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miércoles, 8 de junio de 2016

Maniobras montadas sobre un delicado momento social

Por Joaquín Morales Solá - LA NACION
Tal vez Guillermo Moreno no sea sólo un provocador (que también lo es) o Hebe de Bonafini no sea sólo una anciana rencorosa y desinformada.

El núcleo duro del kirchnerismo está propalando la idea de que un sector importante de la sociedad sufre el hambre de manera insoportable. Ellos (y otros más) son sólo voceros de una estrategia más profunda, que se despliega sobre todo en el conurbano bonaerense, donde reside el universo más amplio de pobres del país. En ese espacio socialmente sensible, siempre vacilante, los cristinistas están llamando a futuras movilizaciones hacia los supermercados, según información que recibió el gobierno de Macri de intendentes propios y de peronistas que aspiran a un proyecto de poder más ambicioso que el caos.


En esa trama, Moreno dijo que el ex dictador Videla fue mejor que Macri ("no le sacaba la comida a los pobres") para provocar el revuelo que ocasionó y para que la mirada social se fijara en la supuesta hambre, llevada por el nombre de Videla. El plan carece de escrúpulos, pero ¿cuándo Moreno tuvo escrúpulos? Bonafini mintió en Roma cuando aseguró que se habían eliminado todos los planes sociales que existían durante el cristinismo. La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, aseguró que no se abolió ningún plan y que, al revés, se crearon nuevos planes y se actualizaron los montos de los anteriores.

Sin embargo, es cierto que el plan económico de Macri atraviesa el peor momento en cuanto a sus repercusiones sociales. De hecho, el Presidente debió rectificar el nivel de los aumentos tarifarios.

La propia administración admitió oficiosamente que sus cifras de pobreza son parecidas a las del Observatorio Social de la Universidad Católica, que constató que hay casi un millón y medio de pobres más en el país. Esos pobres se agregaron en los últimos meses a los ocho millones y medio de pobres que ya existían antes del 10 de diciembre pasado. El cristinismo teme que el segundo semestre sea más benévolo socialmente y que los argentinos comiencen a percibir un alivio en la inflación, en la oferta de empleo y en la capacidad de compra. "Si esto fuera así, Macri habría triunfado", le dijo un cristinista convencido a un peronista indeciso. A la propia Cristina se le atribuye una frase, que nunca desmintió, sobre el acuerdo con los holdouts: "Si Macri arregla con los fondos buitre, se quedará ocho años".

La empresa de encuestas Isonomía constató en su última medición que la gestión del Presidente tiene el apoyo del 63 por ciento de la sociedad. Pero también verificó que lo que más apremia a la sociedad ahora es la economía. No obstante, mejoraron las buenas expectativas respecto del futuro económico y hasta del empleo.

Por primera vez, apareció una expectativa menor de inflación respecto del mes pasado. En síntesis: una mayoría social sabe que el momento que atraviesa es malo, pero confía en que Macri puede ser la solución.

En ese contexto, el cristinismo teme que la realidad contradiga su versión apocalíptica del futuro. Algunos intendentes y ex intendentes peronistas, y sobre todo del Frente para la Victoria, están recorriendo los barrios más carenciados del conurbano, donde pronuncian discursos de fuego sobre la situación social. Por lo general, los ex intendentes kirchneristas movilizados son políticos que perdieron sus municipios a manos de candidatos de Cambiemos. Un epicentro de la movilización está en La Matanza, donde se arrincona el peronismo bonaerense más antimacrista. Lo lidera el presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires y ex intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. En esa municipalidad se les dio trabajo a figuras notorias del gobierno de Cristina Kirchner (Débora Georgi y Roberto Feletti, entre otros). La intendenta actual, Verónica Magario, discípula de Espinoza, ha dicho en las últimas semanas frases de incendio: "En La Matanza hay hambre" o "tenemos abuelos que no cenan".

Debe consignarse que la mayoría de los intendentes peronistas prefieren huir de esa estrategia, porque supone que un intento de desestabilización de Macri podría tener graves costos electorales. Algunos de ellos escucharon decir a Carlos Kunkel, otro trabajador incansable para debilitar a Macri, que hay que "forzar el éxito". Esto es: apurar el supuesto fracaso de la administración del Presidente. En los "intentos de agitación", según la fórmula elegida por una alta fuente del gobierno nacional, también militan el infaltable Luis D'Elía y Fernando Esteche, jefe del violento ejército llamado Quebracho.

Un papel no menor en este plan lo cumplen los dirigentes de La Cámpora (o algunos de ellos), entrenados para ejercitar una suerte de foquismo. La seguridad de Macri debió reforzarse en sus visitas al conurbano, porque ya es habitual que un grupo de camporistas lo espere para insultarlo en cualquier ocasión. Otra estrategia del Gobierno es no anunciar las visitas de Macri y que ellas sean sorpresivas para evitar que lo aguarden los grupos cristinistas. Fuentes peronistas inmejorables aseguraron que la ex presidenta Cristina Kirchner autorizó todas estas operaciones o que, al menos, las conoce y no las desautoriza.

El cristinismo habría decidido usar el peor momento económico de Macri para forzar (según el término de Kunkel) el fracaso del Presidente. "Más adelante podría ser extemporáneo o demasiado evidente", razona un peronista que intenta interpretar a los cristinistas. Los supermercados atraen la atención de los conspiradores, pero también la del Gobierno. Esos centros de compra se convirtieron en un lugar emblemático de la sublevación social desde la gran crisis de principios de siglo. D'Elía, Esteche, La Cámpora y algunos peronistas sin identificación, pero rencorosamente antimacristas, anuncian próximas movilizaciones hacia los principales supermercados de las zonas más calientes del conurbano.

Seguridad y comida

El gobierno de Macri tomó nota. La custodia policial de los supermercados se reforzó en las últimas semanas. Pidió una información diaria sobre los movimientos políticos y sociales que se producen alrededor de esos lugares. La gobernadora María Eugenia Vidal ordenó una reacción rápida para atender urgencias y demandas sociales. Está distribuyendo más comida que la que se distribuía en tiempos de Cristina Kirchner. Entre Vidal y la ministra Stanley hay conversaciones diarias sobre la situación social y sobre la distribución de alimentos.

Llama la atención del Gobierno la actitud de la organización social Barrios de Pie, que el martes pasado bloqueó todos los ingresos a la Capital y levantó ollas populares en repudio de la política de Macri. Barrios de Pie fue kirchnerista y formó parte del gobierno de Néstor Kirchner, pero en 2008 abandonó esa adscripción y se convirtió en un sector crítico de lo que ya era el cristinismo. Nadie estableció todavía si la actual movilización de Barrios de Pie es conscientemente funcional a los planes del cristinismo o si, en cambio, es sólo una estrategia aislada. Barrios de Pie también adelantó que irá a los supermercados, aunque comenzará por hablar con sus gerentes para pedirles la donación de alimentos.

Elisa Carrió, que suele expresar a veces (no siempre) las ideas que rondan en el Gobierno, fue directa en las últimas horas: "Quieren voltear a Macri", dijo con su particular estilo, directo y frontal. Si se hurga en la composición de los conspiradores, la primera constatación es que significan una minoría política. La segunda comprobación es que son una fuerte preocupación para la mayoría peronista; ésta sabe que ni el foquismo, ni el cristinismo fanático, ni la conspiración evidente constituyen un proyecto de poder, que es el único proyecto del peronismo.

Los conspiradores podrían separarse en tres grupos. Uno está integrado por los jóvenes exaltados de La Cámpora, que tienen su explicación: la exaltación y el fanatismo suelen formar parte de la juventud. Un segundo grupo está compuesto por dirigentes impregnados por una ideología nacionalista y antigua que desprecia a Macri. La última está constituida por los que fueron jóvenes peronistas revolucionarios y ahora son viejos y perdieron el poder. El problema sin solución de éstos es que carecen de tiempo para volver a vivir, desde el centro del poder, una primavera cristinista.

lunes, 6 de junio de 2016

6 meses de Macri: la Nación no es la Ciudad de Buenos Aires.

Por CLAUDIO M. CHIARUTTINI - Urgente24
Reestructurar la cadena de precios relativos de la economía no consiste solamente en actualizar tarifas de un plumazo. Suponer eso es una tontería tan grande como imaginar que se puede hacer sin consecuencias graves que deberían haberse contemplado.

6 meses después Mauricio Macri enfrenta los problemas que se sabía que dejaba Cristina Fernández de Kirchner, si no encontró ni la estrategia ni la herramienta para resolver lo de los precios relativos ni el flujo de dinero aplicado a inversiones, tiene que mantener una lógica de negociaciones políticas que le resulte lo menos onerosa posible. No hay misterios en esto.

6 meses de Macri: la Nación no es la Ciudad de Buenos Aires...El problema es que al PRO no lo satisface ninguna de las 2 posibilidades. En este escenario, el autor escribió el editorial dominical de su programa Sin Saco y Sin Corbata (Concepto FM)

Banda y bastón presidencial, atributos de un poder que requiere más que formalidades. Mauricio Macri lo sabe pero 180 días después necesita recuperar la iniciativa.

El Gobierno de Mauricio Macri se acerca a cumplir los primeros 6 meses en el poder, sumando importantes triunfos y logrando gran parte de las metas que se habían fijado antes de asumir, pero al mismo tiempo, con algunas profundas deudas sociales y sin terminar de definir y conformar una alianza fuerte en el Congreso, que evite tanto desgaste y costo político.

Para dimensionar el descontrol del Estado que Mauricio Macri y su equipo heredó del kirchnerismo, el Gobierno acaba de publicar la primera versión del balance de situación heredada de Cristina Fernández y sus ministros, llamada “El Estado del Estado”, un recorrido repleto de espanto que se puede leer a lo largo de sus 223 páginas.

Centros de cómputos comprados que nunca fueron conectados, programas sociales que acumulaban deudas desde 2009, cientos de miles de expedientes paralizados, miles de empleados que no llegaban a sumar dos horas de trabajo diarios en sus puestos, cataratas de recursos dilapidados, ausencia total de registros contables de gastos, auditorías que jamás se realizaron y un despilfarro descontrolado se puede leer en forma descarnada, pero redactado con la serenidad y ausencia de calificativos despectivos, propios de las auditoría técnicas, lejos de ser un documento político revanchista, como argumentó Francisco al habar del macrismo.

Era usual escuchar funcionarios del PRO recién asumidos en sus cargos afirmando “no sé cómo hacían estos tipos para gobernar”, en referencia a sus antecesores kirchneristas. Justo lo que hoy dice peronista, massitas y kirchnerista del macrismo: “No sabemos qué quieren hacer”; lo que confirma la incomprensión de lo actuado en el pasado y de lo que se intenta realizar ahora, aunque ahora sean mucho más serios y prolijos.

