• FUERON LOS PRIMEROS ADELANTOS TRANSITORIOS DEL AÑO.
• PREOCUPA EL IMPACTO SOBRE LA EXPANSIÓN MONETARIA EN MARZO.
Por primera vez en lo que va del año, el BCRA tuvo que salir a prestarle al Tesoro para que haga frente a sus compromisos. A través del instrumento tradicional de "adelantos transitorios", la entidad que preside Federico Sturzenegger giró un total de $ 10.600 millones el 17 y el 18 de marzo últimos, según se desprende de la propia información divulgada por la autoridad monetaria.
Esta emisión de pesos lisa y llana cobra relevancia porque es la primera del año, aunque el aliciente es que al menos el mes pasado el propio Tesoro le había devuelto préstamos al Central por $ 4.300 millones, lo que en su momento ayudó a absorber pesos del mercado. El año pasado había resultado récord en materia de adelantos del BCRA al Tesoro, al ascender a $ 80.000 millones. Éste fue un elemento central a la hora de explicar la expansión de la base monetaria, que sobre el cierre de la gestión de Alejandro Vanoli al frente del Central se ubicaba en casi el 40%.
El compromiso que tiene el Gobierno de Mauricio Macri es reducir todo lo posible la emisión de dinero para financiar al Tesoro, pero será una tarea difícil. Se trata, finalmente, de la batalla clave para reducir la inflación, que el propio Presidente prometió que bajará "drásticamente" en el segundo semestre, mientras que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, aseguró que caería al 1% mensual también a partir de ese momento. Parte de la emisión de pesos necesaria para financiar al Tesoro en lo que va de marzo fue absorbida por un factor inesperado: las ganancias que obtuvo el Central por la caída del dólar, que le generó una ganancia superior a los $ 8.000 millones en lo que va del mes. Así como en su momento las pérdidas habían obligado a una fuerte emisión de dinero, ahora está sucediendo lo contrario.
El plan del Gobierno para reducir la dependencia del Central, y por ende emitir menos pesos a lo largo del año, consta de los siguientes pasos:
•con los holdouts y recuperar el mercado de crédito internacional para la Argentina. De esta forma, al menos parte de las necesidades de financiamiento serían cubiertas con colocaciones internacionales.
•Tesoro efectuará emisiones de bonos en pesos en el mercado local todos los meses, con el propósito de conseguir financiamiento a través del mercado local. Ya hizo dos colocaciones, una en febrero y otra en marzo. El peligro de esta medida es que desplaza al sector privado del financiamiento (un fenómeno conocido como "crowding out"), en un momento en el que las tasas están muy altas y no sobra liquidez.
•en forma gradual el déficit fiscal. Se trata de la medida de fondo que será más útil para que el Central deje de emitir con el objetivo de financiar el rojo de las cuentas públicas. La duda que subsiste es hasta qué punto el Gobierno conseguirá esta disminución "paso a paso" y hasta qué punto ayudará para disminuir la expectativa inflacionaria.
Por lo pronto, la base monetaria volvió a repuntar en lo que va de marzo. En lo que va del mes ya sube más de $ 32.000 millones, y de esta forma el BCRA devolvió al mercado todo lo que había absorbido a lo largo de febrero ($ 29.000 millones). Con este movimiento, la cantidad de dinero que circula en la economía crece ahora a un ritmo del 28% interanual, un repunte en relación con el 25% de febrero. La cifra sería mayor si se tiene en cuenta que la entidad volvió a ser expansiva en la licitación de Lebac del último martes, por casi $ 10.000 millones, aunque luego terminó absorbiendo una parte a través del mercado secundario.
Este incipiente relajamiento monetario también está vinculado con la necesidad de no ahogar demasiado la actividad económica ante los flojos números del primer trimestre. Al mismo tiempo juega un factor estrictamente técnico: el Central les tuvo que "devolver" pesos a los bancos a través de la operatoria de pases para que cumplieran con la normativa de efectivo mínimo del trimestre. Pero es probable que la mayor parte del dinero sea recuperada por la autoridad monetaria a fin de mes.
La gran incógnita a esta altura es en qué momento volverá Sturzenegger a bajar la tasa de interés, actualmente en el 38% anual para los plazos más cortos de Lebac. Bajarla redundaría en una mejora en la provisión del crédito para el sector privado, lo que ayudaría a reactivar. Pero al mismo tiempo esa reducción deberá ser gradual para evitar presión cambiaria. El comienzo de la "temporada alta" para el ingreso de los dólares de la soja y las colocaciones de bonos en moneda dura por parte de empresas y provincias debería ayudar sustancialmente a esa tarea.
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