(La Nación) - ROSARIO.- En dos cargamentos confiscados en 2016 en Paraguay se secuestraron 32 toneladas de marihuana que tenían como destino puertos argentinos. Ese dato sirve para graficar la importancia de la vía fluvial como zona de ingreso de las drogas. Es que se tendrían que haber usado, al menos, 80 avionetas para trasladar semejante carga.
El golpe informado ayer por las autoridades argentinas es, por su volumen de 15 toneladas, uno de los más importantes. Y señala, además, que la hidrovía empezó a ser utilizada con mayor frecuencia por los grupos narco para mover la cosecha de marihuana.
En el centro y el norte de Paraguay, más de 6500 hectáreas de tierra fértil rebosan de cannabis, del cual sólo el 5% es para consumo interno. Se calcula que las dos cosechas anuales de marihuana superan las 50.000 toneladas, lo que sitúa ese país -según la Organización de Estados Americanos (OEA)- como el principal productor de esa droga en América del Sur.
El 80% de la marihuana es transportada a Brasil, con destino preferencial a San Pablo y Río de Janeiro. El resto cruza a la Argentina y a Chile. A un productor de marihuana paraguayo le pagan 30 dólares por cada kilo de esa droga. Ese valor se multiplica por diez al llegar a las costas de Corrientes y Formosa, convertidas en centros de acopio para que, después, la cadena logística traslade la marihuana a Rosario y a Buenos Aires, donde están los principales eslabones de comercialización. Si el cargamento logra cruzar la Cordillera rumbo al mercado chileno, el kilo de marihuana puede superar los 2800 dólares.
Paraguay tiene la segunda de las flotas de barcazas más grandes del mundo, después de la del Mississippi, Estados Unidos. Son unas 2900 embarcaciones. Y en época de cosecha de soja navegan unos 300 convoyes diarios por la hidrovía.
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