Por Kaiser David Konrad/Diálogo - La aeronave A-29 Super Tucano mejoró considerablemente la formación de los pilotos de caza de la Fuerza Aérea de Brasil.
El A-29 Super Tucano del 81.º Escuadrón de Caza de la Fuerza Aérea de los EE. UU. en maniobras en la Base Aérea de Moody, en Georgia. (Foto: Kaiser Konrad/Diálogo)
Hace más de 30 años, cuando Embraer presentó la aeronave Tucano, revolucionó por completo el concepto de entrenamiento de pilotos militares, y de inmediato logró el éxito internacional con la producción de 637 ejemplares. En 1986, ante la posibilidad de participar en una licitación de los Estados Unidos que contemplaba la adquisición de 711 ejemplares de un entrenador único para el programa Sistema Conjunto de Entrenamiento Primario con Aeronaves (JPATS por sus siglas en inglés), destinados a la Fuerza Aérea y la Marina de los EE. UU., Embraer desarrolló una nueva versión del avión Tucano. El proyecto está basado en el T-27G1, el Short Tucano de la Fuerza Aérea del Reino Unido.
Dentro de la Fuerza Aérea de Brasil, los A-29 Super Tucano son utilizados para el entrenamiento avanzado de pilotos y en el patrullaje aéreo de la frontera contra aeronaves del narcotráfico.
La idea inicial de modificar el Tucano y convertirlo en una aeronave de combate y contraataque surgió de la propia Embraer, hacia finales de la década de 1980, cuando actualizaron el motor y lo reemplazaron por el PWC PT6A-67R de 1.420 shp, que duplicaba la potencia de la aeronave. Para equilibrar el peso y la potencia que agregaba el nuevo motor, Embraer añadió 1,37 metros a la longitud del fuselaje: un tramo de 0,37 m a la parte delantera de la cabina del piloto y otro de 1 metro hacia la popa. Esta aeronave de prueba conceptual fue construida en una plataforma modificada que incluyó cambios estructurales en comparación con el Tucano original y evolucionó hasta convertirse en el EMB-312H. La H era el símbolo de la hipotética misión de la aeronave: cazar helicópteros.
El EMB-312H voló por primera vez el 9 de septiembre de 1991, al mismo tiempo que comenzaba en los EE. UU. el programa JPATS. En 1993 Embraer unió esfuerzos con Northrop Grumman para ofrecer el EMB-312H con el 80 por ciento de sus componentes fabricados en los Estados Unidos, pero perdió el contrato un año después frente al Beechcraft T-6A Texan II, derivado del Pilatus PC-9.
Sin embargo, superó rápidamente esta derrota puesto que en 1995, la Fuerza Aérea de Brasil (FAB) estaba preparada para lanzar el proyecto SIVAM –Sistema de Vigilancia de la Amazonia– y su brazo operativo, el SIPAM o Sistema de Protección de la Amazonia. A medida que el concepto fue desarrollado, surgió la necesidad de un avión de ataque ligero para combatir el contrabando y el narcotráfico y “blindar” el espacio aéreo fronterizo, y la FAB dio inicio a un programa de adquisición de 99 aeronaves de ataque ligero (AL-X).
El EMB-312H fue el punto de partida para diseñar una aeronave completamente nueva, que utiliza el motor turbohélice P&WC PT6A-68C de 1.600 shp. De esta forma nació el EMB-314, cuya designación dentro de la FAB pasó a ser A-29 Super Tucano, cuyo vuelo inicial fue el 28 de junio de 1999.
Desde que el Super Tucano sustituyó al reactor AT-26 Xavante en la formación de los pilotos de caza de la Fuerza Aérea de Brasil, fueron introducidas una serie de nuevas tecnologías que han mejorado el entrenamiento y que preparan a los nuevos pilotos de combate para operar aeronaves avanzadas con mayor facilidad y, al mismo tiempo, para gestionar los complejos sistemas necesarios para el éxito de la misión. “en Brasil esta aeronave es usada principalmente para la formación de pilotos de caza y cumple muy bien esa tarea ya que permite al piloto ejecutar varios tipos de misiones, gracias a su avanzado sistema de armas, y también es capaz de ejecutar complejas misiones de combate aéreo en solitario (ataque) y lanzar armamento de precisión, con un costo operativo reducido”, dijo el Coronel Aviador de la reserva, João Alexandro Vilela, quien fue piloto en las pruebas del programa AL-X de la FAB, que originó el A-29 Super Tucano. “El Super Tucano fue diseñado con una aviónica avanzada, digna de aviones de cuarta generación y está a la vanguardia de las aeronaves de su categoría”, enfatizó.
Esos modernos sistemas a bordo de la aeronave A-29 Super Tucano aportaron una ventaja operacional al Curso de Especialización Operacional de la Aviación de Caza, llevada a cabo en el 2.º Escuadrón del 5.º Grupo de Aviación, en el Ala 10, una unidad de la FAB con sede en Natal, en el estado de Río Grande del Norte, al noreste de Brasil. El General de Brigada Pedro Luis Farsic, comandante del Ala 10, describió las ventajas operacionales que proporcionó el remplazo del AT-26 Xavante por el A-29:
Simulador de vuelo: su calidad aportó una ventaja significativa en la familiarización del piloto con los sistemas de la aeronave. Asimismo, economiza horas de vuelo, ya que muchas misiones pueden entrenarse primero en el simulador y de esta forma disminuir la cantidad de vuelos en determinadas fases.