Todas las encuestas, las cercanas al Gobierno y las opositoras, coinciden que la gran deuda del macrismo luego de 6 meses de gestión es en el terreno social. Y pese a las medidas que se han tomado, nada parece alcanzar para neutralizar el efecto de la inflación en el bolsillo de las familias, el aumento de los servicios públicos, de los combustibles, de la medicina prepaga, de las cuotas de los colegios o de los medicamentos.

La falta de buena comunicación, sumada una fuerte carencia de acción política adecuada, hacen que el Gobierno pierda en el roce con aliados y fuerzas opositoras todo lo que pueda ganar con ideas excelentes, como puede ser la cancelación de deudas judiciales a los jubilados, crear una Pensión Universal a la Vejez o eliminar el Impuesto a los Bienes Personales.

Justo cuando el Gobierno había recuperado la iniciativa política y había utilizado una buena estrategia comunicacional para lanzar el plan de exteriorización de activos y cancelación de deudas judiciales previsionales o se analizaba poner límites a los aumentos de los servicios públicos, Mauricio Macri y su equipo tienen que ceder fuertemente ante las presiones de Elisa Carrió, del radicalismo, del peronismo o del massismo.

En 3 días, Elisa Carrió y el massismo obligaron a dejar fuera del blanqueo a los funcionarios de los gobiernos de Cristina Fernández y de Mauricio Macri, los radicales pusieron el grito en el cielo por la norma que cambia el estatus de relación entre las fuerzas armadas y las autoridades democráticas civiles y los peronistas obligaron al ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, a tener que colocar techo al nivel de suba en las boletas de electricidad y gas. Y todo esto sin que aún se sientan las presiones de parte de las bancas opositoras en el Congreso.

Parece insólito que el Gobierno no tenga un canal de negociación rápido, sencillo y silencioso con Elisa Carrió y el radicalismo. Tan duro fue el choque con la legisladora chaqueña, que hasta llegó a enfrentar a 2 fuertes amigas, la creadora del ARI y Gabriela Michetti, hasta que intervino Federico Pinedo para bajar los decibeles de la discusión.

Era sabido que Elisa Carrió iba a ser una pieza incomoda en el Gobierno de Mauricio Macri. Como buena cruzada jacobina, sus objetivos y metas son más importantes que las condiciones de gobernabilidad y las necesidades de negociar. Pero fue la creadora de la Coalición Cívica la que “limpió la cara” del macrismo y le permitió sumar mucho voto principista antikirchnerista, que nunca hubiesen ido a “Cambiemos”, pero no quiere perder su perfil independiente de cualquier factor de poder.

Los radicales hacen un enorme esfuerzo para seguir junto al macrismo, pese a que Mauricio Macri le cedió importantes porciones de poder y caja, como nunca antes desde el Gobierno de Fernando de la Rúa. Sin embargo, no todos los radicales gozan de las “mieles” del poder y siguen levantando banderas maximalistas, que no le aportan ni un solo voto, y que en muchas oportunidades, parecen satisfacer las necesidades del peronismo.

Así como peronistas y kirchneristas son incapaces de reconocer ni un solo hecho de corrupción del Gobierno de Cristina Fernández (y menos del de Néstor Kirchner), el radicalismo es incapaz de comprender que no son una opción elegible hoy por los argentinos, que carecen un buen candidato y que si no fuera por Mauricio Macri serían una fuerza en extinción.

Los peronistas siguen siendo los más pragmáticos en el terreno político y, ante los aumentos desmedidos de las tarifas de los servicios públicos, pocas horas después de haber negociado el recupero de una inmensa masa de dinero de la coparticipación que, hasta ahora iban a la ANSeS, se plantaron ante la Casa Rosada y exigieron tope a las tarifas.

El pedido peronista generó un choque entre los ministros de Energía y Minería e Interior, Vivienda y Obra Pública, Juan José Aranguren y Rogelio Frigerio, respectivamente, que implicó que el primero cediera posiciones y tuviera que desmentir que haya amenazado con renunciar al cargo. En político, se sabe que cuando un funcionario niega su dimisión es porque alguien ya está pensando nombres de reemplazos para ese cargo.

De esta forma, de un plumazo, los Gobernadores peronistas le sacaron a la Casa Rosada un tope tarifario para sus distritos que para la Nación tendrá un costo fiscal de $ 2.250 millones, monto que aleja aún más las posibilidades de reducir el Gasto Público, como había anunciado el Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, en Enero pasado.

Otro enorme retroceso ha sido el proyecto oficial de reforma electoral, que por los graves problemas internos del PRO para consolidar e institucionalizar el armado de Cambiemos, ha tenido que renunciar a sus intenciones de suspender las Primeras, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias; con lo cual, los cambios que llegarán al Congreso será sólo de instrumento de voto, ya que no habría más boleta sábana, sino boleta electrónica, como se votó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Desde hace meses radicales y lilitos reclaman establecer un sistema de consulta permanente entre los socios de Cambiemos. Pero en los 8 años que fue Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri no consensuaba las normas que ingresaría a la Legislatura y la construcción de mayoría se hacía con una propuesta sobre la mesa. Por la imposibilidad de que salieran los proyectos como el PRO quería, casi la mitad de las normas votadas por los legisladores fueron vetadas total o parcialmente.

Así que, la ausencia de consultas previas y la negociación con un texto sobre la mesa es una costumbre de Mauricio Macri en el poder. Modificarlo, después de tanto tiempo, se hace difícil, salvo que tenga un equipo político que asuma los riesgos y los costos de la tarea. Por lo visto, Marcos Peña mantiene el ADN macrista puro y avanza para luego negociar; mientras que Rogelio Frigerio, un “impuro” en la clasificación de Jaime Duran Barba, termina por tener que pactar, sobre todo con el peronismo, decisiones que ya fueron tomadas y hasta publicada en el Boletín Oficial.

Este capítulo del “Estilo PRO” tiene un alto costo político, más cuando venimos de un Gobierno como el de Cristina Fernández que tenía en el Congreso una virtual “escribanía” que aprobaba cualquier iniciativa que saliera de la Casa Rosada, no importaba su contenido, ni la cantidad de “sapos” que tenían que “comerse” peronistas y kirchnerista.

Con 6 meses en el poder, Mauricio Macri ya comienza entender que no es lo mismo la negociación en la Legislatura porteña que en el Congreso de la Nación y que legisladores porteños, muchos que suelen jugar como “líberos”, no se pueden comparar con senadores o diputados que responden (o muchas veces no) a gobernadores cargados de necesidades.

Son tiempos complejos de armado político complicado y desafíos mayores. Pese a las escandalosas revelaciones judiciales alrededor de Cristina Fernández, Lázaro Báez y otros miembros de la elite kirchnerista, el lento accionar de la Justicia no alcanzan a calmar la ansiedad de los votantes antikirchneristas que exigen ver presos a los involucrados. Así, el efecto “placebo” que se esperaba sobre la opinión pública, ha cesado y la inseguridad o los problemas económicos ganan posiciones todos los días.

El default, Thomas Griesa, los holdout, el cepo importador, el cepo cambiario, la imposibilidad de comprar dólares a precio oficial, los cortes de energía, la paralización de las obras públicas y los “Precios Cuidados” ya no forman parte de la tapa de los medios, pero la inflación, la recesión y la falta de inversiones externas son repetidas hace semanas y prometen ser repetidas durante varias semanas más.

Para el votante macrista se ha hecho mucho y hay que tener paciencia para esperar que se cumplan otras promesas de campaña, como  la reactivación o bajar la inflación a valores soportables para una familia tipo. Por su parte, para el votante kirchnerista, el macrismo no deja de destruir su imaginaria “obra”. En el medio, los inconformes superan a los conformes, pero como no hay un candidato opositor que encarne el descontento contra el PRO, en todas las encuestas, la imagen positiva de Mauricio Macri sigue siendo mayor que a negativa.

Puede que Mauricio Macri y su Gobierno no hayan alcanzado las expectativas de muchos que los votaron, pero la tarea realizada ha sido titánica, aunque todavía falta mucho, mucho, mucho más por hacer.

viernes, 6 de mayo de 2016

Más que Uber, Metrobús es el futuro

Por Héctor Zajac - Clarin.com
La inauguración de un nuevo Metrobús y los fallos contra Uber son complementarios. El “carpooling” que promueve Uber contra el auto vacío es una versión edulcorada de un mal mayor fomentado por una distorsión: los que conducimos tendemos a atribuir la causa del embotellamiento a la lentitud del colectivo. Sin embargo, su ratio de uso de espacio por pasajero, 10 veces menor (20 si es articulado) al del auto, convierte al auto en causa de congestión y contaminación.


La app se proclama sustentable: la web crea la sincronía entre usuario y coche más cercano, ahorrando desplazamiento y consumo energético a nivel sistémico. Pero capitaliza en sutiles subsidios indirectos. Medra en el vacío legal no tributando y, aunque los consumidores prefieren contacto con el objeto -el shopping virtual es aún incipiente en relación al físico- esto no sucede cuando el objeto es la movilidad. Un improbable consuelo para el taxi, el grupo etario lejano a la web.
Si la autopista, cuyo incremento de espacio de circulación indujo al auto extra que la acabó taponando, invalidando la finalidad de su creación, en un mundo donde sobran desempleados, ¿no podría la invitación de la empresa a volverse un “uberemprendedor” inducir lo mismo? La cuestión es: ¿cuál es el modelo de ciudad que se pretende, el precio a pagar para evitar su caos y quién deberá pagarlo? Taxi y Uber comparten la ineficiencia funcional de una modalidad de transporte, aunque el primero creció con la ciudad creando un servicio criticado por abusos de precio e inseguridad pero alimentando miles de familias, y en tiempos difíciles.

En la ciudad, cada decisión debe beneficiar a los millones que se mueven diariamente entre Gran Buenos Aires y la Capital en transporte público. Metrobús acortó sus tiempos de viaje. Pero el despliegue de su potencial depende de una gestión que exija a las empresas unidades articuladas y modificaciones en recorridos de acuerdo a los corredores creados. 

El ramal Av. San Martín es clave, una diagonal que es la distancia menor entre el centro geográfico de CABA en el Cid Campeador y su límite en la Gral. Paz, pero aún no hay una línea que cubra la totalidad de un trayecto que beneficiaría incontables usuarios. En la mayoría de las ciudades de la UE hay sistemas similares a Metrobús, y no hay Uber. No se construyen autopistas ni parkings. El centro es territorio del peatón, el tranvía y el bus eléctrico. El subte es cuestionado por costo e impacto ambiental. La app dejó de existir en Bélgica y Francia. En el Reino Unido la legalidad le costó cara: los taxistas fijaron las condiciones.
Las TICS virtualizan el lugar de trabajo, reconcilian la brecha entre éste y vivienda. Reducen los viajes al centro en horas pico, causa estructural de congestión y contaminación, y prometen un futuro sin ellas. Uber invoca la tendencia, pero es esclavo de un modo dominante en una urbe que ya no existe.

