Según un cálculo de la consultora Abeceb, tomando en cuenta la evolución de la inflación en los últimos años, “para adquirir aquello que hoy se compra por $ 100, sólo se necesitaban $ 31,50” hace seis años, señalaron.
Hace dos décadas, cuando se emitieron los primeros ejemplares, con un billete de 100 o su equivalente en dólares debido a la Convertibilidad, los argentinos podían comprar 20 kilos de asado o 100 litros de leche en sachet, por ejemplo. Y con un poco más, hasta un pequeño electrodoméstico. Por entonces, el salario medio industrial rondaba los $ 500.
Sin embargo, la gran caída del valor del billete se intensificó a partir de enero de 2006, con la aceleración del ritmo inflacionario . Desde entonces, según el INDEC la inflación acumulada hasta ahora fue de 64% . Pero las provincias registraron una suba de precios de 210% en ese lapso.
Así, la estampida de precios obligó al Banco Central a emitir más billetes, Hoy, aquellos de más alta denominación representan el 54% del dinero circulante, cuando en 2003, eran el 28% y en épocas de la Convertibilidad, sumaban apenas el 20%.
Otro dato ilustra la proliferación del rostro de Roca en el dinero. Hasta hace una década, uno de cada 4 billetes de los que había en los cajeros automáticos era de $ 100.
Hoy tres de cada cuatro corresponden a esa denominación.
Según los economistas la gran cantidad de billetes de $ 100 genera problemas en los cajeros , falta de cambio, y además una mayor erogación por el hecho de tener que emitir más cantidad de billetes.
“En algún momento, se van a van a tener que emitir billetes de denominación más alta para resolver este tema”, advierten.
Hasta ahora, “el Gobierno evitó hacerlo por temor a un aumento de las expectativas inflacionarias”, explican los analistas. Sin embargo, los bienes cuestan más y se necesitan cada vez más billetes para comprarlos. El otro problema es que empieza a sentirse la falta de cambio en las transacciones de menores montos.
En otros países, los respectivos billetes de más alta denominación permiten a los consumidores acceder a otros bienes y servicios. En Chile, el billete más grande es el de $ 20 mil, equivalente a US$ 41, con el que se puede comprar un pantalón (no de marca) o un par de sandalias de verano . En Uruguay, los escasos billetes de $ 2000 permiten cargar 55 litros de nafta súper o comprar un microondas.
En Europa, con el de 500 euros, se pueden pagar dos noches en un hotel lujoso de Madrid o comprar, en Alemania, uno de los últimos modelos de celular: el Samsung S3. En Estados Unidos, con 100 dólares, se puede acceder a la compra de un jean de marca Wrangler o a unos buenos parlantes para un iPad. Productos, que en el mercado local, los consumidores no pueden comprar -de ninguna manera- con el modesto billete de e $100.
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