos. El Estado se volvía a meter en la intimidad de las personas. Fijó 300 dólares como franquicia máxima para compras en el exterior, si fueran países no limítrofes. Trescientos dólares es poca plata en cualquier lugar del mundo, pero es mucho menos en el país de Cristina Kirchner. La ropa y los alimentos son mucho más baratos en Europa o en los Estados Unidos que aquí. Ni que hablar de los productos de computación o tecnológicos, que directamente valen en la Argentina el doble que en cualquier otro país. Un día más tarde, Echegaray (algunos cacerolazos mediante) se retractó. Por ahora.
¿Sabrá Cristina las cosas que pasan fuera de Tecnópolis? Las impresoras, por ejemplo, se han quedado sin cartuchos de tinta de repuesto, porque no se permite su importación. La nueva propuesta que surgió ahora consiste en la venta de cartuchos truchos que son muy caros. Por el valor de tres de esos cartuchos malos se puede comprar una impresora nueva. En eso consiste la modernidad que pregona el cristinismo y su defensa de la industria nacional. No fue causalidad que en el Día de la Industria haya sido invitada La Salada, un ejemplo del mundo con el que sueña Guillermo Moreno: informal e ilegal.
Es difícil que a la Presidenta la pueda rozar la realidad con la mesa que ella misma armó para esa noche en Tecnópolis. Estaba el ex presidente de la UIA Juan Carlos Lascurain, un empresario metalúrgico que se apasionó por el kirchnerismo hace ya muchos años. También se sentó a esa mesa de elegidos Osvaldo Cornide, presidente de la inexistente CAME, que pasó del fanatismo menemista a la exaltación kirchnerista. Fue de Anillaco a El Calafate sin escalas. El actual presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, trató de seguir haciendo ahí lo que él cree que debe hacer: elogiar y proponer, proponer y elogiar.
Pero ni Mendiguren se salvó de la inapelable justicia divina aplicada por cadena nacional. Cristina había leído una declaración suelta del dirigente empresario en la que señalaba, con razón, que la matriz industrial argentina depende mucho de los insumos importados. Hay, por lo tanto, que tener cuidado con el freno a las importaciones, quiso decir. La Presidenta le contestó que era un contradictorio, porque pedía insumos importados y devaluación al mismo tiempo. Mendiguren no dijo eso; sólo contó una realidad que existe por más vueltas que le den.
¿Cómo explicarle la realidad a Cristina? ¿Cómo, si ella después le pregunta a Moreno si lo que le dicen es cierto? Pasó con el director de cine Enrique Piñeyro, al que la Presidenta aludió sin nombrar esta vez. Otra vez la justicia y la delación por cadena nacional. Piñeyro había contado que no podía sacar de la Aduana unas cámaras de cine que compró. Moreno le dijo a Cristina que el director no había iniciado el trámite. No lo inició, aclaró después Piñeyro, porque en la Aduana le cerraron las puertas: le aseguraron que son importaciones prohibidas.
Cristina y Moreno son así. La Presidenta le cree a Moreno y Moreno le cuenta la mitad más endeble de las verdades. A los dos les gusta imponer más que convencer. Ésa es otra definición posible del autoritarismo.
Comentario:
Cuando no existe la prudencia, ni la proporcionalidad asociada a una incapacidad de gestión sucede lo lamentablemente descripto precedentemente. Y lo peor de todo, la actual administración no puede creer que queremos que le vaya bien, que se asocie a todos los grupos políticos y saquemos el país a adelante. Estamos hablando de gestión administrativa, no de religión o fútbol. Todo se debe manejar con planificación, luego con la ejecución de programas definidos por prioridades y luego por un absoluto control de la actividad o tarea realizada, sin esto estamos frente a este "KAOS"...
Un absurdo ejemplo, es lo que ocurre con la confrontación entre la presidente y el jefe de gobierno de la CABA. Son dos millonarios dedicados a la política, en el cual uno no desea contribuir al desarrollo de los ciudadanos de la ciudad Capital Argentina, pensando que así lo "destruye". No señora, usted esta "destruyendo" a los habitantes de la ciudad. Otro ejemplo, acaso usted cree que el 100% de los porteños emplean el subterráneo, gran error en su mayoría son habitantes de la provincia de Buenos Aires que concurren a sus puestos de trabajo, es decir que le complican la vida al personas que viven bajo la gestión del ex-vicepresidente Kirschner.
