Fue relevado de su cargo el contraalmirante Gabriel González. Era el comandante del Área Naval Atlántica a cargo de toda la operación y control en el mar. Había sido anticipado por este diario.
El contraalmirante Gabriel González fue relevado ayer del cargo de Comandante del Área Naval Atlántica que tiene asiento en Mar del Plata. Es la máxima autoridad con responsabilidad en "optimizar las funciones de control del mar y entender en todo lo relativo a intereses marítimos". De él dependen los buques que se encargan del patrullado en el Atlántico sur. En esencia el resguardo de los recursos marítimos y el control del espacio soberano. No así de los submarinos, unidades que pertenecen al Comando de la Fuerza de Submarinos. El capitán de navío Gabriel Attis fue designado en su reemplazo, es submarinista, estuvo hasta ahora en Comodoro Rivadavia en las operaciones de coordinación con los medios de búsqueda extranjeros que llevaron los navíos Sophie Sien y Skandi Patagonia.
El alejamiento del contralmirante González fue anticipado por Ámbito Financiero el 21 de noviembre. El marino pidió su pase a retiro el 19 de noviembre y fue aceptado por el jefe naval, almirante Marcelo Srur pero se había convenido que permanecería hasta el fin de las operaciones de búsqueda del ARA San Juan. El cambio de fecha respondería a una necesidad del titular de la Armada de blindar las actividades en la Base Naval de Mar del Plata, foco del caso San Juan, con especialistas en submarinos.
El contralmirante González pagó con su salida una controversia informativa que sostuvo con el ministro de Defensa, Oscar Aguad. Había sido uno de los primeros uniformados en hablar con la prensa y asistir a los familiares de los 44 tripulantes del submarino Ara San Juan. Es cierto que tenía un lenguaje directo y duro que en momentos de tensión emocional podría no gustar, no usaba eufemismos en la descripción de los hechos.
El tuit del ministro Oscar Aguad del 18 de noviembre cuenta de siete intentos de llamadas satelitales desde el San Juan que se comprobaron inexistentes; fue el detonante de la salida de González. El desacierto de Aguad en comunicar un dato no verificado que alentó la esperanza de los familiares fue puesto en evidencia ése mismo día en una declaración pública del contralmirante González. "Se están analizando las llamadas, pero no tenemos clara evidencia de que hayan provenido de esa unidad, se está tratando de determinar que hayan provenido del submarino y que no hayan sido llamadas entrantes al submarino" afirmó. La molestia de Aguad se hizo sentir. El apartamiento de González se leerá como la primer baja de una crisis interna aunque en rigor se trata de un pedido voluntario para no ser pato de boda de la política. El recién nombrado Attis, tiene paladar negro en las dos ramas que hoy están en el tapete, fue comandante de la Fuerza de Submarinos y jefe de Relaciones Institucionales de la Marina.
El reemplazante no fue seleccionado al azar. Es la primera vez que un submarinista llega al Comando del Área Naval Atlántica, una señal hacia "adentro" de la marina, casi un reconocimiento a esa especialidad que fue arrinconada en Mar del Plata tras el arribo a la base de los buques de superficie, las corbetas de la Flota de Mar. También Srur busca aventar ideas políticas de reestructuración (eufemismo de desafectación o eliminación) de la capacidad submarina como consecuencia de la pérdida del San Juan. Con un submarino en reparación, el ARA Santa Cruz de la serie TR 1700, gemelo del San Juan y otro el ARA Salta con serias deficiencias operativas por su antigüedad, fue fabricado en 1974, el dilema de adquirir nuevas unidades o cerrar la Fuerza de Submarinos está a la vuelta de la esquina.
Planes no faltan, la mudanza de los submarinos de su base fue impulsada con ahínco durante la gobernación de Daniel Scioli. Perdieron parte de la escollera donde se asentaban los tanques de combustible y estructuras logísticas. Todo para dar lugar a emprendimientos inmobiliarios vinculados a la terminal de cruceros.
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