El Estado tiene que gestionar por una ciudad democrática, aunque luzca un oxímoron impidiendo Uber. Mejorar el Metrobús y usar gotero en las licencias para taxi. Nivelar el terreno gravando a la app es dar un lugar donde ya no hay. Sin embargo, sería más que bienvenida donde lo hay de sobra, capitalizando los grandes vacíos de integración del país entre pueblos y ciudades.

Héctor Zajac es Geógrafo (UBA) y Magister Problemáticas Urbanas (UNY)

jueves, 28 de abril de 2016

Argentina y Rusia: relación entre "dos necesitados"

Por Sebastián Vigliero - Clarin
La “asociación estratégica integral entre la República Argentina y la Federación de Rusia auspicia una plataforma de complementación de cara al futuro para los dos países, que no se debería dejar de mirarse.

Ambos países, además de compartir fuertes intereses en el campo de la seguridad y la economía –tienen posiciones comunes en el Grupo de los 20 y en Organización de Naciones Unidas (ONU)-, son “dos necesitados” cuyas economías enfrentan el dilema de permanecer dependientes del ciclo de precios de los commodities –granos e hidrocarburos- sino también de convertirse en plataformas productivas modernas y altamente intensivas. Una combinación que pocos países se podrían dar el lujo de soslayar.


Hoy el comercio argentino-ruso se sitúa en alrededor de unos u$s 1.800 millones e involucra en su mayoría productos primarios. El crónico déficit comercial argentino desde 2011 se explica por la magnitud de las exportaciones rusas -70% de la balanza comercial-, constituidas en su gran mayoría por fertilizantes minerales y combustible diesel y por las pocas y concentradas ventas argentinas -frutas, carnes, legumbre y bebidas-. Nuestro país no es para Rusia un socio comercial de envergadura, como sí lo son los mercados en Europa, Asia y sus vecinos inmediatos. 

Lejos de quedarse en la lógica del tradicional esquema de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), tanto Argentina como Rusia se muestran como economías con importantes recursos naturales –de por sí escasos y muy demandados en el mundo- que buscan desarrollarse sustentablemente. El problema es su primitiva matriz industrial y la falta de inversiones.

¿Cómo pueden complementarse? Argentina se ofrece hoy al mundo como una potencial base de operaciones industrial necesitada de inversiones millonarias, de transferencia tecnológica, infraestructura, y de conocimiento. 

Las sanciones internacionales impuestas a Rusia por parte de Europa y Estados Unidos son una formidable oportunidad para la industria de agroalimentaria nacional en el mercado ruso. Por su parte, el Kremlin, además de la necesidad de modernizar su economía y sus instituciones, tiene intereses concretos en los sectores de hidrocarburos telecomunicaciones, de energía atómica, hidroelectricidad, industria ferroviaria, militar y de transporte, entre las más representativas.

No siendo suficiente ello faltaría creatividad para combinar sinergias de recursos naturales y erigir industrias intermedias altamente intensivas que permitan insertarse en las cadenas de producción internacional.

Ello redundaría no sólo en beneficio de los dos países sino que sería un comienzo para lanzar una estrategia transnacional argentino-rusa y replicarla en América Latina y en la Unión Económica Euroasiática-Asia Central-, haciéndolo extensivo a otras regiones. Algo que podría servir para acortar distancias y acrecentar lazos de dos países que buscan crecimiento sustentable en el tiempo.

Sin dudas, un desafío interesante para la Argentina y Rusia que, pese a la distancia y al disímil tamaño de sus economías, piensan muy parecido sus estrategias de salida que las condicionan en la economía internacional.

Sebastián Vigliero es profesor del Departamento de Gobierno y Relaciones Internacionales de la UADE

Inadmisibles demoras en la causa de Lázaro Báez


(La Nación) - Despierta sospechas la indolencia manifestada por el juez Casanello antes de adoptar elementales medidas para el avance de la investigación.



Los televidentes poco informados que asisten a los shows televisivos con los allanamientos a las múltiples propiedades santacruceñas del seudoempresario Lázaro Báez, así como asistieron antes a su captura y al patético periplo y posterior apresamiento de su abogado Jorge Chueco, quizá tengan la impresión de una Justicia implacable en la persecución de los sospechosos de alto vuelo y la obtención de las pruebas necesarias para procesarlos.

Por desgracia, no es así. Asistimos a medidas elementales que deberían haberse adoptado hace mucho tiempo y que no se instrumentaron probablemente para beneficiar, no sólo a Lázaro Báez, quien dista de ser un personaje con peso propio, sino a la familia Kirchner, pues Báez habría oficiado de testaferro del ex presidente Néstor Kirchner.

No en vano el juez federal Sebastián Casanello, a cargo de la causa contra Báez por lavado de dinero, se ha ganado apodos basados en su indolencia y extrema lentitud para instruir este importante expediente. Una lentitud tan extrema que podría rayar en la complicidad.

Esa actitud del juez se ha manifestado desde el comienzo y le ha valido fuertes recriminaciones por parte de su superior, la Sala II de la Cámara Federal, que hace más de un año lo instó a que indagara a Báez, al tiempo que le reprochó haber efectuado una investigación "parcial" y haber avanzado en forma despareja con los distintos imputados. En efecto, Casanello había procesado a Leonardo Fariña y Federico Elaskar, quienes ejecutaban parte de la ingeniería financiera para lavar el dinero de Báez. Sin embargo, el magistrado se paralizaba ante Báez. Claro, aún gobernaba Cristina Kirchner.

Cuando ella abandonó el poder y la televisión difundió el video con Martín Báez, hijo de Lázaro, y otros personajes dedicados a contar euros y dólares, y a apilar y guardar en bolsos fajos de esos billetes, Casanello no tuvo más remedio que ir por Báez. Poco después se le escapó Chueco, que si no logró suicidarse en Puerto Iguazú o tampoco logró fugarse más allá del Paraguay, fue porque no quiso. Chueco tendría que haber sido indagado antes. Ninguna vigilancia se ejercía sobre él.

También llama poderosamente la atención el hecho de que, habiendo procesado con prisión a Lázaro Báez, no haya hecho lo mismo con su hijo Martín, sobre quien pesan las mismas pruebas, además de la comprometedora filmación de "La Rosadita". Aquí es donde resurgen las suspicacias, pues tras la detención y la indagatoria de Báez padre, se ha publicado en reiteradas ocasiones que tanto él como su esposa habrían resuelto contar cuanto saben si Martín Báez va a parar a una celda.

Otro hecho que puso de manifiesto la extrema indolencia de Casanello se produjo días atrás. El miércoles de la semana pasada, la defensora de Fariña depositó en la Justicia un escrito de puño y letra de su defendido, en el que éste había anotado la lista de propiedades de Báez. Caía de maduro que los allanamientos a esas propiedades requerían una ejecución más que veloz, pues ya habían transcurrido varios días desde la indagatoria de Báez. Pero los días pasaban sin novedades al respecto. El lunes pasado, tanto LA NACION como Clarín se extrañaron ante tanta demora en la adopción de una medida elemental. Mientras tanto, la lista o parte de ella había tomado estado público el día anterior. El juez dispuso los allanamientos en la noche del lunes. Una vez más, pareció actuar a impulso del periodismo.

Cuando se confirmó la prisión de Báez, los camaristas de la Sala II volvieron a reprocharle negligencias a Casanello y lo urgieron a investigar dónde se encuentran escondidos los cuantiosos fondos que constituyen la fortuna de Báez y que provendrían de la sobrefacturación de obras públicas durante la gestión del kirchnerismo.

Por otra parte, también es necesario tener en cuenta que para probar el delito de lavado de dinero, hay que determinar cuál fue el hecho ilícito que generó esos fondos que hubo que lavar. Se trata de un punto esencial que no debe soslayarse, a riesgo de que todo cuanto muestran las pantallas de televisión en estos días quede como mera espuma.

No puede tocarse el tema de la causa de Casanello sin mencionar la de Hotesur, a cargo del juez federal Daniel Rafecas. En ella se investiga el presunto lavado de dinero en hoteles de la familia Kirchner. Rafecas declaró la incompetencia en febrero pasado y el expediente corre el peligro de atomizarse en distintos sumarios. Afortunadamente, el fiscal de esa causa, Carlos Stornelli, se manifestó en contra de la decisión de Rafecas, e idéntica actitud adoptó el fiscal ante la Cámara Federal, Diego Velasco.

Causas como las de Casanello y Rafecas arrastran demasiados atrasos difíciles de explicar, que alimentan las sospechas de que el proceder de ciertos magistrados sigue siendo funcional a una mejora de la comprometida situación de la ex presidenta de la Nación en algunas de las investigaciones.

miércoles, 27 de abril de 2016

Muy cerca de Cristina

Joaquín Morales SoláPor Joaquín Morales Solá - LA NACION (Extractado)
Están buscando la fortuna de la familia Kirchner. Jueces y fiscales saben que las propiedades de Lázaro Báez son suyas sólo en lo formal. La enorme mayoría de las cosas que tiene Báez pertenecen a la familia que gobernó la Argentina durante 12 años. El juez Sebastián Casanello dispuso allanamientos más numerosos que los que indicó Leonardo Fariña en su última declaración. Ordenó revisar cada una de las casas o estancias que están a nombre de Báez.

Una tarea monumental por la dimensión patagónica de los territorios que deberán inspeccionar. La Justicia se acerca dramáticamente a los pies de Cristina Kirchner.

Sin embargo, se impone una dosis de cautela. La descripción que hizo Fariña de escondites y covachas llenos de dólares y euros corresponde a los años 2011 y 2012. Tuvieron demasiado tiempo para trasladar el dinero y para cambiar la arquitectura de los lugares, sobre todo después de que Fariña fue un testigo doblemente arrepentido ante el periodista Jorge Lanata (primero se confesó ante él y después se desdijo). Los Báez sabían que Fariña conocía la ubicación exacta de esos lugares. Hasta les sacó fotos. ¿Los dejaron tal como estaban? ¿Cometieron, acaso, la monumental chapucería de no modificar nada? Por eso, Casanello mandó allanamientos más vastos que los señalados por Fariña. Es cierto también que el dinero acumulado es mucho, muchísimo, y que no es fácil en este mundo esconder, trasladar o depositar semejantes caudales.