Quitemos los absurdos espejismos y comencemos a pensar en grande. Necesitamos también a los emprendedores, no solo a los asalariados. Un país se lo construye entre todos y como nos enseña la historia: "la evolución biológica humana, no nos hace eternos...afortunadamente, todos los infortunios terminan".
Sabes que es lo que pasa Jorge? En este pais las cosas jamas se hacen en conjunto.
ResponderEliminarTe doy un ejemplo, El presidente de FADEA envió 4 personas a capacitarse a la planta de China en el armado del CZ-11, sabes que pasó? Gente del sindicato de la planta, amenazó a sus familias indefensas en Cba, todo para no permitir que esto se haga.
La gestión recurre a imponer, porque cada uno defiende sus intereses y jamas va a decir Sola que el gobierno de la ciudad no quiere colaborar. Es simple, si se aumentó el Subte, que se haga cargo. Se planificó esto y el salio rajando.
Hay ejemplos claros de buena gestiòn. La anses, la Afip, Arba, Pami, El ministerio de educaciòn, etc, otros nó, pero porque siempre hay trabas.
La Anses: Esta fundida ya la vaciaron toda.
EliminarAFIP: Van sobre la marcha, todos los dias me llegan circulares nuevas del tema de divisas extranjeras.
ARBA!!!: Ante la duda mandaron a los bancos el padron de todos los residentes de la provincia para cobrarle impuestos, incluso jubilados que estan excentos.
Pami: Todavia existe????
Ministerio de Educacion: Usan las escuales para lavarle el cerebro a los chicos. Si un chico se expresa en una muestra a la que no queria ir pero lo obligaron, le ponen 10 amonestaciones por hablar mal de evita.
Otros:
CITEDEF, dios mio, la bronca que hay con alguno superiores ahi dentro.
ADUANA: Pasa la droga y la merca china en containers pero a vos te retienen el remedio para tu hijo que no se consigue en el pais.
El ministerio de ciencia y tecnologia: El que mas curra, da prestamos y beneficios millonarios a delincuentes de guantes blancos como el Arquitecto Bravo.
Es mas, metete en el foro de empresores y hacele un par de preguntas a este tipo, pero preguntas incisivas de como es el negocio y decile que te lo cuente en detalle... Preguntale 2 o 3 veces y fijate como responde el chanta ese.
De que ejemplos claros de buena gestion hablas???
Este señor Joaquín Morales Sola cuando fue la época de la dictadura militar no decía absolutamente nada cuando la deuda externa de pasar de 7.000 millones de dólares en el año 1976 pasó a ser de casi 60.000 millones de dólares en el año 1983. Yo no estoy de acuerdo con este gobierno soberbio, pero tampoco lo estoy con estos cipayos de los yanquis.
ResponderEliminarCarlos
No... no hay ganas de construir en conjunto... al contrario... justamente todos están con sus mezquindades personales, y lamentablemente donde mas se siente (lo sentimos) es en quienes nos dirigen hoy. Este país vive una sangría de dirigentes, administradores verdaderos que puedan ver un poco mas allá que de su propio ombligo.
ResponderEliminarLos sindicatos son así porque los dejaron ser, para captar votos, la educación es un desastre a pesar de que se invierte muchísimo dinero, porque nunca nadie se sentó a pensar como se pueden aprovechar dichos recursos y utilizarlos de la manera correcta (calidad educativa).
Nos va a salir caro la joda, ya nos salieron caras jodas pasadas... vivimos pagando platos rotos y lo mas triste que después nadie voto a nadie.
A la gente de mi país le falta huevo (odio decir eso) tiene que dejar de ser lame botas y pensar en algo mas que el bolsillo propio (Generalizo, se que muchos tienen los huevos bien puestos)
Un saludo gigante, a vos Santiago, a Jorge Elias y a todos los lectores de este foro.
Un saludo, Jorge G.