Colaboración de nuestro lector El oso argentino:
Esto no se divulga, por lo menos hagámoslo nosotros: Un ejemplo de persona.
Por Alfredo Leuco
El año pasado le hablé de la doctora Eugenia Sacerdote de Lustig. ¿Se acuerda?
Varios oyentes me pidieron que volviera a contar su historia en homenaje al día de la mujer.
Ella se hizo famosa entre comillas cuando la línea 80 la nombró pasajera ilustre y le dio un pase de por vida.
Era un premio a su constancia de viajar todos los días en ese colectivo a su trabajo como jefa de investigación del Instituto de Oncología Angel Roffo.
Por aquel entonces, la venerable mujer tenía 90 años. Esa anécdota ciudadana disparó la curiosidad de los medios y muchos conocimos la vida ejemplar de la doctora Eugenia. Su esfuerzo, su sacrificio cotidiano de lucha. Nos enteramos que esta señora que podría ser la abuela de cualquiera de nosotros, con el cabello tot almente blanco y que andaba lento como perdonando al viento tiene en su guardapolvo de investigadora a su
orgullo mas grande.
Después fue declarada ciudadana ilustre de Buenos Aires e inmigrante ilustre del Piamonte, la patria chica de Italia donde dejó parte de su familia. La doctora desciende de los barcos como tantos argentinos. Tenía 25 años y una hija en sus brazos que cumplió un año en plena travesía en el medio del océano. Llegó al puerto con sus valijas de cartón y con la esperanza de construir una nueva vida en un país libre y democrático, lejos del fascismo de Mussolini que manchaba su tierra querida.
Mientras aprendía a cantar y a bailar el tango, se dedicó a combatir otros males tan terribles como el totalitarismo del Duce: enfrentó la peor epidemia de polio que tuvo la Argentina antes de que se descubriera la vacuna Salk. Y como si esto fuera poco le declaró la guerra científica al Mal de Alzheimer y el cáncer.
Ese maldito cáncer, tal vez como revancha le fue erosionando la vista. Sus ojos comenzaron a nublarse hasta la ceguera absoluta. Por eso dejó de viajar en colectivo y ella, tan corajuda, empezó a tenerle miedo a los escalones que es lo imprevisto que sube o que baja. Pero una remisería vecina la empezó a llevarla de aquí para allá, porque ella es un tesoro de todos que todos tenemos que cuidar.
Tenía 90 años y seguía cumpliendo con su vocación y obligación. Dirigía a los jóvenes biólogos en su análisis del transplante neuronal en las ratas de laboratorio. Era admirable su cargo de investigadora del Conicet.
La doctora Eugenia recibió el premio Hipócrates que es la más alta distinción que un médico puede recibir en nuestro país y eso no la transformó en mármol ni en bronce. Se mantuvo de carne y hueso y ni siquiera se volvió formal o aburrida.
Era la más chistosa del trabajo. La encargada de celebrar los cumpleaños de sus compañeros, de homenajear la vida compartiendo al mediodía una porción de tarta y una mandarina de postre. La Nona sabia inoculó en la sangre torrentosa de sus hijos y nietos el amor por la educación, la excelencia y la honradez.
Ella sigue estudiando aún hoy que tiene, escuche bien por favor, aun hoy, que tiene 100 años. Esta maravilla de la humanidad tiene dos adicciones: los libros y la quesería donde compra los manjares que la acercan a su infancia como la mozzarella de Búfalo o el delicioso mascarpone.
A los 100 años, la doctora Eugenia, mezcla milagrosa de neuronas y sensibilidad solidaria es considerada una reina madre por sus discípulos. Ella que fue discípula de Bernardo Houssay, uno de nuestros premio Nóbel. Es una pachamama que cruza los genes italianos con los judíos y protege todo lo que toca. No se enoja nunca. Sonríe siempre. Dice que esa es su fórmula para cumplir un siglo en paz y armonía con todos.
Esta orgullosa porque fue reconocida como "Prócer de la medicina bicentenaria", un diploma de honor, que le entregó otro oncólogo honesto como ella, el ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.
1967 - Premio "Mujer del Año de Ciencias".
1977 - Premio A. Noceti y A. Tiscornia de la Academia Nacional de Medicina.