Es igualmente veraz que la Justicia tendría a mano otros recursos si no hubiera hallazgos importantes. Podría, por ejemplo, hacer peritajes para establecer si hubo cambios en los últimos años en las casas y estancias de Báez y dónde se hicieron. Casanello demoró seis días los allanamientos que debieron hacerse inmediatamente después de la última declaración de Fariña. El juez asegura que le mandó el testimonio del arrepentido al fiscal Guillermo Marijuan, en un sobre cerrado, para que éste se expidiera. El fiscal estaba evidentemente crítico de las demoras de Casanello, pero Marijuan prefirió luego bajar el nivel de la sorda polémica con un elogio a la gestión del magistrado. Hay preguntas que son básicas, pero que conviene hacerlas. ¿Juez y fiscal no debieron, acaso, hablar por teléfono para agilizar los trámites? ¿Por qué procedimientos de tanto volumen político y judicial se resolvieron con el trámite antiguo de enviar un sobre y esperar una respuesta a vuelta de correo? Mientras tanto, el país y, sobre todo, los Báez ya sabían que existía la declaración de Fariña y la supuesta ubicación de los tesoros escondidos.

Una pregunta recurrente que suele hacerse la política es por qué los Kirchner habrían preferido acumular dinero en efectivo en lugar de buscar métodos más seguros. La respuesta que dan los íntimos de Néstor Kirchner es que el ex presidente desconfiaba de los bancos internacionales. Había llegado a la conclusión de que uno de los negocios de esos bancos es guardar dinero de políticos en el poder para negarles su devolución cuando han perdido el poder. Los bancos embargan esos depósitos, por lo general, a la espera de resoluciones judiciales que no llegan nunca. "Éstos te reciben con alfombra roja cuando sos presidente y después no te dan la guita", solía repetir. Eligió, en cambio, amontonar el dinero en efectivo para luego lavarlo lentamente en el país o llevarlo a paraísos fiscales mediante un sistema de empresas que se parecen a las mamushkas rusas. Una empresa de testaferros guarda a otra empresa y así sucesivamente. Sólo en la última, cuando ya se han perdido casi todas las pistas, están los verdaderos dueños.

La otra pregunta que se hace la política es por qué los Kirchner decidieron confiar parte de su fortuna a un personaje menor como Fariña, farandulero y ostentoso. Era un semáforo encendido llamando a la investigación de la Justicia. Según el relato de antiguos confidentes de Néstor Kirchner, Fariña apareció como gestor del dinero de la poderosa familia política argentina luego de la muerte del ex presidente. Antes, Fariña visitó Olivos como amigo de los Báez, sobre todo de Martín, el hijo, y participó de algunos fulbitos con Néstor Kirchner. En esa época, Néstor prefería llevar el dinero a paraísos fiscales mediante profesionales de las finanzas. Gestión a la que le dio especial impulso después de 2008, aunque la ingeniería de obras públicas sobrefacturadas comenzó casi con su gobierno.

En 2008, los Kirchner sufrieron la primera derrota política, tras su guerra con el campo, y el ex presidente perdió en 2009, con su nombre en las boletas, las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Un conocido banquero y otro conocido empresario de concesiones abrían y cerraban entonces las puertas de Olivos. Un amigo del ex presidente le preguntó la razón de esas presencias. "Hay que juntar plata para después del poder", le respondió. La muerte de Néstor Kirchner cambió la política argentina y la estrategia financiera de la familia. Cristina Kirchner arrasó en las elecciones presidenciales de 2011. Comenzó el cepo al dólar y la disputa por el dólar paralelo. Cristina se enojó con todos los banqueros, amigos y enemigos. Le encargó a Lázaro Báez que se hiciera cargo de la fortuna y de su blanqueo o depósito. Báez apareció con Fariña como una inteligente solución. Cuesta imaginar, realmente, que Néstor Kirchner haya depositado parte de sus ahorros (por los que sentía una debilidad inigualable) en manos de Fariña.

Báez sí es obra de Néstor Kirchner. También Cristóbal López. Había una diferencia en el trato con ellos; Báez era un testaferro y López era un socio. Hubo estrategias igualmente diferentes entre Báez y López. Báez creyó en el discurso del microclima cristinista de que la victoria era segura en las pasadas elecciones presidenciales. No se preparó para la derrota, aun cuando Cristina también se peleó con él. Lo dejó sin obras públicas (convencida, dicen, de que robó plata de su marido) y lo expuso públicamente. Varias empresas de Báez están cerca de la bancarrota. No es que Báez no tenga plata. La tiene, pero no puede blanquearla con el pago de salarios a sus empleados. Cristina lo depositó personalmente cerca de los tribunales.

López, en cambio, sí imaginó un escenario de derrota del kirchnerismo. En julio del año pasado, cuando ni siquiera se habían realizado las elecciones primarias, intentó cambiar el domicilio de sus empresas más vulnerables al sur del país, donde hay una justicia que él conoce, frecuenta y adula. Compró también medios de comunicación para presionar sobre un eventual gobierno de otro signo. La AFIP de la nueva administración y la Justicia le impidieron el cambio de domicilio. El error de Néstor Kirchner fue confiar en personajes tan poco presentables. Un ex empleado bancario convertido en uno de los más grandes terratenientes de la Patagonia. Un empresario del juego y del petróleo que no le devolvió al Estado el dinero que cobraba como impuesto a las naftas. Acumuló casi 8000 millones de pesos que usó para agrandar su imperio. El error de Cristina fue, además, poner todo eso en manos ineptas y torpes, muchas veces para conformar caprichos o malhumores personales.

lunes, 25 de abril de 2016

El verdadero cambio que tiene que hacer el presidente Macri

José Luis EspertPor José Luis Espert - LA NACION
Hace 80 años la Argentina estaba décima en el ranking mundial de ingresos per cápita. Hoy no supera el puesto 70. En los últimos 40 años tuvimos cuatro planes que terminaron en crisis profundas: el de José Ber Gelbard, "la tablita" de Martínez de Hoz, el austral y la convertibilidad. Y por ahora evitamos la crisis latente en la que nos dejó "la década ganada" kirchnerista.

Somos el país que más defaults de la deuda pública realizó desde la Segunda Guerra Mundial y el que más juicios soberanos en contra tiene en el mundo. Y desde 1988 (28 años), los niveles de pobreza promedian el 30% de la población, con picos de 50% y 60% en crisis homéricas como la hiperinflación y 2002.

¿Hay una o varias cosas que unan, que sean la columna vertebral, o sea, los elementos aglutinantes de aquellas crisis que nos convirtieron en el país de las posibilidades potenciales extraordinarias, pero, al mismo tiempo, tan decadente? Sí. Al menos hay dos. Primero, todas las crisis tienen su origen en crisis de financiamiento del fisco. O sea, llega un momento en que los déficits fiscales son tan grandes que el Banco Central tiene que devaluar porque se queda sin reservas, si es que los déficits previos a la crisis se financiaron con emisión monetaria o dólares del BCRA (plan Austral y la Década Ganada). Otras veces, cuando los déficits se financiaron con deuda externa, la devaluación ocurre porque hay que generar las condiciones para repagar una deuda que se defaultea y luego se reestructura (consecuencias de "la tablita" y de la convertibilidad).

La segunda causa es la sustitución de importaciones, que permite "funcionar" aislados del mundo, otorgando aumentos salariales extravagantes en dólares que no pueden ser pagados por mayor productividad, sino por aumentos de precios de una industria ultraprotegida mientras los sectores más rentables de exportación languidecen o quiebran frente al consecuente atraso cambiario.

¿Cuál fue la respuesta, hasta ahora, del gobierno de Macri a la "cruz" fiscal que le dejó el kirchnerismo de un déficit de 7% del PBI? Baja de los (indebidos) subsidios económicos que recibe el sector privado para financiar la baja de impuestos ya anunciada (retenciones y mínimo no imponible de Ganancias), la que se avecina (IVA para alimentos), la suba del gasto en obra pública prometido a las provincias y los planes de infraestructura a nivel nacional y en subsidios sociales que con estilo de "goteo" casi diario el PRO no para de anunciar.

O sea, dejar el déficit fiscal en niveles similares al kirchnerismo y financiarlo, después del cierre del capítulo holdout, con la colocación de toda la deuda externa posible para evitar los costos recesivos de financiarlo con colocación de deuda interna o los costos inflacionarios de hacerlo, como el kirchnerismo con emisión monetaria.

Esto, además de desconocer que el problema de un déficit fiscal cada vez más difícil de financiar, no tiene en cuenta -y he aquí lo central y medular- que el nivel de gasto público de hoy de más de 40% del PBI es impagable para el sector privado, porque genera una presión impositiva salvaje que alienta la economía en negro y para los que están en blanco significa trabajar más de la mitad del año sólo para pagar impuestos, reeditando en pleno siglo XXI una nueva esclavitud: la impositiva.

Pero con un pobre ajuste del gasto público y la continuidad de un enorme déficit financiado con endeudamiento externo y más allá de recuperaciones de la economía que eventualmente puedan venir (como también paso en los 90), en el mejor de los casos se retrasará el momento en el cual volveremos a discutir la necesidad de nuevos ajustes fiscales y de devaluar el tipo de cambio. La experiencia local e internacional indica que los ajustes que no se hacen al principio, cuando se tiene poder, no se realizan y con el tiempo los fuerza el mercado y provocan la caída de los gobiernos.

La Argentina ya recurrió al endeudamiento externo para financiar sus déficits fiscales a fines de los 70 y los 90. El camino a seguir no es éste. Es el que siguieron países como Chile, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur o Taiwán. Libre comercio como antítesis a la sustitución de importaciones y Estado pagable y sin déficits fiscales como antítesis al Estado presente y megadeficitario que presenta hoy la Argentina.

Éste sería un auténtico cambio para Cambiemos y el país.
El autor es economista

martes, 19 de abril de 2016

Una facultad de periodismo militante

Editorial del diario La Nación
El asueto decidido por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para facilitar la reciente movilización en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner durante su declaración indagatoria ante el juez Bonadio muestra el desatino de utilizar una entidad académica, que debería privilegiar la enseñanza y la libertad de cátedra, como un camino para canalizar ambiciones políticas.


Hubo más de cien mil adhesiones al pedido de remoción dirigido al presidente de la UNLP con motivo del obligatorio y absurdo asueto. Pero luego, los representantes de los docentes, no docentes, estudiantes y graduados expresaron su "profundo repudio al ilegítimo, improcedente e ilegal pedido destituyente que, con la complicidad de los medios hegemónicos de comunicación, busca cuestionar a la doctora Florencia Saintout, decana de nuestra institución".

