Hoy se cumple un año del inicio de la invasión de Arabia Saudí contra Yemen. Una guerra que no materializó los objetivos de Riad de eliminar al movimiento yemení Ansarolá, y solo generó la destrucción del país árabe y la masacre de civiles.
En el siguiente artículo repasamos un año de guerra saudí contra Yemen, así como sus objetivos y la situación en el terreno yemení.
Durante el mandato del rey Salman bin Abdulaziz Al Saud, la política exterior saudí se sumergió en enormes cambios, y se puede decir que una gran parte de la crisis que vive la región de Oriente Medio, se debe a ello. Algo que resulta explícito en el lanzamiento de la guerra contra Yemen, el apoyo a los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe) en Siria y la ejecución del prominente clérigo saudí, Sheij Nimr Baqer al-Nimr.
No obstante, el más destacado acontecimiento ha sido la invasión a Yemen, que puso a los saudíes en el centro de las noticias internacionales. En este sentido, hay que estudiar dos factores dentro de Yemen y en la región de Oriente Medio. A principios del año 2015, el movimiento popular Ansarolá, que según Riad tiene vínculos con Teherán, iba ganando protagonismo en el terreno sociopolítico, controlaba varios territorios y aumentaba la posibilidad de que, aunque lo ha negado en varias oportunidades, se hiciera con el poder en el país.
El expresidente, que cuenta con el respaldo de los saudíes, dimitió y abandonó el país. A nivel regional, se hablaba de un acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1, que se interpretaba como una mayor interacción entre Teherán y el mundo, lo que le otorgaba al país persa más influencia a nivel internacional. Por lo tanto, se puede decir que Riad sintió temor de que el Movimiento Ansarolá tomara el poder en el país para evitar que un gobierno cercano a Irán gobernara en su vecindad.
De esta forma, la invasión a Yemen comenzó el 25 de marzo de 2015, bajo el nombre de “Tormenta Decisiva”, solo dos meses después de que el rey Salman llegó al poder. Aparentemente, con el objetivo de devolverle el poder al expresidente fugitivo yemení, Abd Rabu Mansur Hadi, aliado de Riad, y debilitar al movimiento popular Ansarolá y a sus aliados, las fuerzas leales al expresidente Ali Abdulá Saleh.
La agresión de Arabia Saudí, un país amado hasta los dientes por su aliado Estados Unidos y otros occidentales, se produce en medio del silencio de la tan llamada comunidad internacional. Muchos de sus integrantes, de hecho, han vendido armas mortales a Arabia Saudí por miles de millones de dólares, las cuales son empleadas para asesinar a civiles inocentes en Yemen. Existen informes de que Francia, Alemania, Italia, Montenegro, Países Bajos, España, Suecia, Suiza, Turquía, el Reino Unido y los Estados Unidos han vendido a Arabia Saudí armamento por valor de 25 mil millones de dólares, incluyendo drones, bombas, torpedos, cohetes y misiles.
No obstante, más que nada, esa invasión generó el odio internacional a la familia Al Saud por razones que a continuación explicaremos.
Violar las normas internacionales
Riad, desde el inicio, dijo que la operación militar se realizaba a petición del presidente Hadi y en apoyo al pueblo yemení contra Ansarolá. Mientras tanto, desde el punto de vista del derecho internacional y del yemení, la acción es ilegal ya que recurrir a la fuerza en territorio extranjero solo tiene lugar con el permiso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). Asimismo, según los artículos 37 y 38 de la Constitución yemení, solo a condición de que el Parlamento y el Consejo de Defensa Nacional lo autoricen, un tercer país puede intervenir en Yemen para restablecer la situación interna, unas condiciones que no se cumplen, por lo que, claramente los saudíes lanzaron una invasión.
Crímenes de Guerra
Sin lugar a dudas, Yemen es la nación más pobre del mundo árabe. La mayoría de los 25,6 millones de habitantes de esta nación de Medio Oriente luchan, desde hace tiempo, contra las crisis sociales, económicas y políticas.
Sin embargo, su situación se ha deteriorado aún más a raíz de la intervención militar, la cual ha transformado una prolongada crisis política en una guerra sin cuartel. De acuerdo con las autoridades yemeníes, los ataques dirigidos por los saudíes han dejado más de 8500 muertos y miles de heridos. Se estima que el 93 por ciento de las víctimas son civiles.
