martes, 22 de marzo de 2016

Aviones de combate de la Fuerza Aérea de EEUU en el espacio aéreo argentino (III)

(Infobae.com) - La llegada de cuatro jets de combate para defender el Air Force 01 significa técnica y legalmente una invasión militar. Desnuda lo extremadamente grave de la situación del sistema defensivo de la República Argentina

Buques chatarra y aviones que no vuelan, esa es –aunque patética- la realidad del sistema defensivo de la República Argentina. El país no está en condiciones de asegurar el espacio aéreo mientras el Air Force 01 navegue nuestro cielo.

Los escasos medios aéreos con los que cuenta nuestra aviación militar no solo son obsoletos, no pueden alcanzar ni la altura ni la velocidad del avión presidencial estadounidense; que por muy sofisticado que sea, no deja de ser un avión comercial civil.

Solo un puñado de naves turbo hélice y algún jet están en condiciones de despegar con seguridad, pero no tienen modo alguno de brindar una protección eficiente a un avión que desarrolla 900 kilómetros por hora la nave oficial de Barack Obama que no es superior a la de cualquier avión de línea.

Argentina no puede hacer algo que hasta la pequeña isla de Cuba pudo hacer: garantizar la seguridad aérea de un presidente extranjero. Increíble pero real

En virtud de ello, la Fuerza Aérea del país del norte dispuso el envió de cuatro jets supersónicos de combate, artillados con misiles aire-aire y demás equipamiento de defensa y un avión tanque para reabastecimiento de los aviones de combate en pleno vuelo.

Todo ello, a pesar que la ley 25.580 establece taxativamente las condiciones en las que se debe producir el ingreso de fuerzas militares al país. En todos los casos es imprescindible el consentimiento de ambas cámaras del Congreso.

El artículo 6° de la norma, estable como excepción a esta exigencia, la presencia de tropas extranjeras por razones de emergencia en virtud de catástrofes naturales, salvaguarda de la vida humana o razones de ceremonial y "claramente este no es el caso. Estas fuerzas llegarán al país en misión de seguridad militar y no a participar de un desfile" explicó a Infobae un oficial de la Armada consultado.

Como agravante a esta situación, se destaca que el artículo 11 de la norma estable la absoluta prohibición de ingreso al país de armas de destrucción masiva; por lo cual los misiles que portan las aeronaves norteamericanas constituyen una clara violación a la norma.

Si bien aún no se han producido comentarios por parte de legisladores del oficialismo o la oposición, en el Ministerio de Defensa la situación oscila entre el desconcierto y la falta de respuesta a los reparos que los jefes militares han planteado por considerar esta presencia como inadmisible.

Una vez más, la catastrófica crisis terminal de nuestras FFAA reaviva la polémica sobre si mantenerlas en este nivel de inoperancia, resulta más útil que repensar en forma global su existencia y transformarlas en otra cosa. Por estos días, fuentes ministeriales han deslizado que estudian proyectos que apuntan a la fusión de las tres FFAA en una suerte de guardia nacional única, mucho más modesta en número pero lo suficientemente efectiva para no pasar este tipo de papelones a nivel internacional.

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