Posiblemente se hayan preocupado más de la cuenta. Todo indica que Saintout mantendrá su cargo, a pesar del desatino de dar asueto para marchar en favor de quien debe dar explicaciones ante la Justicia por investigaciones sobre corrupción, como un simple ciudadano. La UNLP cuenta con reglas que impiden remover a un decano por simple voluntad del rector. La institución del juicio académico, degradada por la actual conducción de la UNLP, impone que deba intervenir un tribunal universitario.

El problema se instala así fuera de la vida académica y forma parte de la descarnada lucha política. En esos términos sí pareciera ser responsable Saintout, ya que ha abusado de su posición en la UNLP para promoverse políticamente.

Fue elegida concejal cuando era decana y utilizó la facultad de plataforma para sus ambiciones políticas. Como concejal luchó por ser elegida candidata a intendenta y utilizó su cargo de decana para lograr ese objetivo. Las urnas le dieron la espalda. Su capacidad para generar escándalos públicos le ha permitido sobrevivir porque la opinión pública no termina de desenmascararla.

Los premios que durante su decanato se concedieron a Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Néstor y Cristina Kirchner, a pesar de los ataques que cada uno de ellos llevó adelante contra la prensa independiente, son testimonio de un pensamiento que debería despertar el rechazo de la comunidad universitaria. Sus declaraciones sobre la masacre en París contra Charlie Hebdo, al señalar que más que repudiar se debía examinar el contexto, demuestran su desprecio por la convivencia. La Facultad de Periodismo tiene mucho más que ofrecer que estas tristes manifestaciones.

Es entendible que Florencia Saintout imponga a los alumnos de la Facultad de Periodismo un asueto contrario a los valores y a la misión de la UNLP. De ese modo privilegia su militancia por sobre la vida académica, prueba que está dispuesta a ignorar que el Estatuto de la UNLP asegura la más completa libertad académica, sin discriminaciones, limitaciones ni imposiciones. Como cree en la fuerza militante, promovió una marcha dirigida a amedrentar a la Justicia.

En lugar de apoyar marchas en favor de quien dice que tiene los fueros del pueblo, deberían tener más presente el Código Internacional de Ética Periodística, aprobado por la Unesco en 1983, cuyo primer artículo impone el derecho del pueblo a una información verdadera. Para difundir noticias verídicas se debe renunciar tanto a la parcialidad como a privilegiar los intereses personales. Ese rumbo parecería que se ha perdido en la Facultad de Periodismo de la UNLP.

domingo, 17 de abril de 2016

Antología del cinismo

Editorial del diario La Nación.
Corregir la gravísima herencia recibida de la gestión kirchnerista se torna imperioso a pesar de los altísimos costos políticos que encierra


La tarea del presidente Mauricio Macri ha entrado en una etapa tan difícil como esperable, en la cual las mayores dificultades se concentran en la gestión económica. Esto ocurre al mismo tiempo que el primer mandatario debe aclarar, con la seriedad del caso, su aparición en directorios de compañías de su familia radicadas en paraísos fiscales. A las limitaciones propias impuestas por la insuficiencia de instrumentos económicos para resolver rápidamente los graves problemas heredados, se suma un clima político que gana descontentos y merma los entusiasmos iniciales.

Las distorsiones económicas y las falencias que se arrastraron sin solución y gravosamente hasta el 10 de diciembre configuraban bombas de tiempo que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner logró que no explotaran en sus propias manos. Cualquiera que hubiera ganado las elecciones habría heredado la responsabilidad de desactivarlas, enfrentando los inevitables costos sociales y políticos. La negación y no la solución de los problemas, en el marco de un populismo irresponsable, no hizo más que agravarlos, haciendo cada vez más difícil la salida.

Visto esto, no cabe sino calificar de un extremo cinismo e hipocresía el mensaje de la ex mandataria frente a quienes concurrieron a apoyarla en su presentación frente al juez Claudio Bonadio. El escrito presentado al tribunal en esa ocasión adjudica al presidente Macri todas las culpas de los efectos de las medidas correctivas del desastre heredado. Tanto esa presentación como su discurso debieran formar parte de la antología del cinismo.

El retraso cambiario y el cepo asfixiaban la producción, destruían el balance comercial y agotaban las reservas del Banco Central. La salida de esa situación con la consiguiente corrección del tipo de cambio era tan necesaria como inevitable, y cuanto antes se hiciera, mejor. Pero había que saber que aquello haría aflorar la inflación reprimida y que el sistema de precios respondería con aumentos. Por otro lado, la emisión monetaria en los últimos meses del kirchnerismo hacía crecer la cantidad de dinero a una tasa del 45% anual. A pesar del retraso cambiario y tarifario, esto determinaba que la herencia incluyera una inflación del orden del 30% anual. Pero la presidenta saliente no sólo legó a Macri su propia inflación, sino además otra píldora venenosa. El Banco Central vendió a futuro miles de millones de dólares a un precio menor que el del mercado, lo que inevitablemente producirá un enorme quebranto financiero durante el año en curso.

El déficit fiscal rondaba a fines de 2015 el 7% del PBI. Sería mayor si se computaran gastos devengados y no pagados, más los retrasos en los servicios de la deuda pública. Esta grave pérdida fiscal se producía a pesar de una enorme e inédita presión impositiva, a tal punto insostenible que reclamó reducciones inmediatas. Para dificultar aún más la corrección del desequilibrio fiscal, el colosal aumento del gasto público corrió por carriles de gran irreversibilidad. Este nivel de déficit público es inviable aunque se retorne a los mercados de deuda para financiarlo y se evite la emisión monetaria. Si no se reduce drásticamente bajando el gasto, el Gobierno puede entrar nuevamente en riesgo de un default. La tarea no es fácil. El combate a la corrupción o la supresión de gastos superfluos son una obligación moral, pero no son cifras que puedan corregir por sí solas el desborde fiscal.

Las reducciones de personal estatal, aunque sustancialmente menores que su incremento en los últimos 12 años, están causando un gran descontento social que la oposición política está capitalizando. Algo similar se observa en el intento de recortar los planes sociales. Se habla de salvajismo e insensibilidad. Lo mismo ocurre con los aumentos en las tarifas de energía y transporte, necesarios para reducir los subsidios. Sin embargo, estos son los frentes en los que se debe trabajar, ya que nada se puede ni se debe hacer con el gasto jubilatorio, que, desde que se concretaron las dos moratorias y la confiscación de los fondos de pensión, incrementó su peso en el gasto público en un equivalente al 4% del PBI.

Por una cuestión meramente aritmética, el gobierno nacional deberá seguir reduciendo el personal excedente, achicar los subsidios y recortar los planes sociales no imprescindibles. Lo tendrá que hacer aplicando atenuantes y compensaciones hacia los sectores más carenciados, pero no podrá evitar el costo político. El trayecto futuro de la reducción del déficit fiscal y de la inflación pasará por una primera etapa en la que habrá sólo dureza y muy escasos resultados. Es inevitable una mayor inflación en los primeros meses.

Resulta clave la respuesta moderada que se dé en las convenciones colectivas para acordar aumentos salariales. Un mejoramiento del clima político y de la actitud de las fuerzas de oposición debería contribuir y no alentar actitudes sindicales que pierdan de vista que hay límites para que el perjuicio no alcance a toda la sociedad.

Habrá más presos y nuevos procesados

Joaquín Morales SoláPor Joaquín Morales Solá - LA NACION
Hay cosas que sirven para distraer a la gente durante un día. Un paseo por el pasado, por ejemplo. No pueden, en cambio, frenar los procesos que están en marcha. Cristina Kirchner recordó a los argentinos que lidera una corriente agresiva, fanática y minoritaria. Fue un relámpago cargado de imágenes viejas. Sólo un Macri ingrato no le agradecería semejante favor cuando sobrelleva el momento más impopular de su plan de estabilización económica.

La justicia federal, sin embargo, no se detendrá por esas ficciones políticas. Un consenso entre jueces federales y la Corte decidió que continuará, como si nada hubiera pasado, la revisión de las causas de corrupción durante el kirchnerismo. Habrá más presos y nuevos procesados, dijo un juez federal un día después de la parranda cristinista.

¿Cómo sigue entonces? La próxima novedad sobre la ex presidenta la dará el juez Claudio Bonadio, que la procesará por el delito de defraudación a la administración probablemente sobre el final de la semana que se inicia.

Hay que hacer una precisión: Cristina Kirchner no está siendo juzgada en esta causa por asociación ilícita, como ella aseguró en su discurso en la vereda de los tribunales. La figura le sirvió para adornar una frase de autoelogio. Pero no es verdad.

Antes del procesamiento, Bonadio debe pronunciarse sobre la recusación que le hizo Cristina. La recusación es floja: Cristina recordó que Bonadio había dicho que tenía una opinión sobre ella, pero que no la haría pública. Es cierto. Bonadio dijo eso. ¿Está prohibido que un juez tenga una opinión sobre una persona? No. Lo que un juez no puede hacer es expresarla públicamente, sobre todo si esa persona está siendo juzgada por él. Es lo que hizo Bonadio.

Cristinistas y no cristinistas (todos políticos) están cuestionando que se juzgue una decisión política. La política amplió con demasiada generosidad la interpretación de lo que es una decisión política no justiciable. Con palabras claras: una decisión política también puede implicar un delito. El segundo reproche que le hacen al juez es que haya permitido con su citación un regreso a la política de una ex presidenta que estaba arrumbada en el confín del Sur. Si bien es dudoso que la citación haya resucitado a Cristina, las preguntas son otras. ¿Por qué pedirle a un juez que mida con exactitud las repercusiones políticas de sus decisiones judiciales? Si lo hiciera, ¿no se convertiría, acaso, en un militante de fuerzas políticas concretas, oficialistas u opositoras?

Ocurre también que hay una incipiente preocupación de influyentes sectores empresariales por el curso de los acontecimientos judiciales. Comenzaron recibiendo con alegría las noticias que venían de los tribunales, pero cambiaron la cara cuando descubrieron que las investigaciones judiciales podrían terminar en algunos de ellos. El camino es inevitable; la corrupción política se alimenta de la corrupción privada. Ese cambio entre ciertos empresarios fue percibido por el Gobierno y por los jueces.

Hay un ejemplo en estos días de esa supuesta vinculación entre políticos y empresarios. El fiscal Guillermo Marijuan adelantó desde Nueva York que accedió a una voluminosa y devastadora información sobre las concesiones petroleras de Cerro Dragón. La investigación sobre presuntos sobornos involucra al ex ministro Julio De Vido, que se encontró con su destino judicial, y a empresarios nacionales y extranjeros.

