"La vulnerabilidad externa puede ser más aguda cuando existen grandes déficits de cuenta corriente", remarcó el Instituto de Finanzas Internacionales en un informe. En el reporte también advierten que el peso podría estar todavía sobrevaluado.
Junto con Turquía, Argentina es uno de los países emergentes que está en peor situación para hacer frente al cambio de tendencia global que significa el alza de tasas en los países centrales y la consecuente volatilidad que genera. Así lo remarcó un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), compuesto por las entidades financieras más importantes del mundo.
Las economías emergentes suelen ser las que están es más expuestas a la volatilidad que genera el cambio de sentido de las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos. Bajo el paraguas de emergentes, la institución agrupa a países como China, Brasil, India, Ucrania, Tailandia, Polonia, Filipinas, Malasia, Corea, Indonesia, Hungría y la República Checa, entre otros.
Para el IIF esta es "una mezcla que históricamente ha resultado difícil para los mercados emergentes, especialmente aquellos con grandes requerimientos de financiamiento externo".
Justamente por este aspecto, es que la entidad ubica a la Argentina junto con Turquía en el podio de las naciones que más pueden se pueden resentir por el cambio de signo global.
El talón de Aquiles de la economía local es el fuerte incremento del déficit externo. El año pasado, la balanza comercial argentina registró el mayor déficit en la historia: una sangría de u$s 8471 millones.
"La vulnerabilidad externa puede ser más aguda cuando existen grandes déficits de cuenta corriente, especialmente cuando esos déficits se amplían rápidamente, como es el caso de Argentina y Turquía", afirmó la institución en un memo que fue difundido ayer.
En este sentido, advirtieron que la velocidad del crecimiento del rojo en las cuentas externas puede presionar a las monedas de esas economías a la baja. "Destacan Argentina y Turquía, con monedas que, a pesar de las recientes caídas, aún podrían estar materialmente sobrevaloradas", afirmaron.
"En el caso de Argentina, el peso ha caído bruscamente en los últimos meses, planteando la cuestión de si la moneda más débil ya incorpora un déficit más amplio", remarcaron.
En ese sentido, la banca internacional advirtió que la reciente devaluación del peso puede corregir en cierta medida el rojo de las cuentas, ya que puede ayudar a impulsar las exportaciones afectadas por el atraso del tipo de cambio. Sin embargo, esta posible mejora de la competitividad de la moneda no alcanza para corregir los efectos de la apreciación que tuvo en los meses anteriores. Ambos países están en la mira de la institución de un tiempo a esta parte. Ya había advertido que ambas economías emergentes son las que muestran una peor performance frente al nuevo escenario global.
En un informe distribuido hace algunas semanas, el organismo ya había colocado al país como el más débil frente a un shock externo debido su dependencia al financiamiento internacional, sumado a "vulnerabilidades internas del sector real y financiero; y la credibilidad de las políticas y la estabilidad política que afectan el alcance del ajuste macroeconómico".
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