Por Diego Cabot - LA NACION - Expropiaban terrenos de una futura autopista; el perjuicio es por $ 100 millones
La traza de la Autopista Perón, en el partido bonaerense de Merlo. Foto: Maxie Amena
Enquistada y de modo silencioso. Así trabajaba dentro de Vialidad Nacional la llamada "banda de los expropiadores", una organización que operó sobre todo en 2014 y 2015 y que ahora es investigada por haber causado un perjuicio al Estado por alrededor de $ 100 millones. La metodología era burda, pero efectiva. Burócratas del organismo conocían de antemano la traza de las líneas viales proyectadas, se presentaban en terrenos aledaños y los expropiaban a precios fuera de mercado.
En este caso, se trató de la autopista Perón, una continuación del Camino del Buen Ayre que será un tercer cordón circunvalar del conurbano bonaerense. A esos territorios llegaban aquellos burócratas viales con la ley de expropiaciones en mano y la lapicera de quienes decidían cuánto pagar por cada terreno expropiado. Hicieron romerías en tierra bonaerense, especialmente en Merlo y en Ezeiza, donde el camino corre por zonas más urbanas.
El método empezaba con el conocimiento de la línea expropiatoria. Entonces, integrantes de la banda iniciaban la negociación con los tenedores de los terrenos. La principal irregularidad que cometieron fue que en gran cantidad de los casos jamás contactaron al dueño real de la propiedad, es decir, al titular del dominio. Livianos de formalidades, optaban por negociar directamente con el superficiario, que en la gran mayoría de los casos eran ocupantes ilegítimos. Así empezaba a tejerse la maniobra, que terminaba con ponerle al inmueble un valor por encima del mercado, firmar la salida de la gente del lote y no pedir antecedentes sobre la cantidad de años que habían permanecido en ese lugar.
La alarma saltó cuando, a principios de 2016, algunos dueños de los terrenos ocupados y expropiados golpearon la puerta de Vialidad. Decían que por su propiedad pasaba una autopista y que nunca habían sido notificados ni indemnizados. Los nuevos funcionarios empezaron a escarbar expedientes y encontraron que entre 2014 y 2015 se habían expropiado la gran mayoría de las tierras.
El 8 de abril de 2016 se inició el expediente 5330 de Vialidad Nacional, caratulado "Revisión de proceso de expropiación vigente a diciembre de 2015 y resoluciones 1642/2012 y 3076/2012". Una auditoría, que se adjuntó desde la página 36 del trámite, relata cómo funcionó en Vialidad el esquema, que se completaba con dos normas firmadas por el entonces número uno del organismo, Nelson Periotti.
La primera establecía un procedimiento que se apartaba de los vigentes (la ley de expropiaciones y la llamada "Ley Pierri") y que flexibilizaba los requisitos para demostrar la permanencia como ocupante del lugar. La segunda, clave para realizar la maniobra, establecía una fórmula para calcular el valor, por encima de lo que establecía el Tribunal de Tasaciones de la Nación (TTN), organismo encargado de ponerle precio al bien. El herramental estaba listo.
Según consta en la investigación interna, que pasó a la Oficina Anticorrupción, en el expediente 2486/14 se estableció un precio de 129.000 pesos por una vivienda, pero Vialidad pagó, gracias a una de las resoluciones, 531.437 pesos. En otro ejemplo, en el expediente 12.843/14, la casa fue tasada por el TTN en $ 129.000 y se canceló en $ 725.204. El boom inmobiliario a pleno en el conurbano bonaerense.
El que paga mal paga dos veces, dice el refrán. Y así fue, se pagó dos veces. "Yo vivo lejos de aquí y acá había un terreno en el que me habían ocupado la casa. Una vez pasé a ver cómo estaba todo, y me encontré con que mi casa ya no estaba más. Por ahí pasaba la autopista", dice Roberto Gonçálvez, parado en el que alguna vez fue su lote. "Jamás me notificaron. Me dijeron que le habían pagado al ocupante de la casa. Fui a Vialidad y tuve que llevar toda la documentación que me acreditaba como dueño, y recién entonces, pude cobrar", agrega.
La estafa se terminó de configurar con la instalación de conocidos en terrenos de la traza para luego expropiarlos como ocupantes. Los funcionarios de Vialidad implicados, en varios casos, habían colocado personas cercanas pocos meses antes de la expropiación.
Casualmente, se encontró a varios empleados de la constructora que tenía a su cargo la obra, CPC -una empresa de Cristóbal López-, como ocupantes de terrenos, y obviamente se los indemnizó. Además, hubo empleados de Vialidad que también fueron sujetos de un pago por vivir sobre la traza. Coincidencias.
Hicieron de todo. En varios expedientes de terrenos distintos se encontró la foto de la misma casa y se repitieron testigos que explicaban la antigüedad de otros ocupantes. Amantes del desarrollo inmobiliario, varios expropiados tenían dos domicilios en diferentes lugares y fueron indemnizados por ambos.
Todo el andamiaje que terminaba con el Estado pagando más por estos terrenos estaba revestido de la legalidad que le daban las normas que Periotti había firmado. Por decisión de los propios funcionarios de Vialidad, el Tesoro pago hasta cinco veces el valor establecido por el TTN.
La operatoria duro hasta diciembre de 2015, cuando la nueva administración se hizo cargo y los antecedentes terminaron en una auditoría que inmediatamente se adjuntó y se remitió a la Oficina Anticorrupción. Según las cuentas del organismo vial, la maniobra le costó al Estado alrededor de $ 100 millones y aún queda más del 90% de la traza urbana ocupada y por expropiar. Años perdidos y millones malgastados.
La red funcionaba en las entrañas mismas de Vialidad Nacional. Una maraña de complicidades intervenían estos expedientes para desviar dinero público, que retornaba a los ahora millonarios burócratas viales. Fue una fiesta que terminó en una denuncia judicial.
Dinero público, negocios privados
Conocimiento - En Vialidad Nacional sabían por dónde iba a pasar la traza de la autopista Perón, un anillo que será la continuación del Camino del Buen Ayre
Al territorio - Burócratas del organismo iban a los terrenos sujetos a expropiación. Pagaban hasta cinco veces más a sus ocupantes y no se constataba la antigüedad en la vivienda
Conocidos - Además de que los propietarios no recibían dinero, varios expropiados eran empleados de la constructora CPC, de Cristóbal López, y de Vialidad Nacional
Sospecha - Se sospecha que toda la operatoria se hacía en connivencia entre el expropiado y los funcionarios
Investigación - El expediente interno se remitió a la Oficina Anticorrupción para hacer la denuncia penal
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