Un mensaje nuevo apareció en el espacio público: es mejor, dice, dejar tranquilo al cristinismo y no darle la oportunidad del regreso. Que todo quede como está (o como estaba). La corrupción es posible porque alguien recibe dinero y porque otro lo paga. Una verdad simple y obvia, que a veces es necesario recordarla. Las investigaciones deben comprender a todos sus actores, no importa si estuvieron en la gestión pública o en la privada. El debate supuestamente político sobre la oportunidad de avanzar en las causas de corrupción es el pretexto perfecto para la impunidad.

Suelta de viejas ataduras y de más viejos temores, la Justicia parece impermeable a ese mensaje. Martín Báez, el hijo de Lázaro Báez y excitado contador de dólares en La Rosadita, irá preso dentro de poco. Más integrantes del grupo de Báez acompañarán a Martín y a su padre en la cárcel. Dicen que su padre se convertiría en un Fariña mucho más preciso y caudaloso si su hijo terminara entre rejas. Lo único cierto, por ahora, es que Lázaro Báez está buscando un diálogo con la política o con la Justicia. Ese puente no se habilitó todavía, pero podría construirse en los próximos días.

La resolución de la Cámara Federal que ratificó su prisión le aclaró al juez Sebastián Casanello que el peligro de fuga de Báez no existió porque se subió a un avión sin plan de vuelo. El peligro existe, dice la única sala prestigiosa de ese tribunal, porque la cantidad de dinero lavado es enorme y porque Báez podría usar su libertad para seguir escondiendo su fortuna mal habida. Los tres jueces que firmaron la resolución (Irurzun, Cattani y Farah) hasta deslizan que podría haber dinero en efectivo escondido en covachas de Báez. La Cámara fue, en síntesis, mucho más allá que el propio juez Casanello. Báez no tiene ninguna razón para serenar la ansiedad que padece en estos días.

Los hermanos Schoklender volverán pronto a prisión por la causa que investiga el despilfarro de dinero público en el programa Sueños Compartidos, que también involucra al ex ministro De Vido y a Hebe de Bonafini. Tres ex jefes de Gabinete de Cristina Kirchner (Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Juan Manuel Abal Medina) fueron llamados a indagatoria por el derroche de recursos del Estado en Fútbol para Todos. Funcionarios cercanos a la jueza María Servini de Cubría, que es quien los citó, señalaron que es más fácil procesar a Aníbal Fernández por esa causa que por la de la efedrina.

El juez Julián Ercolini decidió crear una unidad fiscal de investigación por la muerte de Alberto Nisman. Le encomendó al fiscal Eduardo Taiano, de su más estrecha confianza, que designara a dos fiscales más. Es decir, que la muerte más importante de la democracia argentina será investigada por tres fiscales. La justicia federal evitó que la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó, se metiera en el asunto.

El consenso de los jueces resolvió, en fin, que irán tomando decisiones de manera dosificada, pero permanente. El espectáculo sólo ha comenzado.

Desde la cresta del Poder Judicial hasta los pasillos de Comodoro Py sorprendió la información que daba cuenta de cierta desconfianza del Gobierno con el juez Ariel Lijo, que mantiene una excelente relación con el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti. "Lijo es una presencia importante entre los jueces y está convencido de la necesidad de avanzar en las causas que investigan la corrupción", dijeron en la más alta instancia de la Justicia. ¿Un ejemplo? Lo dieron: Lijo estuvo muy cerca de Casanello cuando éste dispuso la detención de Báez. Lo ayudó con algunos consejos prácticos y le sugirió que no permitiera la posibilidad siquiera de una fuga del empresario kirchnerista. Es probable que el Gobierno haya tenido información parcial sobre Lijo, pero lo cierto es que muy pocas veces repercutió tanto una información que afectaba a un juez. Lijo es más que un juez federal. Es un referente (o amigo personal) de varios de sus colegas.

El peronismo sabe de antemano los tiempos que vienen. La reaparición de Cristina Kirchner y la ofensiva judicial son más un problema del peronismo que de Macri. Si algo les quedó claro a los dirigentes peronistas más inteligentes es que ellos no volverán al gobierno con el espectáculo de Cristina Kirchner en Comodoro Py. Tendrán la calle, pero no el poder. Agresiones físicas y verbales a periodistas y un discurso amarrado al pasado. Pedazos de libertad, un derecho que se había recuperado plenamente, parecían otra vez en riesgo. Encuestas que recibió el peronismo aseguran que un 70 por ciento de la sociedad rechaza el acto de Cristina. Y a Cristina.

Poco después del violento pasatiempo cristinista, dirigentes peronistas golpearon la puerta de Servini de Cubría, también jueza electoral. Le suplicaron que acepte que la lista de unidad liderada por José Luís Gioja y Daniel Scioli está en condiciones legales de hacerse cargo de la conducción del peronismo. Hay un solo gobernador peronista que no integra esa lista. Es Alicia Kirchner. Hay un solo sector entre tantos que tampoco fue incluido en la eventual futura conducción del peronismo. Es La Cámpora. No fue casualidad. Tampoco fue magia.

viernes, 15 de abril de 2016

Le Monde vincula a Cristina Kirchner con una maniobra de lavado de dinero que usó el nombre de la Cruz Roja

(Infobae.com) - El diario francés revela que Mossack Fonseca ocultaba las offshores de sus clientes detrás de fundaciones humanitarias. Cita como ejemplo a Aldyne Ltd. y Gairns Ltd., en Seychelles, "destino del botín del clan Kirchner"

¿Qué mejor tapadera para dinero de origen dudoso que una organización benévola internacional como la Cruz Roja, con sede en Suiza? Esa fue la brillante idea del estudio panameño Mossack Fonseca para sortear los controles financieros crecientes y garantizar anonimato a sus clientes, según un artículo publicado hace unos días en el reconocido diario Le Monde, en Francia.

Bajo el subtítulo "La pareja Kirchner cuestionada", el diario francés denuncia que "este montaje sirvió en particular para desviar decenas de millones de dólares de fondos públicos en Argentina". Y recuerda, en referencia a las explosivas entrevistas con Federico Elaskar y Leonardo Fariña, que, "en 2013, periodistas argentinos revelaron una red de corrupción y blanqueo en torno al ex presidente Néstor Kirchner y a Cristina Fernández de Kirchner". "La pareja presidencial habría, entre otros, desviado y sacado del país fondos con la ayuda de un empresario. Habría blanqueado 65 millones de dólares en Nevada usando una gran cantidad de empresas de Mossack Fonseca", publica el parisino Le Monde.

En efecto, los #PanamaPapers revelan que el nombre –y el prestigio- de la Cruz Roja Internacional era utilizado para esconder dinero sucio.

"He aquí cómo, sin saberlo, la Cruz Roja resultó accionista de empresas que controlan el botín desviado por el clan Kirchner" (Le Monde)

Le Monde explica la maniobra de este modo: "La firma panameña pone a disposición de sus clientes dos fundaciones: la Brotherhood Foundation y la Faith Foundation (las fundaciones Hermandad y Fe), que pueden ser usadas para tener acciones de sus sociedades offshore, porque una fundación de este tipo, que no tiene accionistas, permite en particular enmascarar quién se esconde detrás de una cuenta bancaria".

AP

El sistema fue tan exitoso, que los periodistas de Le Monde hallaron entre los documentos filtrados que alrededor de 500 firmas usaban una de estas dos fundaciones como pantalla. Y, entre ellas, Aldyne Ltd. y Gairns Ltd, las dos sociedades pantalla que, según Elaskar, fueron registradas por Mossack Fonseca en Seychelles a beneficio de Lázaro Báez, el empresario beneficiado y socio de los Kirchner.

La tapadera usada por estas dos firmas era la Faith Foundation. Y, detrás de ella, aparecía como "derechohabiente económico un poco peculiar" la Cruz Roja Internacional.

"Para no despertar sospechas, Mossack Fonseca inscribió simplemente a la Cruz Roja en ese rol –explica Le Monde–. Gracias a ese montaje, los nombres de los propietarios quedaban ocultos, y el aura de la ONG los protegía de miradas suspicaces".

El diario cita un correo electrónico de la firma panameña que explica el porqué de este laberinto: "Como los bancos y los institutos financieros están obligados hoy a obtener informaciones sobre los beneficiarios económicos finales, se volvió difícil para nosotros no divulgar la identidad de los de la Faith Foundation. Es por eso que pusimos en marcha esta estructura designando a la International Red Cross. Así, es más simple".

La ley panameña no obligaba al estudio a informar a la Cruz Roja del rol que estaba jugando sin saberlo. "Según la legislación de Panamá, los beneficiarios de una fundación pueden ser utilizados sin saberlo", indica el mismo bufete Mossack Fonseca en un mail interno.

"De acuerdo a documentos de la Justicia norteamericana, estas sociedades offshore (creadas por el empresario argentino) tienen todas un punto en común: son controladas por dos sociedades pantallas registradas por Mossack Fonseca en Seychelles: Aldyne Ltd. y Gairns Ltd. En los papeles, estas últimas no pertenecen a Mossack Fonseca sino a la Faith Foundation. Y he aquí cómo, sin saberlo, la Cruz Roja resultó accionista de empresas que controlan el botín desviado por el clan Kirchner".

domingo, 10 de abril de 2016

Amo a la ONU, pero así está fracasando lastimosamente

Cascos Azules en la República del Congo. APPor Anthony Banbury (Clarin.com)


Foto: Cascos Azules en la República del Congo. AP

He trabajado para Naciones Unidas la mayor parte de las tres últimas décadas. Fui encargado de derechos humanos en Haití en la década de 1990 e intervine en la ex Yugoslavia durante el genocidio de Srebrenica. Ayudé a dirigir la reacción ante el tsunami del Océano Índico y el terremoto haitiano, planifiqué la misión para eliminar el armamento químico sirio y más recientemente tuve a cargo la dirección de la misión contra el Ébola en África Occidental. Me importan fundamentalmente los principios con los cuales se ha concebido la ONU.

Y es por eso que he decidido irme. El mundo enfrenta una serie de crisis aterradoras, desde la amenaza del cambio climático hasta las zonas de generación de terrorismo en lugares como Siria, Irak y Somalia. Naciones Unidas tiene una ubicación excepcional para hacer frente a esos problemas y está haciendo un trabajo invalorable, como proteger civiles y proporcionar ayuda humanitaria en Sudán del Sur y en todas partes. Pero en cuanto a su misión general, debido a una mala gestión colosal, la ONU está fracasando. 

Hace seis años obtuve el cargo de subsecretario general de apoyo a las actividades en el terreno, con base en Nueva York. No me era extraño el papeleo administrativo pero carecía de preparación para la borrosa nube de advertencias orwellianas y la lógica de tipo Lewis Carroll que gobiernan el lugar. Si se los encerrara en un laboratorio, un equipo de genios del mal no podría diseñar una burocracia tan enloquecedoramente compleja, que requiriese tanto esfuerzo pero al final fuera incapaz de producir el resultado buscado. El sistema es un agujero negro en el que desaparecen incontables dólares de impuestos y aspiraciones humanas que nunca volverán a verse.

