(Homsec) - General Atomics ha diseñado y fabricado el sistema de lanzamiento electromagnético (EMALS), con una potencia en el orden de los mega-watios, para reemplazar a las catapultas impulsadas por vapor que hoy emplean los portaaviones de la Navy para el lanzamiento de aviones.
Su tecnología es similar a la que permite a los ‘railguns’ disparar proyectiles a varias veces la velocidad del sonido, aunque en este caso se limite a menos de 200 mn/h. Se instalará en los portaviones de la clase Gerald R. Ford, inicialmente en el CVN 78. La adjudicación de este contrato por el Naval Air Systems Command (NAVAIR) tuvo lugar en 2009.
Teniendo la Armada de Estados Unidos la tecnología más avanzada del mundo, parece sorprendentemente que aún se base en la energía de vapor para una tarea rutinaria, incluso en sus buques más modernos.
El sistema de lanzamiento Catapult Assisted Take Off But Arrested Recovery (CATOBAR), accionado por vapor, lleva más de 50 años lanzando aviones y siguen usándolo los actuales de la clase Nimitz. Se ha mantenido en servicio porque es muy eficaz, pues a lo largo de una cubierta de 300 pies, puede acelerar a un avión de 60.000 libras hasta 150 mph., en más o menos dos segundos. Esto significa, que un portaviones con cuatro catapultas puede lanzar un avión cada 20 segundos.
La entrega del hardware del EMALS para el primer portaviones se tenía que completar antes de finalizar el año 2015 y, para el segundo portaviones de esta clase, en agosto de ese mismo año. GA consiguió el segundo contrato con destino al CVN 79, que llevará el nombre de John F. Kennedy, con fecha de entrada en servicio prevista para 2023.
En comparación con la relativa simplicidad del sistema de vapor, el EMALS necesita una tecnología muy avanzada para conseguir la enorme potencia necesaria para acelerar y lanzar un avión. Esta energía la genera la propia nave, que la almacena entre lanzamientos en un sistema especialmente diseñado con ese objeto.
Pero, si las catapultas de vapor han sido tan efectivas durante tantos año ¿qué razón ha movido a la Navy a sustituirlas por las EMALS? General Atomics argumenta que el nuevo sistema no solo trabaja mejor sino que también ofrece posibilidades que en el CATOBAR no se consideraron en su día y que no puede hacer.
El EMALS puede trabajar para una gama mucho mayor de velocidades y pesos, respondiendo así las necesidades de un número mayor de aviones, incluso de aviones no tripulados, y siempre con mayor precisión. También proporciona una aceleración más suave a lo largo de la cubierta, reduciendo el desgaste de elementos de los aviones y ampliando así su vida útil. Por otra parte, su diseño es modular y hace uso de gran número de componentes comerciales, tiene un nivel de redundancia alto que le proporciona gran fiabilidad y tanto la instalación como el mantenimiento son sencillos.
En consonancia con el trabajo en red, implantado en los buques de la Navy que disponen de control centralizado, EMALS tendrá una interfaz con el software de control y requerirá menos personal para operar.
Uno de los problemas que pudieran surgir, es que los campos magnéticos generados por el EMALS durante el lanzamiento, puedan causar daños a los equipos electrónicos de la nave, por lo que la ésta tiene que estar mejor apantallada para evitar la detección, daños al equipo e interferencias con los sistemas vigilancia. (Berenice Baker)
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