Los palcos del Colón, vestidos con sus cortinados y butacasUn repaso sobre el proceso de restauración y "puesta en valor" del Teatro Colón, durante los últimos tres años, pone en evidencia el fuerte golpe de timón que la gestión de Mauricio Macri dio a comienzos de 2009.
La asignación del control de las obras al Ministerio de Desarrollo Urbano, resguardó a la reforma de los conflictos gremiales y administrativos disparados por la reestructuración funcional y de personal de las áreas técnicas y artísticas, y potenció la decisión política de reabrir la sala en mayo de 2010.En esa línea, el ministro Daniel Chain guió, el jueves, una nueva recorrida de Clarín por el teatro, con la novedad de ver casi la totalidad de los palcos con sus revestimientos, alfombras, cortinados y butacas, por primera vez desde su cierre, en 2006, para realizar la cuarta medición acústica, desde que se comenzó el rearmado.
"Nos pidieron que no demos precisiones sobre los resultados, pero podemos decir que son los esperados", dijo el ingeniero Basso. En la Sala 9 de Julio, un equipo al mando de Esther Galante trabaja en la restauración del telón histórico que incluye la reparación de bordados, el reemplazo de borlas y la reproducción de figuras de cuero pintadas al óleo, "trabajadas para que logren un aspecto similar a las piezas en buen estado".El itinerario incluyó, además, las áreas del foyer, los salones Dorado y Blanco, y la zona de sala de máquinas, talleres de escenografía y salas de ensayo. Chain anticipó que "algunas áreas estarán terminadas antes de lo previsto". Y desestimó críticas sobre una falta de control especializado de la restauración del patrimonio inmueble.
"Cada intervención debe ser evaluada de manera muy profunda, con análisis de laboratorio, que deben quedar documentados", apuntó Fabio Grementieri, arquitecto especializado en preservación de patrimonio, quien puso en duda que se estén llevando a cabo los procedimientos correctos. En ese sentido, Chain exhibió algunas de las "1.300 fichas que registran cada uno de los procedimientos adoptados en cuestiones de restauración, y que serán publicadas para que sean documento de referencia".
Grementieri también criticó la modificación de las áreas de camarines del segundo piso, donde se "recupera", según los planos oficiales, una confitería. "Cuando se afecta la distribución histórica, no se gana sino que se pierde valor", explicó. Sin embargo, Chain argumentó que esa área ya había sido modificada "en los 70", y enfatizó que se debe priorizar la dignidad de los artistas, en referencia a las malas condiciones en que se encontraban esos espacios. El ministro resaltó la actualización tecnológica del sistema eléctrico y de la protección contra incendios, y de los talleres de producción del teatro. Y desestimó el daño que pueda ocasionar el nuevo sistema de aire acondicionado sobre los materiales históricos.
El juez Guillermo Scheibler inspeccionó las obras y las dependencias en las que se reubicaron los bienes muebles del teatro y trascendió que la impresión habría sido, en general, favorable. En cambio, fuentes judiciales admitieron deficiencias en las condiciones en que se desempeñan los trabajadores del teatro en el Centro de Exposiciones, y "en la preservación, sobre todo, del patrimonio audiovisual, sin ningún tipo de cuidado especial". En cuanto al vestuario, si bien parte del mismo está en containers al aire libre no se verificaron daños visibles.
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