Por Luis Ceriotto (Clarin) - Producirían utilitarios livianos, dijo su CEO, Leonardo Maffioli. En 2015 cerraron su planta de Uruguay.
La planta de ensamblado de automóviles Tiggo de la empresa Chery-Socma, de capitales chinos y argentinos, en Montevideo (Uruguay). Cerró en 2015.
Leonardo Maffioli, CEO del grupo Socma y representante en la Argentina de las marcas de automóviles chinas Chery y DFSK, dijo que la empresa "está estudiando seriamente" la posibilidad de instalar nuevamente una fábrica automotriz en la Argentina. Sería el segundo intento del grupo Macri por volver a la producción de autos en el país: el primero fue hace una década.
"La fábrica de Chery que tenemos en Uruguay está suspendida. Ahora estamos considerando retomar la actividad fabril, pero sería en la Argentina", dijo Maffioli durante la apertura del Salón del Automóvil, en la Rural.
Maffioli dijo que el proyecto sería para hacer algunos modelos tanto de Chery como de DFSK, focalizados exclusivamente en el segmento de utilitarios livianos. "Esta es una nueva categoría en el mercado, pensada para aquellos que deben trasladar cargas livianas dentro de la ciudad. La idea es poder trabajar con las dos marcas", dijo Maffioli.
-¿Como cuando tenían Sevel?. le preguntó Clarín.
-Algo así, con dos marcas.
Socma es la nave insignia del grupo Macri, fundado por Franco, el padre del actual Presidente. Durante 15 años, el grupo Macri fue el líder de la producción de autos en el país, como representante de Sevel, la alianza que en 1980 habían formado Fiat y Peugeot y que le vendieron a Macri en 1982.
La marca italiana retomó su operación en la Argentina en 1995, en Córdoba, mientras que Peugeot retornó dos años más tarde y le compró a Macri padre la planta de El Palomar, donde hoy opera.
Pero Franco Macri nunca se retiró por completo del negocio automotor. Hace una década comenzó a importar los vehículos Chery, la primera marca china que tuvo representación oficial y red de concesionarios en el país, y Macri intentó negociar en esos años la apertura de una fábrica en la Argentina e incluso le puso precio a la inversión: 500 millones de dólares.
Pero el proyecto no prosperó y Macri padre instaló la fábrica en Carrasco, Uruguay, en una planta que ensamblaba autos para Sevel. Durante siete años, de la ex Oferol de Carrasco salieron dos modelos de Chery, el Tiggo y el Face, que Macri exportaba a Argentina y Brasil. Pero la planta fue cerrada en 2015, ya que a las trabas aduaneras que ya le había impuesto la Argentina se sumó la crisis económica de Brasil. En Carrasco llegaron a trabajar más de 300 operarios.
-¿Si encaran una fábrica en la Argentina, a cuánto ascendería la inversión, preguntó Clarín a Maffioli.
-Lo estamos estudiando. Se puede iniciar una fábrica de ensamblado con una inversión de 100 millones de dólares, que es el costo de la planta de pintura. Pero para instalar una fábrica más completa, hay que pensar en una inversión no menor a 500 millones de dólares.
La otra marca, DFSK, es también china y producto de la asociación de dos marcas de ese país, Dong Feng Motor y Sokon Motor. El viernes, fue presentada oficialmente en el Salón por el equipo de Socma, encarado por Serafín Alvarez Tato (un histórico de Sevel) y Maffioli, quien hoy es CEO de Socma. Franco Macri continúa como accionista, pero fuentes del mercado confirmaron que está retirado de la operación cotidiana.
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