1978 - Premio Benjamín Ceriani por la Sociedad de Cirugía Torácica
1979 - Premio otorgado por la Sociedad de Citología
1983 - Diploma al mérito en genética y citología de la Fundación Konex
1984 - Premio Barón otorgado por el Lalcec
1988 - Premio Alicia Moreau de Justo
1991 - Premio José Manuel Estrada otorgado por el Arzobispado de Buenos Aires
1991 - Premio Trébol de Plata por el Rotary International.
1992 - Premio Hipócrates a la Medicina otorgado por la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires
2003 - Mención especial en ciencia y tecnología de la Fundación Konex
2004 - "Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires"
Hoy la doctora Eugenia tiene 9 nietos y solo se lamenta que la ceguera no le haya permitido conocer la cara de sus 4 bisnietos. Escucha radio y tiene un software que le lee los diarios. Ella insiste en que está ciega.
Sin embargo yo tengo la sospecha que su mirada va mucho mas allá de lo que uno puede suponer.
Mira con el cerebro y con el alma. Es un siglo de mujer y orgullo
Falleció a los 101 años.
Descanse en paz doctora, misión cumplida...
Fuente: http://www.continental.com.ar/blog.aspx?id=1396536
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viernes, 2 de diciembre de 2011
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Igualmente esto no importa, evidentemente el ejemplo que muchos medios dan (Del gobierno y opositores por igual), son todos los pibes chorros, los que viven en las villas y los presos. Así que se reparte el bombardeo de informacion entre noticiero, chimento, tinnelli y este tipo de programas que los intentan mostrar como un ejemplo de vida, cuando hay personas que se levantan todos los días para ir a trabajar, pagan sus impuestos con su misero sueldo, y no tocan nada ajeno. Obviamente que este tipo de personas, como esta mujer, no salen en los medios como ejemplo de vida, son noticias que se reemplazan o pasan volando por la del Brian o Kevin, que pobrecito tiene que salir de caño para poder comer, comprar paco, pagar el celular, la bailanta y la cancha. Alguien que se esforzó toda la vida para lograr algo por él mismo o para toda la sociedad como es el caso de esta ilustre persona de la nota, pareciera que no vale la pena mencionarlo, o de ultima lo mencionan 2 minutos y despues viene media hora del Brian-Kevin-Jhonatan.
ResponderEliminarHay muchisima gente en este pais que está en codiciones similares a esta persona y nadie sabe nada, porque nadie te lo cuenta, en vez de eso te muestran el culX de la ritó, el paquero que vive en las vias, el pobre preso que no recibe su champange con caviar, que te cuentan todas las penas que sufre dentro del penal, pero nadie te dice a cuantas familias arruino para estar ahi encerrado.
Los felicito por esta nota, por lo menos alguien se acordó de personas así en vez de bombardearnos como un sabado tropical con los wachiturros, los mete plomos y demas... Grandes ejemplos a seguir!!!
Lastima que los medios masivos esten preocupados por lo que le dijo la pradon a marisa balli.
Mientras haya blog que informen de estos verdaderos heroes y heroinas, hay una luz de esperanza de que los valores cambien y vuelvan a valorarse mas estas personas que los verdaderos vagos y atorrantes.
Y esto comentario salio porque despues de media hora de ver el noticiero antes de leer este blog, me di cuenta que, como dije arriba, los valores estan todos invertidos, no dicen nada de gente como esta, y te pasan todo de gente que para lo único que sirve es para usarla de mal ejemplo. Dieron de candela y todas las cosas que tenian los padres, y quieren mostrar a la madre como un pobre persona sufrida que no se merecia eso, cuando arrino a un monton de chicos vendiendole droga, el padre tiene causas por secuestro extorsivo y vaya a saber Dios a cuantas familas habra arruinado en su vida delictiva, pero no, lo que importa son ellos y no una mujer como la de la nota.
Disculpen la mala onda pero toda la semana fue lo mismo en la tela, gente despreciable que la quieren hacer pasar por buena.... Es bueno ver que todavia alguien se acuerda de las BUENAS personas de verdad.
Gracias por la nota.
me emociono mucho el articulo.
ResponderEliminarincreíble mujer, gracias por compartirlo.