Habilitaron los carriles exclusivos para colectivos por las avenidas Alem y Paseo Colón; satisfacción de los usuarios.
Pasajeros de la línea 152, listos para su primer viaje en el Metrobus del Bajo. Foto: Santiago Filipuzzi
Se hizo esperar, pero finalmente llegó: el Metrobus del Bajo une desde anoche San Telmo con Retiro por las avenidas Paseo Colón y Alem. La extensión del plazo de fin de obra de abril a mayo, y luego a junio, generó un clima de expectativa entre los pasajeros que transitan por la zona a diario, estimados en 300.000 por la Ciudad. Ayer, la expectativa dio lugar a la ansiedad cuando pasaron más de cinco horas entre la inauguración oficial -encabezada al mediodía por el presidente Mauricio Macri y el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta- y la efectiva habilitación del corredor para los colectivos.
A las 17.45, el bajo porteño celebró el ingreso de las primeras unidades por los cuatro carriles centrales en ambos sentidos y el encendido de las luminarias de los paradores. En menos de 15 minutos, decenas y luego centenas de pasajeros se distribuyeron por las plataformas, mientras encontraban el sitio exacto para ascender a su línea. Son en total 30 las involucradas en la nueva traza. Una gran cantidad de agentes de tránsito fue dispuesta en la zona para orientar las primeras horas del debut.
Patricia Pompo fue una de las pasajeras que recorrieron el nuevo tramo de Metrobus de punta a punta, desde la avenida Independencia hasta la plaza San Martín. "Me subí una parada antes de que empiece el ramal y hoy me bajo en Retiro, para tomar el tren", contó, a bordo del 152. "Creo que se va a acomodar bastante el tránsito. El corredor es un conector importante, porque hay mucha gente que va hasta Retiro para hacer transbordo con el tren y es normal que se llene", comentó. "A veces caminaba hasta la Plaza de Mayo para tomar el subte, pero veo que por ahora avanza bien el tránsito", agregó cuando, a los pocos minutos, el colectivo ya recorría la curva detrás de la Casa Rosada.
"Espero que agilice", dijo Agustina, otra pasajera que viaja por allí todos los días por trabajo. "Ayer tardé una hora y media de Puerto Madero a Palermo; creo que ahora va a andar mejor. Yo tomaba bastante el Metrobus de 9 de Julio, que agilizó un montón. Además, mejoró el modo en que se viaja, porque al viajar más rápido la gente se estresa menos", opinó. En un momento, se sorprendió: "Este trayecto lo hicimos rapidísimo", observó cuando el colectivo llegó a la parada de Corrientes.
LA NACION cronometró el trayecto del 152 por los carriles exclusivos, desde la primera parada en el extremo sur, en Paseo Colón y Chile, hasta Retiro. Pese a la gran cantidad de gente que se subió en cada parada, el viaje fue de 20 minutos en pleno horario pico, entre las 18.04 y las 18.24, cuando el colectivo abrió las puertas en Retiro.
Según estadísticas oficiales, el ramal de 2,9 kilómetros beneficiará a unos 300.000 pasajeros por día, que toman alguna de las 30 líneas de colectivo que transitan de manera total o parcial por el nuevo Metrobus. "Va a ser más ligero ahora; por ese lado lo veo bien. Pero nos tenemos que acomodar todos un poco", comentó Juan, chofer de la línea 152. "Sacaron algunas paradas, por lo que hay que ver que no se junte demasiada gente en las plataformas. Lo que antes eran dos paradas ahora es una sola. Es hasta acostumbrarse a esos cambios", agregó.
Ayer por la tarde, incluso antes de la habilitación definitiva, el cambio de fisonomía del Bajo ya era evidente. Desde la plaza San Martín hasta Independencia, la obra le cambió la cara a una zona que hasta ayer era caótica, con embotellamientos frecuentes. Los operarios trabajaron contra reloj para ultimar los detalles y poder habilitar el recorrido. En cada cruce, agentes de tránsito aguardaban por la inauguración de las 25 paradas que conectan directa o indirectamente con las líneas de subte y los ramales ferroviarios Mitre y San Martín, reforzando uno de los ejes más importantes de integración multimodal de transporte.
"Creo que va a ser algo positivo, que va a agilizar mucho -dijo Aída González-. Yo viajo de Independencia a Palermo todos los días y tardo una hora, una hora diez."
El Metrobus "es sinónimo de progreso y no de corrupción, como han sido otras obras públicas -destacó Macri-. Quiero decirles a aquellos que dicen que gobernamos para un sector que recordemos los cientos de miles de trabajadores que se están beneficiando con todas estas obras".
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