Por Pablo Fernández Blanco - LA NACION
Redujo 49% el uso de recursos públicos en junio y 38% en el semestre; en parte, se debe a la mayor venta de pasajes
Aerolíneas pide menos fondos al Gobierno. Foto: Archivo / Rafael Reca - Prensa Transporte
Por primera vez desde la estatización de la compañía, en septiembre de 2008, Aerolíneas Argentinas entró este año en un franco proceso de reducción de su dependencia económica del Estado, que entre 2009 y 2015 le transfirió casi $ 26.000 millones. Así lo indican los números de junio, según los cuáles la línea aérea de bandera recibió $ 328 millones, un 49% menos que en el mismo mes del año pasado.
La tendencia se corrobora si se toma en cuenta el primer semestre del año, algo que puede ayudar a evitar efectos coyunturales sobre los números de la empresa. Esa cuenta muestra que la firma recibió $ 1990 millones del Tesoro, 38% menos que en la misma parte de 2016. La reducción nominal de los fondos que envía el Estado adquiere aún más relevancia si se tienen en cuenta la inflación, que implica un recorte mayor en términos reales.
La conducción de Aerolíneas, a cargo de Mario Dell'Acqua, sostiene que la reducción de subsidios no responde a un ajuste en la actividad cotidiana, sino a una mejora en la eficiencia operativa, a un estudio pormenorizado de los destinos elegidos por los pasajeros para volar dentro del país y a una mayor venta de pasajes por modificaciones en la flota.
Pese a la reducción, hasta ayer Aerolíneas había usado el 76% de los subsidios previstos para este año, por lo que no se descarta que necesite nuevas partidas.
Foto: LA NACION
En términos de recorte de subsidios, una política declarada del presidente Mauricio Macri, los números del primer semestre son incluso mejores que los de 2016, cuando la compañía estaba a cargo de Isela Costantini. La ejecutiva fue quien inició el camino de achique de la dependencia del Estado.
Por caso, ordenó podar al menos 30% los gastos de todas las áreas no relacionadas con tareas operativas e inició una negociación con los dueños de tarjetas de crédito y débito para recortar las comisiones que le cobraban a la empresa, por encima de lo que debían desembolsar sus competidores.
Enfrentada con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, Costantini se fue en diciembre pasado, cuando la compañía había comenzado a reducir la dependencia del Estado.
Mejoras en la operación
Ante la consulta de LA NACION, Aerolíneas sostuvo que en junio mejoraron algunos de los principales indicadores de la operación en comparación con el mismo período del año anterior. Por caso, aumentó 8% la cantidad de asientos ofrecidos, y se transportaron 944.853 pasajeros, 19% más.
Además, el factor de ocupación subió 4 puntos porcentuales, hasta el 78%, se vendieron 14% más de pasajes y creció un poco más la venta sin intermediarios. Si se toman los números del primer semestre, por ejemplo, la línea aérea de bandera vendió 3,7 millones de pasajes, un 17% más que en el mismo período del año pasado.
La gestión de Aerolíneas cree que los mejores resultados se deben, entre otras cosas, a que le dedicaron más tiempo y esfuerzo a comprender "a dónde vuela la gente". Una parte de la mejora en los resultados se debe a las vacaciones de invierno. Para aprovechar esta temporada, Aerolíneas dispuso el uso de naves Boeing 737-800 (con mayor capacidad que sus alternativas) y puso el foco en mejorar la oferta en destinos clave de invierno, como Bariloche, San Martín de los Andes y Esquel.
Como informó LA NACION, Aerolíneas profundizará su plan para adaptar su flota a sus necesidades, algo que implica desprenderse de los 24 aviones Embraer que llegaron por un acuerdo que se hizo durante la administración de Cristina Kirchner.
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