(Clarin.com) - Es para evitar embotellamientos al llegar desde el sur. Prevén inaugurarlo en septiembre.
Desde el aire. La mano hacia Provincia del nuevo puente La Noria, habilitada en mayo. Falta el tramo inverso.
Son 800 metros de largo sobre Camino Negro, en Lomas de Zamora, que conectan con la General Paz y funcionan como puerta de entrada y salida a la zona sur del Conurbano.
Así se pensó el viaducto que está construyendo el Ministerio de Transporte de la Nación, a través de Vialidad Nacional. Antes de la obra, en el punto en el que en estos momentos hay obreros trabajando, grúas y retro excavadoras, había una rotonda donde se generaban cuellos de botella con demoras y congestiones crónicas. La construcción en marcha promete eliminar esas consecuencias.
El proyecto se anunció en 2011, pero recién en mayo de 2013, cuando se firmó el acta de inicio de los trabajos, adquirió una forma. Sin embargo, la perdió poco después: el viaducto se dio de baja por falta de fondos para realizarlo.
Bajo la gestión kirchnerista, la construcción arrancó en febrero de 2014 y hasta diciembre de 2015 -es decir, en veintiún meses- se avanzó un 9 % en los trabajos. “Estamos cansados, son años de embotellamientos. Llegamos tarde y nos comemos horas arriba del auto. Dijeron que iba a cambiar, ojalá cumplan”, dice a Clarín Facundo Gómez, un modelista de calzado que cruza hacia Capital para llevar su mercadería.
Desde 2014 hasta 2016, todas las tardes masticó paciencia en el regreso a su casa, en Lomas de Zamora. Entonces las colas llegaban hasta el Autódromo porteño y había retrasos de hasta una hora y media, porque de cuatro carriles se pasaba a uno. Desde mayo, al terminar ese acceso, los dolores de cabeza le aparecen en sentido inverso: a primera mañana cuando a través de Puente La Noria entra a Capital.
Los problemas de tránsito tienen su origen. En 2005, el Gobierno nacional convirtió el Camino Negro en una autopista. Tres años después, la Ciudad terminó dos cruces que reemplazaron a un viejo puente metálico. Entre las estructuras quedó la rotonda que se convirtió en un embudo con demoras y congestiones crónicas. Para 2010, su diseño era obsoleto pero eso no le importó al Gobierno bonaerense al momento de habilitar un casino, una terminal de colectivos, con la feria La Salada a pocas cuadras.
“Esta es una de las primeras obras que anunciamos junto al presidente (Mauricio) Macri y que nos comprometimos a terminar, luego de años de espera”, dijo el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, en la inauguración del puente hacia la Provincia.
En septiembre está previsto habilitar la mano hacia suelo porteño. Quizás haya corte de cinta, recorrida y fotos. Todo muy cerca de las elecciones, una oportunidad que el macrismo no desaprovechará para repetir su imagen favorita: mostrar avances de gestión y así diferenciarse del kirchnerismo.
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