El satélite ArSat-1 lanzado el jueves al espacio se encontrará allí con otros satélites argentinos que han sido lanzados en años anteriores. La “soberanía espacial”, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó como una conquista de su Gobierno, si es que existe, empezó mucho antes: ArSat-1 es en realidad el noveno satélite lanzado por la Argentina al espacio. Y es el segundo construido durante el kirchnerismo.
La Asociación Argentina de Tecnología Espacial reconoce al menos ocho pioneros para el ArSat-1. El primer objeto argentino puesto en órbita, Lusat 1, se remonta a 1990. Fue desarrollado por un grupo de radioaficionados argentinos, mediante AMSAT Argentina y construido en parte en Argentina y el resto en AMSAT NA, en Boulder, Colorado. Su misión: proveer comunicaciones a todos los radioaficionados del país y del mundo.
Otros cuatro satélites fueron enviados al espacio durante el gobierno de Carlos Menem. En 1996 hubo dos lanzamientos: el de MuSat (desarrollado por la Asociación de Investigaciones Tecnológicas de Córdoba AIT y el Instituto Universitario Aeronáutico), cuyo objetivo era fotografiar al país con imágenes de baja resolución, para seguimientos meteorológicos; y el de Sac-B, desarrollado por la CONAE y construido por la empresa INVAP, aunque nunca llegó a funcionar y se incendió en la atmósfera.
Al año siguiente llegó Nahuel 1-A, utilizado para telecomunicaciones como el ArSat, aunque este fue construido íntegramente en el exterior. Y en 1998 fue puesto en órbita Sac-A, desarrollado por la CONAE y construido por INVAP. Su objetivo era hacer un seguimiento de ballenas Franca Austral y tomar fotografías del país para interpretar los ciclos de inundaciones y sequías. Pero al cabo de unos pocos meses su órbita decayó y también se quemó en la atmósfera.
Hasta el gobierno de la Alianza envió un par de satélites al espacio. El 21 de noviembre de 2000 fue lanzado el Sac-C, un satélite argentino de teleobservación, que estuvo en operación hasta el 15 de agosto de 2013. El 6 de diciembre de 2001, el Pade entró en órbita como parte de la misión STS-108 de la NASA. Fue utilizado por la Asociación Argentina de Tecnología Espacial para realizar experimentos en el espacio y volvió a Tierra 15 días más tarde.
Finalmente, el Sac-D es el antecesor más inmediato del ArSat. Diseñado y construido íntegramente en el país, la CONAE informó que “su objetivo científico principal está orientado a obtener información climática y una nueva visión de la circulación y procesos de mezcla de los océanos”. El satélite fue puesto en órbita el 10 de junio de 2011.
El gobierno siempre dijo que era el primer satelite de COMUNICACIONES, no el primer satelite a secas.Era obvio que ya se habian lanzado satelites para otros fines.Este Clarin da tanto asco como 678.
ResponderEliminarLa verdad es que se nota una lamentable necesidad de algunos medios por desmerecer y confundir al lector. Este satélite es el primero geoestacionario construido en el país. Todos sabemos que nuestro país construyo satélites antes, pero ninguno diseñado en el país y con este grado de complejidad. La verdad da bronca como se intenta desinformar. Mas alla de que les guste o no a algunos este gobierno, lo importante es la decisión política tomada, los recursos asignados y el saber de nuestros científicos que hicieron posible este logro. Patético el articulo.
ResponderEliminarel Arsat es el 10º, el sac-D en 9, el 8º es el Pehuensat-1, el 1º satelite neuquino, pero nadia lo menciona
ResponderEliminares verdad lo patetico que son estos medios de comunicacion, en vez de re alzar el logro y la decicion acertada, se encargan de desmerecerlo, y mas patetico es este medio que deberia defenderlo, yo siempre leo esta pagina pero esto es realmente lamentable
ResponderEliminarMientras la prensa se queja del estado de la educación, al mismo tiempo se encarga de formar ignorantes manipulando la información. Vivimos en estado de crisis informativa tironeados los ciudadanos por toda una gama de intereses que va desde 678 hasta Clarín. Gracias señores periodistas por desacreditar tanto su profesión y hacernos perder credibilidad en cada cosa que publican, sean del medio que sean, digan la verdad o no, defiendan los intereses de los ciudadanos, el de alguna corporación o el gobernante de turno.
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