Durante la epidemia de Ébola, yo me desesperaba por conseguir gente calificada en la zona, no obstante lo cual me dijeron que una integrante de la plantilla que trabajaba en Sudán del Sur no podía viajar a nuestra sede central de Accra, la capital de Ghana, hasta que le otorgaran una nueva autorización médica. Combatíamos una enfermedad que mataba a muchos millares y se corría el riesgo de que quedara fuera de control y sin embargo perdíamos semanas esperando que a una colega sana le entregaran sus formularios procesados.

Con demasiada frecuencia, la única manera de apurar las cosas es romper las reglas. Es lo que hice en Accra cuando contraté a una antropóloga como colaboradora independiente. Resultó valer su peso en oro. La práctica de entierros sin medidas de seguridad sanitaria era la causa de aproximadamente la mitad de nuevos casos de Ébola en algunas áreas. Teníamos que comprender aquellas tradiciones antes de intentar persuadir a la gente de que las cambiara. Por lo que sé, ninguna misión de Naciones Unidas había tenido jamás antes un miembro antropólogo; poco después que me fui de la misión, a la nuestra la dejaron partir.

Los jefes de multimillonarias operaciones de paz, con responsabilidades enormes en la terminación de guerras, no pueden contratar a su personal más cercano ni desplazar de funciones críticas a integrantes deficientes. Esto es señal de lo perversamente retorcida que es la burocracia, al punto de considerarse más peligrosas las decisiones vinculadas con el personal que la responsabilidad de conducir una misión de la que depende el destino de un país. 

Uno de los resultados de esta disfunción es la mínima confiabilidad. En una gran misión de paz existe hoy un jefe de equipo manifiestamente incompetente. Muchas personas han tratado de librarse de él, pero a falta de un delito serio es virtualmente imposible despedir a alguien en Naciones Unidas. No tengo conocimiento de que en los últimos seis años se haya despedido a un solo integrante de actividades en el terreno internacional, ni siquiera sancionado por desempeño insatisfactorio. 

El segundo problema serio es que se toman demasiadas decisiones por conveniencia política. Las fuerzas de mantenimiento de paz a menudo deambulan pesadamente a lo largo de años sin metas claras ni planes de retirarse, desplazando gobiernos, desviando la atención de problemas socioeconómicos más profundos y costando miles de millones de dólares. Mi primera misión de mantenimiento de paz fue en Camboya en 1982. Nos fuimos antes de los dos años. Ahora es una excepción que una misión dure menos de diez.

Fijémonos en Haití: no ha habido un conflicto armado en más de una década y sin embargo permanece allí una fuerza de Naciones Unidas de más de 4.500 individuos. Mientras tanto estamos fallando en lo que debería ser nuestra tarea más importante: colaborar en la creación de instituciones democráticas y estables. Se han postergado las elecciones en medio de reclamos por fraude y el primer ministro interino ha dicho que “el país enfrenta serias dificultades sociales y económicas”. El dispositivo militar no hace la menor contribución para resolver estos problemas. 

Nuestro error más grave se da en Mali. A principios de 2013 Naciones Unidas decidió enviar allí 10.000 soldados y oficiales de policía en respuesta a la apropiación terrorista de zonas del norte. Inexplicablemente, enviamos una fuerza sin preparación previa en contraterrorismo y a la que se había dado instrucciones explícitas de no implicarse en eso. Más del 80% de los recursos de la fuerza se gasta en logística y autoprotección. Ya se ha matado a 56 personas del contingente de Naciones Unidas y es seguro que morirán más. En Malí, Naciones Unidas se hunde cada día más en su primera ciénaga. 

Pero la cuestión que más me ha preocupado es lo que Naciones Unidas hizo en la República Centroafricana. Cuando en 2014 recibimos de la Unión Africana la responsabilidad del mantenimiento de la paz allí, teníamos la opción de elegir qué tropas aceptar. Sin un debate apropiado y por cínicas razones políticas se decidió incluir soldados de la República Democrática del Congo y de la República del Congo, a pesar de los informes de serias violaciones de los derechos humanos perpetradas por estos soldados. Desde ese momento las tropas de esos países han estado involucradas en la persistente violación y abuso de personas -con frecuencia chicas jóvenes-, a pesar de que para evitarlos se envió allí a Naciones Unidas.

En 1988, mi primer trabajo en Naciones Unidas fue como oficial de derechos humanos en campos de refugiados a lo largo de la frontera entre Tailandia y Camboya, investigando violaciones y asesinatos de pobres y desvalidos. Nunca hubiera podido imaginarme que un día iba a tener que tratar con integrantes de mi propia organización que cometieran los mismos crímenes o, peor, altos funcionarios que los toleraran por cuestiones de cínica conveniencia. 

En vísperas de la elección de un nuevo secretario general este año, es esencial que los gobiernos, y especialmente los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, piensen con cuidado qué es lo que quieren de Naciones Unidas. La organización es una máquina de escribir Remington en un mundo de smartphones. Si la ONU va a hacer avanzar las causas por la paz, los derechos humanos, el desarrollo y el clima, necesita un conductor genuinamente decidido a reformar. El punto de partida debería ser la renovación de nuestro sistema de personal. El Secretario General Ban Ki-moon es un hombre de gran integridad y Naciones Unidas está llena de personas inteligentes, valientes y altruistas. Desgraciadamente, muchísimos otros carecen de la moral y la capacidad profesional para desempeñarse allí. Necesitamos que Naciones Unidas esté dirigida por personas para quienes “hacer lo correcto” sea lo normal y lo esperado. 

Copyright The New York Times, 2016. Traducción: Román García Azcárate.
Anthony Banbury fue subsecretario general de las Naciones Unidas para Apoyo de Actividades en el Terreno.

sábado, 26 de marzo de 2016

Daesh-Al Qaeda: ¿ejércitos privados de Estados golpistas?

La propuesta de un califato es simplemente un distractor pues lo que se pretende efectivamente es consolidar la fractura de naciones soberanas para hacerlas parte de un andamiaje colonizador. No es otro el sentido esencial.

Seguir insistiendo en la versión religiosa de los grupos terroristas por parte de la prensa alternativa es continuar enquistando el mito de la lucha legítima por una ideología considerada espiritual y, por ello, apoyando sin pretenderlo la falacia de que existen grupos civiles, religiosos, ciudadanos, en oposición a un estado o gobierno legal, debido a que poseen un sueño por construir.

La realidad es que dichas organizaciones son estructuras creadas en forma de ejércitos mercenarios cumpliendo todos los requisitos para ser considerados como tales. Sus patrocinadores son Estados interesados en generar caos internacional y luego obtener dividendos geoeconómicos. No hay otra explicación a las tácticas empleadas.

Todas las investigaciones al respecto indican que estos grupos terroristas fueron creados como ejércitos privados de potencias coloniales y Estados o monarquías retrógradas, los cuales las utilizan como escudo protector para defender sus intereses de dominación en el mundo. Por tanto, es preciso desde ya dejar de mencionar a estas organizaciones como fuerzas independientes pues son simplemente estructuras paramilitares mercenarias sin ninguna ideología considerada radical o tradicional ya que su único objetivo es destruir y caotizar la sociedad.

Existen seis características que corroboran esta afirmación ya reiterada y que no puede ser considerada en discusión dada la solidez de la información existente.

En primer lugar, los integrantes de estas fuerzas armadas son reclutados a través de procesos de selección donde les es ofrecido un salario para ejercer una labor ya definida como es defender ciertas posiciones, atacar otras, eliminar a contrarios, y por dicha actividad percibir un emolumento que contempla premios, es decir, por personas eliminadas de cierto nivel se ofrece una recompensa o gratificación. Se ha comprobado que los sueldos corresponden a los niveles de importancia al igual que los privilegios (incluyendo el medieval derecho a pernada), y que una fuga masiva se ha producido no sólo por la fuerza liberadora que los acorrala sino porque sus dirigentes han debido bajar incluso a la mitad el dinero pagado, como típica norma del capital, debido a la limitación en los ingresos causado por las fuerzas de liberación.

En segundo lugar, se recluta soldados profesionales, agitadores, violentos, delincuentes o jóvenes alienados, para destruir a un enemigo localizado, lo que implica alta preparación o disposición al asesinato. Aquí se conoce del uso dado al octagón para minimizar las heridas y dar un fervor extraño a los combatientes. El uso de batallones colombianos en Yemen o Libia, y las escuelas de seguridad estadounidenses, provee entrenados sicarios para el fin encomendado. No es precisa una ideología pues para ultimar con una supuesta fe es innecesario ya que el takfirismo está desligado de doctrinas pensadas en forma seria.

En tercer lugar, estos dos ejércitos son apoyados directa o indirectamente por gobiernos cuya tradición los hace golpistas foráneos. Así proveen de financiación a través de bancos transnacionales, pertrechos militares por medio de Turquía o con asesoría aérea de la Coalición-los cuales por error caen en manos de los terroristas-, movilización donde las camionetas Toyota son un mecanismo que por equivocación también presta servicio a éstos. Las armas modernas compradas a través de terceros son el elemento más contundente que refleja la hipocresía de sus patrocinadores.

Cabe destacar la inmensa “solidaridad” a través de la guerra mediática considerándolos grupos idealistas, religiosos, juveniles incluso, cuyo nombre intentan desvanecerlo utilizando a ISIS o EIIL como enganche y evitando comentar  las atrocidades que cometen, asimilándolas a los cuerpos civiles de defensa. Ocultar que están perdiendo esta guerra declarada contra países soberanos es un objetivo de los canales dependientes por lo cual las treguas únicamente intentan ganar tiempo para crear nuevas opciones de guerra.

Cuarto, como fuerzas armadas aniquiladoras tienen la labor metódica de exterminar al contrario y, en este caso específico, destrozar el entorno físico ambiental además de la infraestructura, incluida la habitación, cultura y comunicación. Utilizando la “educación” ya aprendida en la Escuela de Las Américas, donde se entrenaron los mayores golpistas de América Latina junto a los profesionales torturadores, este aprendizaje se ha enriquecido con tácticas salvajes como la crucifixión, el descuartizamiento, el desmembramiento con caballos o el lanzamiento desde torres, uniendo la tecnología moderna a la perversión para filmar a presos quemándolos como si fueran aves o a niños explotando a opositores en un carro.

