(Infodefensa.com) Ginés Soriano, Madrid – Tras seis décadas entre los cinco
principales exportadores de material militar del mundo, el
Reino
Unido ha sido apeado recientemente por
China de esta
exclusiva lista, en la que también están
Estados Unidos,
Rusia,
Alemania y
Francia. La
circunstancia se añade al contexto de recortes en los gastos de
Defensa de su mercado interno y a la, por tanto, imperiosa
necesidad de su industria nacional de tratar de aprovechar al máximo los 160.000
millones de libras (190.000 millones de euros) que el
Gobierno
prevé dedicar a distintos programas militares en los próximos diez años.
Así las cosas, la
Administración y la industria del país se
han puesto manos a la obra para tratar de recuperar el impulso de su sector
militar, y hoy el primer ministro,
David Cameron, ha
escenificado su respaldo a una nueva estrategia con la que tratar de asegurar
esa prosperidad
Esta mañana se ha publicado en el Reino Unido un documento que plasma el
nuevo rumbo que deberá seguir el sector y que, además de identificar sus puntos
fuertes para crecer, expone el modo en el que el Gobierno y la industria deberán
trabajar juntos para aumentar la competitividad y hacer crecer el empleo y el
comercio británicos en torno a esta actividad.
Esta visión estratégica ha sido desarrollada por la denominada
Sociedad para el Crecimiento de Defensa (
DGP,
por sus siglas en inglés), un foro impulsado por el primer ministro el año
pasado en el que además del
Gobierno están presentes las
principales compañías militares del país, la asociación comercial del sector y
las pymes.
En el contexto de la presentación de esta iniciativa Cameron ha destacado que
además de hacer “una contribución esencial para nuestra seguridad nacional, la
industria [militar] también resulta vital para nuestro crecimiento económico”.
En este punto ha recordado que actualmente el sector da trabajo a más de 100.000
personas y genera una facturación de 22.000 millones de libras (más de 26.100
millones de euros) al año en Reino Unido.
Seis fortalezas clave del país
Las principales fortalezas de la industria militar de las que la DGP pretende
tirar son seis: las capacidades aéreas, que en la última década han copado el
82% de las exportaciones de defensa del Reino Unido y que mantienen un potencial
de crecimiento; los sistemas inteligentes, que comprenden el desarrollo de
equipos electrónicos, software e integración de sistemas que hoy en día ya están
en el núcleo de muchas capacidades militares; el crecimiento de los negocios
internacionales, a través del desarrollo más coordinado de productos británicos
adaptados a las necesidades de los clientes de todo el mundo; el área de
tecnología y empresa, en el que el documento alienta a establecer vías más
eficaces de creación y explotación de la propiedad intelectual de soluciones
futuras, como los sistemas no tripulados; las destrezas adquiridas, que deberán
desarrollarse en la próxima generación de aprendices, técnicos, ingenieros y
otros profesionales del sector, y, el sexto punto, la competitividad de la
cadena de valor, que deberá mejorar para proporcionar una mayor diferenciación
en términos de capacidad, coste y acceso al mercado del sector británico.
Superado por China
El copresidente de la DGP
Steve Wadey, director ejecutivo de
la compañía de misiles
MBDA Reino Unido, ha
dado la bienvenida en nombre de la industria a esta “oportunidad de trabajar en
colaboración con el Gobierno” que, a su juicio, “nos va a permitir desarrollar
tecnologías, destrezas y capacidades que atiendan las necesidades de nuestros
clientes hoy y a largo plazo, conduciendo
en última instancia al crecimiento de la economía del
Reino Unido”.
En este punto, el ministro de
Comercio,
Michael
Fallon, ha recordado que si bien las exportaciones británicas de
defensa alcanzaron en 2012 los 8.800 millones de libras, “las necesidades de los
clientes están cambiando en este mundo incierto donde la competición es feroz y
la tecnología evoluciona rápidamente”.
Una muestra la ofrecen los datos aportados por el último informe del
Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo
(
SIPRI), en el que se recoge la salida del
Reino Unido del club de los cinco principales exportadores de
armamento convencional del mundo, tras seis décadas seguidas de permanencia. El
trabajo, presentado el pasado marzo, refleja una reducción de las exportaciones
británicas hasta quedarse en el 5% de cuota de mercado, lo que le ha llevado al
abandono del grupo de los cinco líderes, superado por
China, un
país que ha aumentado sus ventas de armas a un ritmo diez veces superior al del
conjunto de todo el mundo.
Un mercado interno de 190.000 millones
En estas circunstancias, Fallon explica que la “nueva asociación a largo
plazo entre el Gobierno y la industria va a incrementar las nuevas oportunidades
para las exportaciones y la inversión interna, y va apoyar nuevas destrezas y
generar nuevos puestos de trabajo en empresas de todos los tamaños”.
El director ejecutivo de la organización de comercio de defensa,
ADS,
Paul Everitt, coincide en destacar el
desarrollo que el acuerdo va a suponer: “Al trabajar asociados el Gobierno y la
industria tienen una oportunidad única para poner los mecanismos adecuados para
aprovechar las oportunidades de crecimiento”.
Buena parte de esas oportunidades también llegarán del propio mercado interno
del país.
Philip Dunne, ministro de
Equipamiento y
Tecnología para la Defensa del Reino Unido, ha apuntado en este sentido
que en los próximos diez años se van a dedicar alrededor de 160.000 millones de
libras (190.000 millones de euros) en equipamientos de vanguardia, incluidos
nuevos portaaviones, submarinos, destructores del
Tipo 45, cazas de
combate de quinta generación y distintos vehículos blindados”. El trabajo del
DGP y del detallado plan de equipamiento, ha añadido Dunne, “es asegurar que la
industria de defensa encuentre la posición más fuerte posible para ejecutar la
mayor parte de esa importante inversión”.
Fotos: BAE Systems