Un sitio institucional privado,de reciente lanzamiento, informa de manera inmediata la marcha de varios indicadores. La necesidad de financiar el déficit provoca una deuda creciente.
La deuda de Nación, provincias, municipios y Banco Central está creciendo a razón de 1.204 dólares por segundo. El gasto público aumenta $134.000 por segundo. La recaudación crece $109.000 por segundo...
Estos y muchos otros datos económicos, fiscales, sociales actualizados figuran en el sitio www.observatoriofiscalfederal.org.ar. El Económico conversó con el titular del Observatorio, Miguel Angel Asensio, su secretario Pablo Maria Garat y el director ejecutivo Luciano Di Gresia, quienes señalaron que el Observatorio es “un ámbito institucional privado no partidario”, integrado por “un grupo de profesores de finanzas publicas, economía y derecho constitucional de distintas universidades del país”.
Apenas se ingresa al sitio web del Observatorio, se observa un reloj que va actualizando segundo a segundo las datos claves de la economía. Y salta a la vista la velocidad del aumento del endeudamiento, del gasto y del déficit fiscal. “La deuda es un reflejo del desequilibrio fiscal que tiene el país. Y si agregara la deuda del Banco Central, reflejando el déficit cuasifiscal, subiría a unos 1.200 dólares por segundo”, dicen los entrevistados.
—¿Es sostenible endeudarse a 1.200 dólares por segundo?
Puede ser sostenible por un tiempo, pero no puede ser una política permanente. Porque un país que tiene estas necesidades de financiamiento y tiene que salir a los mercados todos los años para conseguir 40.000 millones o 50.000 millones de dólares, está expuesto a shocks externos que le impidan, en algún momento, conseguir tamaño financiamiento, y lo obligaría a hacer un ajuste fuerte. Habría que lograr entonces achicar este desequilibrio.
—Al agrandarse la deuda, el peso de los intereses aumenta. Por eso este año bajó el gasto de los subsidios, pero creció el destinado a los intereses..
El resultado primario, sin los intereses ha mejorado; sin embargo, el resultado financiero, incluyendo los intereses, aumentó. En poco más de un año, la deuda aumentó más de 10 puntos del PBI. Esto puede pasar por un tiempo, pero no es sostenible.
—¿Por qué?
Porque los acreedores no financiarían necesidades crecientes, y siempre está el peligro de los shocks externos.
—¿Qué pasa con el gasto público?
El gasto consolidado Nación, provincias, municipios crece a razón de $134.000 por segundo. Y la recaudación total— impuestos más Seguridad Social— es $109.000 por segundo. Entonces el déficit fiscal aumenta $25.000 por segundo. Eso nos lleva a un nivel de 7% del PBI de déficit fiscal nacional y las provincias otro punto más.
—¿Y el déficit del Banco Central, llamado cuasi fiscal?
Le agrega otros 2 puntos. En total estamos en 10% del PBI. Argentina tuvo déficits altos en 1975, Rodrigazo, 13,8% sin Banco Central. En 1982, crisis de la deuda 11,4%. En 1988, hiperinflación 7,9% y en 2001, crisis de la convertibilidad, 7%. Es interesante ver la correlación que hay entre los desequilibrios fiscales y las crisis macroeconomicas.
—¿Pero ahora la economía está repuntando, podría crecer en 2018 y el déficit fiscal es del 10% del PBI?
Sería el primer año desde 2011 que la economía crecería en un año par. Y está muy relacionado con el salario real. En 2016 cayó, mejoró en 2017...Ya está al mismo nivel de fines de 2015. Hubo una especie de serrucho.
—Hasta ahora, con la suba de tarifas no alcanzó para bajar el déficit...
No. Por ejemplo, la movilidad estaba haciendo crecer las prestaciones de la Seguridad Social por encima de la inflación.
—¿O sea, el cambio de fórmula es para que esos beneficiarios tengan menos aumentos ?
La actual fórmula refleja las variaciones de ciertas variables — salarios, recaudación—, lo que hace que, en un contexto de inflación decreciente, la fórmula brinde aumentos por encima de la inflación presente.
—Aun así, para 2018 el déficit fiscal seguiría alto y las necesidades de tomar deuda rondarían los 50.000 millones de dólares, ¿no es cierto?
Sin shock externo, o sea, sin un aumento abrupto de la tasa de interés, y cierre de los mercados, Argentina conseguiría esos fondos, con lo cual podrán obtener ese financiamiento.
Los entrevistados señalaron que “Argentina debe decir cuánto gasto público lo dedicamos a inversión, educación y desarrollo, cuánto dedicamos a sostener los intereses de la deuda, y cuánto a Seguridad Social. Esto es una decisión política de hierro. Como no se puede reducir el gasto en jubilaciones, hay que sostener 42% de pobreza infantil, hay que hacer más eficiente el gasto educativo; aquí hace falta un gran acuerdo político y tomar decisiones.
Hoy no estamos administrando el endeudamiento en función de esta definición”. Y en lo inmediato “hay que asumir el costo político de cambiar la fórmula de movilidad y de la opción a jubilarse a los 70 años. Los empresarios se van a beneficiar por la rebaja de las contribuciones. Hoy de cada 100 pesos que tributamos, 46 son difíciles de reducir porque van a prestaciones sociales, hospitales, educación. Cómo debemos endeudarnos, la pregunta es para qué nos endeudamos. Y queremos que esos 1.204 por segundo de aumento de la deuda sirva para mejorar la calidad del gasto público, que es lo que tratamos de observar desde el Observatorio”.
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