Las autoridades de las Islas y de Londres hacen responsables a sus pares argentinos.
Foto: Mike Summers junto a otra legisladora de las Malvinas, hablan ante el Comité de Descolonización de la ONU.
El Gobierno de las Malvinas está molesto porque Argentina no habilita la conexión aérea extra con Sudamérica, que necesitan sumar en las islas a la que ya existe semanalmente con Latam, los sábados a través de Chile. Pero el problema es que en realidad, lo que desnuda la reacción isleña es la dificultad que tiene el gobierno de Mauricio Macri y su diplomacia para avanzar sobre el capítulo del Atlántico Sur en un basto acuerdo de temas que decidió abrir a la negociación con Gran Bretaña.
Fue el consejero Mike Summers quien en declaraciones que reprodujo este viernes la agencia Mercopress, y que luego fueron confirmadas por él a Clarín señaló que la “Argentina no honraba sus compromisos”, sobre la base de sus acuerdos del año pasado con Londres.
“El plan del gobierno de las Islas Falkland ha sido consistente” comenzó diciendo a Clarín Summers. “Deseamos tener un vuelo de media semana a las Falklands desde Brasil o Chile. El Gobierno de Argentina acordó eso (se refiere al comunicado conjunto con el Reino Unido de septiembre pasado) pero pidió que en retribución accediéramos a una parada mensual a algún lugar de la Argentina. Estas han sido las bases de los planes en marcha pero Argentina ha faltado a sus compromisos de asegurarle a los vecinos (Chile y Brasil) que han acordado ésto".
Los isleños tienen urgencias en sus vínculos aéreos. El de Latam los sábados es un vuelo insuficiente, como también lo es el que llega a las islas desde el Reino Unido. Es un avión militar que falla, como se vio recientemente por los problemas en el aeropuerto de la isla Ascención, su escala en camino a Malvinas.
El 13 de septiembre del año pasado, durante la visita del vicecanciller Alan Duncan, los gobiernos de Argentina y Reino Unido firmaron un amplio comunicado (el Gobierno no lo llama acuerdo sino "hoja de ruta") que fijó las bases de sus múltiples entendimientos en esta etapa de la nueva relación de diálogo abierta por Mauricio Macri con David Cameron y continuada bajo la administración de Theresa May.
Acordaron consultas políticas de alto nivel; lucha contra la corrupción y el crimen organizado; Ciencia y Tecnología, Derechos Humanos y cuestiones de género; Arte, Cultura, Educación y Deportes; comercio e inversiones; G20; OCDE; seguridad internacional y Defensa; crisis de los refugiados; y el más conflictivo para la oposición y la opinión pública, Atlántico Sur.
En este último acordaron “adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos”. Y expresaron su “pleno apoyo al proceso de identificación de ADN con relación a los soldados argentinos no identificados sepultados en el cementerio de Darwin”, lo que se plasmó en el acuerdo que finalmente firmaron los vicecancilleres Duncan y Villagra Delgado.
El proceso de ADN ya está por empezar el próximo 19 de junio. Y para el resto de temas no hay ni señales para retomar. El tema se pone más complicado en un año electoral. Si bien el tema de los vuelos a las Malvinas puede ser una decisión ejecutiva que no pase por el Congreso, el resto sí. La oposición K, el Frente Renovador, y aliados de Cambiemos como Elisa Carrió quieren que todo sobre Malvinas pasen al menos en consulta por el legislativo. El kirchnerismo ya ha demostrado que bloqueará todo.
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