Los trabajadores empezaron la gestión de la empresa a partir del pasivo previsional del dueño formal. Avanza con Abad una moratoria impositiva.
Lo terminaron de acordar a solas el lunes Mauricio Macri y Hugo Moyano. Con la venia del mandatario, el líder camionero quedó a cargo de OCA, la principal empresa postal privada, que atraviesa una severa crisis por deudas previsionales e impositivas. Será a través de una gestión operativa de los trabajadores de la compañía y bajo el paraguas del gremio de los choferes, al menos durante el período necesario para llevar a cabo un saneamiento de sus cuentas.
A partir del acuerdo político sellado esta semana, la nueva conducción de OCA planteará un plan de pagos para una deuda impositiva estimada en un principio en 2 mil millones de pesos, aunque en los últimos meses desde el propio gremio dijeron que parte de ese monto se saldó. Con ese fin, dirigentes de confianza de Moyano se reunieron la semana pasada con el titular de la AFIP, Alberto Abad, para sondear las opciones de la eventual moratoria a la que se acogerán.
El cambio de conducción en la empresa había comenzado a gestarse hace un mes cuando el dueño formal, Patricio Farcuh, se vio impedido de ingresar a sus oficinas. Desde entonces el sindicato tomó el control operativo de la firma y puso al frente a uno de los gerentes junto a un abogado y un contador del gremio. Incluso hubo un indicio previo en septiembre cuando la organización de Moyano pagó parte de los sueldos de los 7.500 trabajadores de la compañía que se encontraban en mora y que habían disparado una huelga. Lo hizo entonces como préstamo a su propietario formal, como informó este diario.
En el Gobierno y cerca de Moyano confirmaron la reunión a solas del lunes entre Macri y el gremialista, así como el desenlace en el manejo de la empresa. También explicaron que la figura visible del sindicato en OCA será Héctor "Yoyo" Maldonado, hombre de la máxima confianza de la familia Moyano y secretario general en el club Independiente, en donde tiene a su cargo la gestión diaria del fútbol.
La crisis en la empresa postal signó este año buena parte de la relación entre Moyano y el Gobierno. Por tratarse del mayor empleador individual para el gremio camionero (a los 7.500 empleos directos debe sumárseles otros 5.000 indirectos) la posibilidad de una quiebra con la pérdida de los empleos representaba un conflicto grave para un Gobierno en su primer año de mandato, y una debacle sin precedentes para un dirigente sindical que hizo de la estabilidad de sus representados su principal bandera.
De hecho, más allá de la relación protocolar de los funcionarios con las distintas versiones de la CGT, y desde agosto con el triunvirato de jefes que quedó a cargo de la central, Macri siempre priorizó el diálogo mano a mano con Moyano. Buena parte de esas conversaciones tuvieron relación con el futuro de OCA, e incluso desde el propio Ejecutivo admitieron que el camionero disuadió a muchos de sus colegas que pretendían ir al paro nacional a partir de las señales que recibía favorables a un salvataje a la empresa postal.
En el gremio explicaron que para concretar el cambio de manos en OCA se apeló a la deuda previsional que la firma mantiene con sus choferes, así como al peso de las potenciales indemnizaciones a ser liquidadas en un eventual cese definitivo de actividades. También dijeron que en principio no habrá afectación en los derechos adquiridos por los trabajadores de la empresa en términos salariales, de antigüedad e indemnizatorios. Incluso deslizaron que en el mes que lleva la nueva gestión de facto, a partir del apartamiento de Farcuh, hubo recuperación de clientes y mejora en las cuentas de la compañía.
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