Por MDZ - Fue el resultado de un increíble duelo entre expertos en tiro en la ciudad iraquí de Mosul, donde el británico ganó la pulseada a un fusil Dragunov con un CheyTac M200.
Un increíble duelo entre soldados que recuerda a los que mantuvo Vassili Zaitsev durante la Segunda Guerra Mundial. Según el diario «Daily Star Sunday», eso es lo que se vivió hace apenas dos semanas en la ciudad iraquí de Mosul cuando un francotirafor del SAS (las fuerzas especiales inglesas)acabó de un único disparo con un yihadista armado también con un fusil de precisión. Tal y como afirma el medio británico, el enfrentamiento duró más de cuatro horas, y se produjo después de que el terrorista acabara -desde la lejanía- con varios enemigos.
Por si fuera poco, el francotirador del SAS (un sargento veterano de las guerras de Irak y Afganistán) mató a su homólogo yihadista con el CheyTac M200, uno de los fusiles más potentes y precisos del mundo. Al parecer, y siempre según la versión difundida, nuestro protagonista disparó un único cartucho a su enemigo desde una distancia de 2.500 metros (una extensión que, aunque no superó el rango efectivo del arma -3.000 metros- es más que considerable). La bala habría impactado al yihadista en la garganta tras permanecer tres segundo en el aire, y acabó con él al instante.
El letal CheyTac M200.
Este disparo certero se sucedió hace aproximadamente dos semanas en la ciudad de Mosul (Irak). En lo que parecía una jornada rutinaria, un equipo del SAS (en origen, una unidad dedicada a enfrentarse a los nazis tras las líneas enemigas) recibió el aviso de que un francotirador yihadista había acabado con la vida de varios soldados mediante un fusil Dragunov (de fabricación soviética). Como resultado, fueron desplegados en la zona para acabar con su reinado del terror. El grupo especial rastreó en principio al enemigo. Y no fue sencillo, pues este solo disparaba una vez cada hora.
Un fusil Dragunov de fabricación soviética.
Tras ubicar su posición, los francotiradores del SAS esperaron el momento oportuno para acabar con su vida. Y este se sucedió tras cuatro horas, cuando el enemigo salió de un edificio quemado. En ese momento, nuestro protagonista disparó un único cartucho a su enemigo y derribó al objetivo. Lo hizo con el fusil CheyTac M200, usado en principio por los Estados Unidos pero que, según se cree, este país puede haber «prestado» a los servicios especiales «british».
En palabras de la fuente que ha hecho pública la operación al «Daily Star Sunday», esta fue una operación clásica de lucha contra francotiradores yihadistas. Unas misiones nada sencillas, pues el enemigo tiende a cambiar constantemente de posición tras cada disparo para evitar ser «cazado». «El SAS tuvo en su mira varias veces al francotirador, pero no pudo conseguir un disparo claro. Cuando hay tanta distancia entre el tirador y el objetivo, hay muchos factores que pueden hacer que el disparo falle», ha añadido el informante.
A su vez, la fuente ha señalado que el yihadista sabía utilizar perfectamente el terreno en su favor, pero que se enfrentó a un experto tirador: «Justo cuando la luz comenzaba a desvanecerse, el pistolero se trasladó a lo que él pensaba que era un lugar seguro. En el camino, levantó su fusil y se lo puso sobre el hombro justo antes de que el miembro del SAS le disparar». De esta forma, el combatiente hizo válido el viejo lema de los «snipers»: «Un disparo, una baja».
Fuente: Diario ABC (España)
Algo lógico dadas las características distintas de cada arma y su calibre...Además del apuntador laser que posee.
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