La fábrica de armas Remington pidió la convocatoria de acreedores con una deuda de US$ 700 millones. Foto: AP
Uno de los fabricantes de armas más antiguos de Estados Unidos, la empresa Remington, se declaró en bancarrota debido a la caída de la demanda de pistolas y rifles, y a las grandes deudas de la compañía.
Remington Outdoor Company se presentó a concurso de acreedores para que la firma, fundada en 1816, pueda seguir funcionando mientras reduce su enorme carga de deuda.
La decisión forma parte de un acuerdo con los bancos e inversores, informó Remington. El plan de rescate busca reducir las deudas en unos 700 millones de dólares y conseguir más de 100 millones de dólares de nuevo capital para mantener el negocio.
Hasta ahora Remington pertenecía al fondo de inversiones Cerberus, que compró la empresa en 2007 y que lleva años tratando de venderla. En el marco del proceso de insolvencia quedará ahora en manos de los acreedores. La compañía aseguró que seguirá funcionando y pagando los salarios a los trabajadores.
La industria armamentística ha bajado sus niveles de venta desde la llegada al poder de Donald Trump, pese a la simpatía del político por el sector.
Los expertos creen que se debe al menor temor que existe entre la población de que se vayan a aprobar leyes más estrictas sobre posesión de armas. Bajo la presidencia del demócrata Barack Obama y la campaña electoral de Trump contra su rival Hillary Clinton los estadounidense compraron armas de forma masiva.
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