Quinto, obedece a una coordinación realizada con la mayor tecnología moderna la cual no es parte de una organización terrorista pues requiere ojos en el aire y tierra a través de una sofisticada red. Esto implica que existe un núcleo de inteligencia que ordena los ataques, provee de información privilegiada, los agrede donde no están localizados y da la seguridad que tendrán todo el poder necesario imbricado a la protección para esconderse y no ser procesados.

Sexto, lo evidente es que dichos grupos lograron apoderarse de vastos territorios gracias a un proyecto pensado desde el imperio y por mentes calculadoras que diseñaron paso a paso la destrucción total de dos naciones. Sin embargo, no contaron con la resistencia de la población y su fuerza armada legal, los que han dado prueba de una valentía que sólo la posee quien integra una organización con ideales. El escape masivo de los terroristas demuestra que no existe ninguna ideología sino un pago económico que no compensa la muerte, razón por la cual han debido fusilar o torturar a sus propios militantes ya que no poseen la mística del combatiente con espíritu de soberanía.

Es preciso aclara que el alcance de estos ejércitos mercenarios es limitado pues no es cierto que sea la amenaza más grande que tiene el mundo, tal como se expone en la prensa occidental para desviar la atención del golpismo en varias naciones, la desestabilización o esconder sus propios conflictos internos, por citar sólo algunos ejemplos: la magnificación de actos como si fuera inmensamente grande (unos 130 muertos en París), contrasta con más de 300.000 personas asesinadas en Siria y un millón en Irak a raíz de la invasión contra Saddam Husein. Sin embargo, no han atentado contra los  supuestos infieles excepto algunas escaramuzas con un centenar de muertos lo que contrasta con los cientos de miles en Medio Oriente y que no son occidentales.

El análisis, luego de definir el carácter terrorista de estos ejércitos creados artificialmente, lleva a considerar que dada su derrota persistente no se descarta que el Occidente de un giro político manipulado respecto al Gobierno sirio, casi cinco años después de que fracasaran por un lado los complots encaminados al derrocamiento de Al-Asad y por otro se reforzaran grupos takfiríes como Daesh (EIIL),gracias al apoyo del Occidente y que actualmente amenazan la seguridad de sus propios patrocinadores. Que la ONU plantee el cambio de Assad es otro intento más de forzar una solución negociada para defender sus propias posiciones en riesgo.

Es claro que Daesh y Al Qaeda (cuyo frente en Siria es Al-Nusra), son ejércitos privados que tienen contratos con estados interesados en generar desestabilización y tener luego grandes réditos. Al ser escuadrones particulares, ello destruye todos los mitos y pone en claro cuál es su objetivo y a quien responden.

Cabe acotar que, pese a la inmensa propaganda, Daesh-ISIS, no ha logrado la creación de un Estado propio (califato medieval en pleno siglo XXI), pues lo que controla son territorios ahora debilitados más no una nación con personalidad jurídica y nacionalidad: ni es más fuerte que los ejércitos formales de Siria e Irak juntos, lo que explica su temor, desmoralización y escape.

Finalmente, gran parte de su conquista se debió a un factor sorpresivo muy bien planeado aunque sólo fue posible gracias al pavor que infundió con una extrema crueldad, genocidio, limpiezas étnicas y religiosas, torturas y masacres en masa, cuyo verdadero objetivo fue imponer terror en el territorio invadido, en sus opositores, en la población y en sus propios oponentes militares, con el fin de obtener el control y domesticación pleno…lo que no ha logrado debido a la infatigable lucha de los pueblos con espíritu de patria.

Cuando toda la investigación existente, fiable, establece que Daesh y Al-Qaeda son ejércitos mercenarios y no organizaciones religiosas con proyecto propio, cuyo diseño fue realizado por la Alianza dirigida por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Turquía como socio principal, apoyado en las monarquías retrógradas y violentas, la conclusión indica que no existe el terrorismo como una ideología y grupo independiente que orienta esta lucha. Por el contrario, la conclusión más impactante es que su creación es simplemente para sostener una herramienta de caos y confrontar a las naciones que realmente luchan por la paz. Así aceptado, el mapa del mundo cambia en favor de las soberanías y la humanización.

Las opiniones y conclusiones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de HispanTV.
Por Carlos Santa María

¿Guerra energética EEUU-China?

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la producción de petróleo en Rusia alcanzó su máximo histórico (11,41 millones de barriles diarios) en el año 1988 cuando todavía formaba parte de la Unión Soviética, pero tras el declive provocado por la crisis económica del 2008, la producción ha ido in crescendo.

Así, según el diario ruso Vedomosti, la producción petrolera rusa se incrementó un 1,3 % en el 2013 hasta alcanzar los 10,59 millones de barriles por día (bpd) y el principal motor para el alza fue el nuevo campo petrolero Vankor, que desarrolla Rosneft, la mayor productora petrolera del país. Éste alcanzó una producción de 18,3 millones de toneladas en el 2013 y espera alcanzar los 25 millones de Tm en el 2015, lo que le convierte en la principal fuente de la exportación rusa por oleoducto a China (conexión Siberia Oriental-Océano Pacífico (ESPO). Putin habría iniciado además una política de diversificación de las ventas energéticas para no depender en exclusiva de la UE, pues la estructura económica rusa controla solo 2,5% de las exportaciones mundiales y adolece de una excesiva dependencia de las exportaciones de gas y petróleo ( el 70 % de los ingresos provienen de estas vías), la devaluación del rublo respecto al dólar ( un 20% desde que comenzara la crisis de Ucrania) , una inflación galopante (7% en marzo del 2014) y un severo recorte de los Superávits ( un exiguo 0,3% del PIB en el 2014) y la obsoleta planificación estatal, pues el complejo militar,los proyectos espaciales y las subvenciones a la agricultura siguen acaparando la mayoría del presupuesto ruso condenando a la inanición financiera a la industria ligera y la producción de alimentos.

Así, según la agencia Reuters, Rusia y China habrían sellado un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros) lo que aunado con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china CNPC por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000 milones de metros cúbicos de gas natural por un monto aproximado de 400.000 millones $ y con una vigencia de 30 años a través del gaseoducto Sila Sibiri (La Fuerza de Siberia), sentaría las bases económicas de la futura Unión EuroAsiática que iniciará su singladura el 1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar al proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), pieza central de EEUU en su política de reafirmación del poder económico y militar en la región del Pacífico, aunado con una posible ofensiva ruso-china junto con los demás países BRICS para cambiar de patrón monetario mundial y sustituir el papel del dólar como moneda de referencia.

China, por su parte, habría asumido el reto de construir un nuevo canal en Nicaragua (Gran Canal Interoceánico) similar al canal del istmo de Kra que tiene proyectado entre Tailandia y Birmania para sortear el estrecho de Malaca, convertido “de facto” en una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas e inauguró en el 2010 el gasoducto que une a China con Turkmenistán y que rodea a Rusia para evitar su total rusodependencia energética al tiempo que diversifica sus compras. Además, China estaría construyendo una extensa red portuaria, que incluiría puertos, bases y estaciones de observación en Sri Lanka, Bangladesh y Birmania y del que sería paradigma, el puerto estratégico en Pakistán, Gwadar, (la “garganta” del Golfo Pérsico), a 72 kilómetros de la frontera con Irán y a unos 400 kilómetros del más importante corredor de transporte de petróleo y muy cerca del estratégico estrecho de Ormuz. El puerto fue construido y financiado por China y es operado por la empresa estatal China Overseas Port Holding Company (COPHC), pues la región circundante al puerto de Gwadar, contiene dos tercios de las reservas mundiales de petróleo y por allí pasa el 30 por ciento del petróleo del mundo y el 80 por ciento del que recibe China y está en la ruta más corta hacia Asia (Ruta de la Seda).

Además, México apuesta por duplicar sus exportaciones de petróleo hacia China y aumentar los embarques hacia la India en el 2016 y la petrolera estatal venezolana Pdvsa intenta redireccionar sus exportaciones hacia China e India para suplir la drástica reducción de ventas de crudo a EEUU. Así, el acuerdo chino-venezolano por el que la empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de dólares para lograr una producción diaria de petróleo en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del mundo), sería un misil en la línea de flotación de la geopolítica global de EEUU, por lo que tras el golpe de mano del Ejército en Tailandia, asistiremos a sendos golpes de mano de la CIA en Venezuela y Nicaragua para defenestrar a Maduro y Ortega con el objetivo inequívoco de secar las fuentes energéticas de China, hecho que implicará el triunfo de las tesis de Brzezinski sobre la doctrina del G-2 de Kissinger.

La “doctrina Kissinger” abogaba por la implementación del G-2 (EEUU y China) como árbitros mundiales. Así, en un artículo publicado por el New York Times, titulado “La ocasión para un nuevo orden mundial”, Kissinger considera ya a China una gran potencia (felow superpower), desaconseja el proteccionismo o tratar a China como enemigo (lo que llegaría a convertirla en verdadero enemigo) y pide que se eleven a un nuevo nivel las relaciones entre Estados Unidos y China sobre la base del concepto de destino común,( siguiendo el modelo de la relación trasatlántica tras la segunda guerra mundial), con lo que asistiríamos a la entronización de la Ruta Pacífica (América-Asia) como primer eje comercial mundial en detrimento de la Ruta atlántica (América- Europa).

Sin embargo, el objetivo inequívoco de Brzezinski, ex-asesor de Carter y cerebro geopolítico de la Casa Blanca, sería la confrontación con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán) más Uzbekistán y convertida junto con los países del ALBA e Irán en el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña, teniendo a Xinjiang como escenarios para sus operaciones desestabilizadoras. El Turquestán oriental o Xinjiang (“Nueva Frontera”), fue incorporado al imperio chino en el siglo XVIII y representa el 17% de la superficie terrestre del país y el 2% de su población) y la etnia uigur de Xinjiang (de origen turco-mongol y con un total de 8.5 millones de habitantes), conserva características étnicas e islámicas que les situarían muy próxima a sus parientes de Asia central y Turquía, por lo que sería el caldo de cultivo ideal para implementar la estrategia brzezinskiniana del “choque de civilizaciones”, consistente en lograr la balcanización de China y su confrontación con el Islam (cerca de 1.500 millones de seguidores) así como secar sus fuentes de petróleo de los países islámicos del Asia Central, pues varios de los más importantes gasoductos de China pasan por Xinjiang en procedencia de Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán y Rusia, lo que explicaría la importancia estratégica de dicha provincia dentro de la estrategia brzezinskiniana de lograr la total rusodependencia energética china para en una fase posterior acabar enfrentándolas entre sí y finalmente someterlas e implementar el nuevo orden mundial bajo la égida anglo-judío-estadounidense.
Las opiniones y conclusiones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de HispanTV.

Fuente: http://www.hispantv.com/newsdetail/opinion/218148/guerra-energetica-china-eeuu
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