Por Idafe Martín - Clarin.com
Europa no tiene un Ejército común pero hay proyectos de compra de armamento y operaciones militares conjuntas fuera de Europa.
Europa se une para defender su continente de posibles amenazas.
Las pulsiones aislacionistas de las dos grandes potencias anglosajonas están reforzando la unidad europea. Las dudas que genera en la Unión Europea el compromiso de la Administración de Donald Trump con la OTAN y la salida británica de la UE están uniendo a los europeos y generando consensos políticos que hace unos pocos años eran una quimera. Hasta el punto de alcanzar sectores que los gobiernos nacionales guardaron celosamente durante decenios entre sus competencias exclusivas.
Veinticinco de los 28 países del bloque (se quedan fuera Malta, Dinamarca y el Reino Unido) dieron ayer el visto bueno por primera vez en las más de seis décadas de la UE a la creación de una "cooperación permanente estructurada" (PESCO, en sus siglas en inglés), que permitirá, a partir de 17 proyectos iniciales, ir poniendo los pilares de una futura defensa común del bloque en paralelo a la pertenencia a la OTAN de la mayoría de los países de la UE.
Europa no tiene un Ejército común ni lo tendrá en las próximas décadas, pero va haciendo camino. Los 25 gobiernos comprometidos con la PESCO tienen 20 compromisos de política de defensa que deben llevarles a mejorar la coherencia entre sus Fuerzas Armadas, a compartir el desarrollo y compra de armamento y a poner en marcha operaciones militares conjuntas fuera de Europa.
Uno de los proyectos es entrenar unidades para operaciones fuera de Europa.
En los pasillos de las instituciones europeas y entre los expertos, la PESCO se conoce como “la bella durmiente”, porque se propuso hace 16 años pero había pasado más de tres lustros como un conjunto de papeles en un cajón. El Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aplaudió ayer “los pasos operativos que han dado los Estados miembros para sentar los fundamentales de la Unión de la Defensa europea. Nuestra seguridad no puede ser sub contratada”.
El Brexit y la llegada de Trump le dieron nuevos colores y los gobiernos europeos aceleraron después de que la Comisión Europea resucitara el proyecto el pasado junio y le añadiera un "Fondo Europeo de Defensa" que estará dotado en principio con 5.500 millones de euros, dividido en una parte para innovación y otra para armamento. Bruselas entraba así en un territorio que nunca había tocado, el de las armas.
La firma de la PESCO (Protocolo de adhesión a la cooperación estructurada permanente) por 25 países de la UE.
Europa mira al mapa y ve cada vez más riesgos. El terrorismo yihadista, que se combate en casa principalmente con medios policiales pero fuera con medios militares, se extiende por Oriente Medio, el norte de África y el Sahel. Al este del continente, Rusia parece, al menos desde 2014 y su intervención militar en Ucrania, una potencia beligerante y enemiga. Al Oeste, una administración estadounidense de la que no se sabe qué esperar ni cómo reaccionará ante cada crisis siguiente los impulsos de Donald Trump.
Los gobiernos europeos participantes deben presentar este mes como muy tarde sus “compromisos vinculantes” y sus “planes nacionales” de Defensa. Entre ellos está el aumento del gasto militar paulatinamente hasta que todos alcancen al menos el 2% del PBI. Los miembros de la OTAN también deben lograr ese nivel de gasto antes de 2025.
No en un futuro cercano, pero tal vez en algún momento Europa tenga un ejército conjunto.
Los compromisos incluyen que al menos el 2% del gasto total en Defensa vaya a I+D militar y que el 20% sea para inversión en material militar. También a participar en proyectos conjuntos de desarrollo de capacidades militares y en más misiones y ejercicios de entrenamiento. Los planes que presenten los gobiernos serán revisados cada año para verificar su cumplimiento.
La PESCO nace con 17 proyectos concretos a los que cada gobierno podrá sumarse voluntariamente. Entre ellos, según un listado que cita el diario Expansión, la creación de estructuras de mando conjuntas, la creación de un centro para misiones de entrenamiento, unidades médicas militares conjuntas, una red de centros logísticos militares por todo el territorio europeo, desarrollo de drones militares, instrumentos semiautónomos marítimos contra minas y hasta de vehículos de asalto anfibio.
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