EN CAMBIO, SE ENCARECIÓ ESTE AÑO EL GAS NATURAL QUE SE IMPORTA DESDE BOLIVIA.
Las compras de Gas Natural Licuado son más baratas que en el kirchnerismo, pero insumen casi u$s 1000 millones anuales y se prolongarán todavía por unos años más. Las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) de los primeros dos años del macrismo se hicieron a precios más bajos que durante el gobierno kirchnerista, lo que otorgó cierto alivio a la desequilibrada balanza comercial.
Entre 2016 y 2017, los valores de las compras de GNL al exterior se hicieron por debajo de un promedio de u$s 6 por millón de BTU (u$s 5,45 en 2016 y u$s 5,71 en 2017). Desde que el déficit energético, se profundizó en 2010 por la simultánea caída en la producción y el salto en la demanda eléctrica y gasífera, con su consecuente pérdida de reservas en dólares, nunca el país había conseguido pagar tan barato. En 2010 abonó el GNL a u$s 7,53 / MMBtu, hasta un récord en 2013 de u$s 16,71 / MMBtu. Desde entonces, el retroceso en los valores es de un 66%.
El año pasado, Argentina tuvo un déficit energético de u$s 3272 millones, lo que representa un 39% del desequilibrio comercial total (u$s 8471 millones). De eso, u$s 968,1 millones fueron por las contrataciones de 68 barcos que llegaron con GNL a los puertos de Escobar y Bahía Blanca entre marzo y octubre. En 2016, las compras de GNL estuvieron en un nivel similar. Entre 2012 y 2013, punto álgido de la crisis, el país gastaba más de u$s 10.000 millones anuales para saciar sus necesidades energéticas.
Para el radical Jorge Lapeña, ex secretario de Energía y presidente del Instituto Mosconi, "ayudó mucho la baja de precios en el petróleo y el gas natural". "Los precios en esos años estaban mucho más altos por la explosión en Fukushima (Japón), que provocó el cierre de las centrales nucleares japonesas y exigió más al mercado", analizó. Las voces de organismos gubernamentales plantean en privado que Argentina pudo haber pagado sobreprecios, algo que investiga la Justicia y por lo que está detenido el ex ministro de Planificación, Julio De Vido.
La estimación del Ministerio de Energía y de Enarsa, los encargados de planificar las compras de GNL, es que se necesitarán unos 68 barcos para 2018, "pero dependerá del clima".
Los precios todavía no se definieron, pero con el fin del verano y las bajas temperaturas en marzo tiene que haber novedades pronto. Enarsa todavía no avanzó en la nueva conformación societaria, pese a que ya pasaron casi cuatro meses del decreto que habilitó la fusión con Emprendimientos Energéticos Binacionales (Ebisa) en la nueva firma Integración Energética Argentina.
"La importación de gas va a continuar porque la oferta sigue en baja y no se avizora una fácil reversión, a pesar de Vaca Muerta, que tiene una producción subsidiada que termina en 2021, algo que miran los inversores. La experiencia prueba que aún con subsidios, no hay recuperación", alertó Lapeña.
En contrapartida con el retroceso en el GNL, los precios del gas natural importado a Bolivia volvieron a subir. Para el primer trimestre de este año es de u$s 5,57/MMBtu, según informó Enarsa. Se trata de un incremento de 12,5% respecto a 2017 y de 48,5% en relación a 2016.
El contrato que firmó el gobierno de Néstor Kirchner con el de Evo Morales finaliza en 2026, aunque las autoridades energéticas argentinas planean renegociarlo. Es que confían que Vaca Muerta dará sus frutos en dos o tres años y que las compras de gas a Bolivia deben disminuir.
Para eso, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, llegó a la conclusión de que en unos años Argentina deberá importar menos en invierno y pagar un precio más alto en verano, a fin de no generar un conflicto político con el país vecino.
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