En la investigación por dumping dijeron que no hay "competencia desleal".
Cargill y Louis Dreyfus, que en los Estados Unidos tienen plantas de biodiésel, igual que en la Argentina, presentaron un alegato en ese país a favor de las importaciones del biocombustible argentino. Lo hicieron en defensa de la Argentina pese a que una entidad que integran, la National Biodiesel Board (NBB), pidió investigar al producto nacional por supuesto dumping. Estados Unidos utiliza en total 4,5 millones de toneladas de biodiésel en la mezcla con el gasoil que se consume allí.
Según pudo reconstruir LA NACION por fuentes de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), las empresas realizaron la presentación de manera individual, como testigos en la causa que presentó la NBB ante el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Es un hecho inédito la presentación de estas firmas, porque ni siquiera en el litigio que ya tuvo la Argentina con Europa en la OMC por el biodiésel, y que ganó la Argentina, se habían mostrado en defensa del país. En Estados Unidos sus escritos fueron de cuatro carillas, pero contundentes.
Según el alegato de las empresas, el mercado de biodiésel norteamericano crece por el mandato oficial de incorporar el biocombustible y que en esa línea las importaciones son necesarias para cumplir con la legislación estadounidense. Argumentaron que no ven problemas de supuesta competencia desleal, como dijo la NBB.
Las firmas pidieron ser tenidas en cuenta en la causa porque, precisaron, son las principales proveedoras del producto en el mercado interno e importan. En esta línea, sostuvieron que el biodiésel norteamericano no es suficiente y que las importaciones son complementarias y no generan un impacto sobre los precios internos.
El 90% de las exportaciones argentinas del biocombustible, 1,5 millones de toneladas, va a ese mercado y por un valor de más de 1200 millones de dólares. Según un informe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, el año pasado el déficit comercial con los Estados Unidos se redujo 41% (el déficit fue de US$ 2529 millones) y el biodiésel, con ventas en volumen que subieron 150% versus 2015, contribuyó a la mejora del intercambio comercial. Sin embargo, ahora están paralizados los nuevos negocios de biodiésel, por temor a los derechos antidumping, y sólo se hacen embarques ya acordados.
Además de que Cargill y Dreyfus en los Estados Unidos intervinieron como testigos, la industria argentina y el Gobierno hicieron sus presentaciones.
Ahora, el 5 del mes próximo el Departamento de Comercio norteamericano establecerá si hay un daño potencial o preliminar para la industria de EE.UU. Si considera que hay un perjuicio el caso continuará y a fines de junio podrían imponerse derechos provisionales. Estos últimos se transformarían en definitivos luego en diciembre o enero.
En cambio, si ese organismo determina que no hay daño el mismo 5 de mayo debería cerrarse el caso. Para determinar o no el daño, Comercio de EE.UU. analizará balances de las empresas, importaciones, precios, volúmenes y si hubo cierre de firmas. Para la industria argentina, las empresas norteamericanas de biodiésel ganaron plata en 2016.
El sector está expectante por la reunión que Donald Trump y Mauricio Macri mantendrán mañana, ya que el tema estará en agenda.
La situación del biocombustible
90% - A EE.UU. - Es el porcentaje de las exportaciones de biodiésel que fueron el año pasado a ese país, por un valor de más de 1200 millones de dólares.
150% - Más ventas - Fue el crecimiento en volumen de las ventas de biodiésel a EE.UU. en un año.
4,5 - Millones de toneladas - Es la producción de biocombustibles que se emplea hoy en ese mercado para la mezcla con gasoil, de acuerdo con los cálculos de la industria. Su uso viene creciendo año tras año.
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