Por Iván Ruiz - LA NACION - La decisión fue tomada por Aysa ante un atraso de un año en la construcción de una planta potabilizadora en Tigre.
Los principales actores privados del Lava Jato empiezan a dejar huellas sobre irregularidades en las obras públicas en la Argentina. Odebrecht fue multada por $32 millones por incumplimiento en un contrato firmado con Aysa en 2015. Y Camargo Correa -también investigada por sobornos en Brasil- fue denunciada penalmente también por la empresa pública de aguas ese año.
Las irregularidades fueron cometidas en los contratos "mellizos" adjudicados por Aysa, una dependencia que reportaba al Ministerio de Planificación. La empresa pública concretó la millonaria multa y la denuncia penal pese a la fuerte presión que recibieron por parte del entonces secretario José López, que seguía con atención los contratos desde los comienzos de las licitaciones, coincidieron varias fuentes oficiales consultadas por LA NACION.
¿Cuál fue el motivo de la multa? Odebrecht registró fuertes retrasos en la construcción de la planta potabilizadora Paraná de las Palmas, en Tigre. Las primeros avances debían estar concluidos en marzo de 2014, pero recién estuvieron listos en mayo de 2015. Tal como figuraba en el contrato, Aysa aplicó una multa diaria de $90.802 a la empresa que se transformó, al cabo de 15 meses, en $32 millones, según los documentos oficiales obtenidos por LA NACION.
Tanto la construcción de las planta de Tigre y como la de Berazategui (llamada Planta del Bicentenario) están bajo la lupa de la Justicia por supuestas irregularidades en las licitaciones. Los investigadores no creen que sea causalidad que los actores sean los mismos que son protagonistas del escándalo por el Lava Jato en Brasil. Las empresas ganadoras: Odebrecht y Camargo Correa. El financiamiento: el Bandes brasileño. La empresa perdedora: Electroingeniería. Todos -con algunos matices- comprometidos como parte del sistema de sobornos a políticos brasileños a cambio de obtener obras públicas en aquel país.
La primera alarma sobre la licitación para construir la planta de Tigre se encendió a raíz de la redeterminación de precios realizada por Aysa. Odebrecht, Benito Roggio e Hijos, Supercemento SA y José Cartellone Construcciones se adjudicaron el contrato por $ 1893 millones en enero de 2008. Cuatro meses después, sin mediar modificaciones en las condiciones, la reasignación de precios se extendió otros $ 331 millones. En total, Aysa asignó para la obra un presupuesto de $ 2224 millones, que financió el Bndes, según consta en documentos oficiales.
Denuncia penal
Aysa consideró que la Planta del Bicentenario que construía Camargo Correa en Berazategui tenía "vicios ocultos" y, por ese motivo, sus funcionarios realizaron una denuncia penal. El 28 de mayo de 2015 acusaron a la empresa por defraudación en el juzgado federal N°2 de Morón al considerar que los materiales que ya había instalado en la planta no cumplían los parámetros básicos de calidad establecidos por contrato.
Camargo Correa y Esuco SA se habían quedado con el contrato para la construcción de esa planta por $ 404 millones en enero de 2008. Como sucedió también en su contrato "mellizo", una redeterminación de precios por $ 77 millones llegó en abril. En total, la obra costó, entonces, $ 481 millones.
La causa contra Camargo Correa finalmente se archivó después de varios encuentros entre los funcionarios y los empresarios. Pero la denuncia no cayó bien en el gobierno kirchnerista. José López estaba furioso. Citó en su despacho a tres directores de Aysa apenas se enteró, según pudo reconstruir la nación de varios testigos. Gritó y golpeó la mesa con el puño: "Así que ahora no sólo multan a los contratistas, también las denuncian. Sigan así ustedes eh, sigan así".
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