De los Panamericanos de Toronto a los Juegos de la Juventud aquí, se busca que las obras queden como un legado
“Los eventos deportivos son oportunidades para las ciudades. Los Juegos Panamericanos le dieron a Toronto una razón y una fecha límite para terminar obras que luego quedarán para la ciudad”. Allen Vansen, Vicepresidente Ejecutivo de operaciones de la organización, confirma con su frase una tendencia que ya es realidad en la ciudades que organizan eventos deportivos de gran magnitud. Y así también se piensa desde la organización del cada vez más cercano Juego Olímpico de Río de Janeiro 2016, y en Buenos Aires, donde en 2018 se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos de la Juventud.
En el Parque Roca porteño ya comenzaron los trabajos preliminares para la construcción de la Villa Olímpica que tendrá 1.440 departamentos para alojar a 4.500 jóvenes atletas de entre 15 y 18 años. La obra incluirá más de 125.000 metros cuadrados de viviendas, un predio ferial de 70.000 metros cuadrados y espacios verdes. A tono con lo que sucede con otras ciudades, en Buenos Aires también se persigue el objetivo de dejar un legado para la comunidad.
Algo así sucederá en Toronto ahora que terminaron los Juegos Panamericanos. Los legados más importantes son la Villa Olímpica y un tren que desde junio une el centro de la ciudad con el aeropuerto internacional en poco menos de media hora.
“Ambos proyectos son posibles gracias a los Juegos; igual que otras mejoras que se hicieron y perdurarán. El objetivo siempre fue que las obras de infraestructura queden y sean útiles para la comunidad, en especial los espacios públicos”, dijo el alcalde de Toronto, John Tory, en una rueda de prensa de la que participó Clarín en la previa de los Juegos, y agregó: “La construcción se financió con dinero público pensando también en el beneficio económico para la ciudad, ya que la difusión servirá también para atraer visitantes de países de centro y Sudamérica.
“Se hizo una inversión de 600 millones de dólares en obras de infraestructura que luego quedarán para la ciudad. Y además se creó un presupuesto de 70 millones de dólares para mantener las instalaciones durante 30 años”, dijo Vansen en las oficinas de la organización, con el lago Ontario y la flamante villa Olímpica como escenarios de fondo: “Es fundamental el trabajo de todos los actores: gobierno, organización y sponsors. Además del dinero del Estado, contamos con la inversión de socios privados. Por ejemplo Siemens, que proveyó todo el sistema de video vigilancia y los aparatos de diagnóstico médico de la villa atlética”. Helen Ng, vicepresidente del World Council on City Data, una entidad que reúne y analiza información sobre diversos factores de ciudades de todo el mundo, sumó su visión: “Ahora, las ciudades ponen el foco en que las obras perduren y se usen”. Además, destacó que en los proyectos se priorizan los conceptos de ciudades modernas e inteligentes, y las energías renovables, algo en lo que la empresa alemana trabaja en distintas regiones de Canadá.
Aquí, para la construcción de la Villa Olímpica en Soldati se lanzaron 12 licitaciones de las cuales dos ya están adjudicadas. Cada módulo tendrá un costo de $ 160 millones de pesos y la inversión total será de $ 1.920 millones. El diseño es el resultado de un concurso de ideas. Habrá unidades de dos y tres dormitorios, que a partir de 2019 serán adaptadas para vivienda y se otorgarán a vecinos mediante créditos que otorgará el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). "Como las principales obras son en la Comuna 8, se ha realizado el Plan Urbano Integral de la Comuna Olímpica, y las obras que queden serán el legado de los Juego Olímpicos", destacó Danil Chain, ministro de Desarrollo Urbano porteño. Además, la villa, dentro del Parque Roca también está el estadio Mary Terán de Weiss, que fue techado, y el parque acuático.
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