Según datos de las Naciones Unidas, los ataques militares han provocado unos 2 millones cuatrocientos mil desplazados yemeníes. Arabia Saudí también ha conducido un asedio contra Yemen, evitando que lleguen las ayudas humanitarias. La creciente violencia y el cerco han generado una crisis humanitaria. 20 millones de yemeníes están necesitados de asistencia. La hambruna se está propagando. De acuerdo con la ONU, 14,4 millones de yemeníes se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. Cerca de la tercera parte de los niños menores de cinco años sufren de malnutrición aguda.
Los ataques dirigidos por los saudíes han devastado la infraestructura yemení y destruido la paralizada economía del país. El centro yemení de derechos humanos ha anunciado que más de 800 escuelas han quedado reducidas a escombros, lo que priva de estudios a 1,8 millones de menores. En el año 2015, la economía de Yemen se contrajo en un 35 por ciento. Unos 2,4 millones de personas son desplazados internos. Además, 240 instalaciones médicas han sido blanco de los ataques desde que comenzó la campaña militar saudí. El sistema de salud del país ha colapsado, por lo que más de 14 millones de ciudadanos necesitan servicios médicos.
La ONU y otras organizaciones pro derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI), han denunciado los crímenes de Riad, incluso el uso de unas 140 mil bombas de racimo.
Efectos negativos de la guerra en Yemen
La guerra, cuyos costos se estiman en 200 millones de dólares diarios, ha reforzado la presencia de los terroristas de Al-Qaeda y Daesh en las regiones sureñas de Yemen. Los ataques dirigidos por los saudíes contra los combatientes hutíes y los grupos de Resistencia popular, que tienen como blanco principal las áreas residenciales, han permitido que los terroristas de Al-Qaeda se consoliden en el territorio del sur de Yemen, en específico en ciertas áreas como AHWAR, QUSAY’IR, ZINJIBAR, TARIM y MUKALLA.
Además, un año después, Riad ha fracasado a la hora de cumplir sus objetivos y se encuentra en medio de un atolladero militar, económico y político. Ansarolá mantiene un control efectivo de las áreas más pobladas y penetra en las fronteras saudíes de manera casi regular; lo que es más importante, el presidente Hadi no ha podido recuperar el poder. Arabia Saudí es reconocida como un régimen represor y autor de la masacre de ciudadanos yemeníes, por lo que muchos en el mundo han aumentado la presión contra los gobiernos para que cesen la venta de armas a este país, tal como decidió el pasado mes de febrero el Parlamento Europeo (PE).
Además de las consecuencias a nivel internacional, la guerra contra Yemen ha conllevado graves consecuencias a nivel interno para el país. Desde el punto de vista de seguridad, también, se debe mencionar que por los enfrentamientos y la dimensión de la guerra, las regiones sureñas están sufriendo sus consecuencias. La zona de Jizan, fronteriza con Yemen, ha sido testigo de varios ataques, y los combatientes yemeníes se han hecho con el control de varias bases, un hecho que supone un reto en cuanto a la seguridad del régimen de Riad.
Además, según las últimas cifras reveladas, Riad está destinando una enorme cantidad de dinero a la invasión, mientras una considerable parte de sus propios ciudadanos viven en una situación precaria, en especial en el Este del reino. Existen numerosos informes, como el de la propia Asamblea Consultiva de Arabia Saudí (Shura), que ponen de relieve que alrededor del 22 por ciento de su población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Otro informe publicado en febrero de 2013 por el diario árabe Al-Hayat revela que la cifra de suicidios entre los jóvenes saudíes está aumentando, debido a la miseria extrema y la catastrófica situación económica que azota a sus familias, que se ven incapaces de satisfacer sus necesidades básicas. El diario añadió que más del 84 % de las personas que recurren a esta práctica son menores de 35 años, un tema cuya respuesta se puede buscar en una tasa de desempleo del 35 %, según la revista 'The Economist'. Además, mediante un informe el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que Arabia Saudí puede quedarse, dentro de cinco años, sin reservas petroleras, si continúa con su actual política financiera.
Por lo tanto, las autoridades saudíes deben saber que ya ha pasado la era del militarismo y la materialización de objetivos mediante la acción militar, y que solo el diálogo puede ayudar a solucionar cualquier discrepancia.
Fuente: http://www.hispantv.com/newsdetail/yemen/219998/arabia-saudita-invasion-yemen-ansarola-masacre-civiles
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sábado, 26 de marzo de 2016
¿Qué logró Arabia Saudí, tras un año de invasión a Yemen?
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