Sistema de videoanálisis: gracias a las estaciones para sesiones informativas y el videoanálisis, la instrucción fue mejorada considerablemente. Después de la misión, el alumno puede examinar toda su rutina de vuelo y, junto con el instructor, analizar los principales aspectos que deben ser perfeccionados. Además, la evaluación de las misiones de empleo y de combate aéreo es sistematizada, ya que los resultados pueden ser validados para analizar cada detalle de la actuación del piloto. El AT-26 no contaba con un sistema de videoanálisis y la sesión informativa dependía exclusivamente de la memoria del instructor.
Precisión en el empleo: El A-29 es una plataforma de armas muy precisa. De esta forma, las misiones de navegación por contacto y de empleo del armamento aéreo tienen una mayor probabilidad de éxito que con el AT-26.
Sistemas de navegación: además de ser más confiables, los instrumentos de navegación del A-29 están más actualizados. El sistema de navegación inercial con GPS integrado y el GPS autónomo son de fácil funcionamiento y aumentan considerablemente la noción situacional de los pilotos. Las pantallas multifuncionales a colores muestran las rutas seleccionadas, las zonas de instrucción y cualquier otra información relevante que el piloto introdujera durante la planificación. El piloto automático disminuyó considerablemente la carga de trabajo del piloto y brindó mayor comodidad durante las misiones prolongadas.
Guerra electrónica: el sistema Data-Link facilita el contacto inicial del aprendiz del curso de caza, con una red de enlace de datos. A pesar de ser básico, ese entrenamiento sirve de preparación para el uso del Data-Link en las aeronaves de caza de primera línea.
Modernización de las flotas
Con una envolvente de vuelo de +7G y -3,5G, el Super Tucano cuenta con un blindaje de protección de Kevlar para la cabina destinado a la protección de los pilotos, así como también asiento eyectable cero-cero, parabrisas reforzado contra impacto de aves y redundancia en los sistemas esenciales. Para la navegación y empleo, fue equipado con modernos sistemas de aviónica, que comprenden un visor frontal de datos, un sistema de manos sobre el acelerador y la palanca de mando, un sistema de generación de oxígeno y una iluminación compatible con el uso de lentes de visión nocturna.
Con un moderno panel compuesto de dos pantallas de cristal líquido proporcionado por AEL Sistemas, que aumenta la noción situacional del piloto, el Super Tucano marcó la era de la colectivización de los conocimientos dentro de la FAB, pues convirtió al piloto en un operador de sistemas y aportó innumerables capacidades y tecnologías nuevas a bordo y en el entrenamiento, que se convirtieron en patrón de referencia y contribuyeron a que la FAB creara los requisitos para los programas de modernización de las flotas de F-5 y A-1.
La versión para exportación de la aeronave posee diversos adelantos, entre ellos un panel de tres pantallas multifuncionales, y fue vendida a Angola, Burkina Faso, Chile, Colombia, Ecuador, Indonesia, Mali, Mauritania y República Dominicana. También fue seleccionado para el programa Light Air Support (Apoyo Aéreo Liviano), con el objetivo de proporcionar aeronaves de contraataque a países aliados de los Estados Unidos. Por ejemplo, la Fuerza Aérea de los EE. UU. ha operado la aeronave en el 81.º Escuadrón de Caza, de la Base Aérea de Moody y parte de estas unidades fueron destinadas a Afganistán, donde son utilizadas constantemente en combate, y cumplen principalmente misiones de escolta de convoyes y apoyo aéreo cercano.
Dado que los Super Tucanos son muy resistentes al desgaste, constituyen una buena opción para la Fuerza Aérea de Afganistán (AAF, por sus siglas en inglés), que lleva a cabo operaciones de apoyo aéreo en el desierto, en temperaturas extremas. En virtud de un programa de cooperación financiado por los Estados Unidos, está previsto que la AAF reciba 20 aeronaves A-29 para 2018.
Además de los aviones, el programa incluye brindar capacitación a la tripulación de la AAF en los Estados Unidos, tanto para mantener los aviones, como para pilotarlos. “Tengo que aprender la forma de trabajar con el sistema de los A-29, cómo funciona, para que mi piloto pueda dirigirlo. Debo convertirme en un profesional de mantenimiento y familiarizarme con todas sus características. Para nosotros es muy importante convertirnos en profesionales, de manera que podamos servir a nuestro país, nuestra patria y nuestro pueblo”, comentó un capitán de la Fuerza Aérea afgana que participa en el programa y debe permanecer en el anonimato por motivos de seguridad. “Agradezco al Gobierno de los EE. UU., que está ayudando al Gobierno afgano a fortalecer las capacidades para defender algunos puntos geográficamente estratégicos de los insurgentes que allí están. Esperamos que la Fuerza Aérea afgana esté mejor preparada desde el punto de vista profesional para defender a nuestro país de aquellos que desean causarle problemas”, declaró a Diálogo.
La Super Tucano es una aeronave de combate genuinamente brasileña, cuya certificación le permite cargar 150 combinaciones distintas de armamentos y sensores, es apta para ejecutar una amplia gama de misiones, de día y de noche, inclusive ataque ligero, apoyo aéreo cercano, vigilancia, escolta de convoyes terrestres y de helicópteros en operaciones de búsqueda y rescate en combate, interceptación y defensa aérea, lo que la convierte en una plataforma ideal para el contraataque.
Asimismo, el Super Tucano ha demostrado ser una excelente aeronave para la formación e instrucción avanzada de pilotos de caza. Gracias a los modernos sensores y sistemas electrónicos a bordo y las capacidades de entrenamiento sintetizado y simulado que posee, es posible preparar a pilotos más experimentados y capaces para los escuadrones de caza de primera línea más rápido y a mucho menor costo.
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