A principios de este mismo mes y a raíz de los atentados perpetrados en Bruselas, el secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, quiso remarcar la importancia de su Comando Cibernético, cuyos miembros planteó elevar a la categoría del resto de combatientes. Unos hackers y guerreros digitales imprescindibles a la hora de unir fuerzas con los ataques tradicionales.
Una facción básica en la lucha contra el ISIS que, según informa el New York Times, ha empezado a lanzar por primera vez –anteriormente sus acciones se habían centrado en Corea del Norte, Irán, Rusia y la China, principalmente- sus ciberbombas contra la organización terrorista armada hasta las teclas. Pero analicemos sus acciones.
De esta manera, el comando ejemplifica la estrategia que están empleando los EEUU contra el mal autodenominado Islámico, una organización que se caracteriza precisamente, por el uso de las redes sociales, la tecnología e Internet como vehículo a la hora de comunicarse, reclutar nuevos miembros, realizar pagos y transferencias, etcétera.
Una infraestructura que ahora el gobierno de Obama ha empezado a golpear de la mano de su USCC (por sus siglas en inglés y que, por cierto, trabaja en estrecha colaboración con la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense o NSA) y sus ataques informáticos.“Estamos lanzando ciberbombas. Es la primera vez que hacemos algo así”, ha reconocido Robert Work, vicesecretario de Defensa.
Y aunque no se han brindado demasiados detalles concretos sobre esta cibermisión, algunas de las fuentes encontradas en el citado periódico apuntan a que el objetivo principal es conseguir que los miembros del Cibercomando se infiltren en la red de comunicación de la célula y se hagan pasar por sus militantes. ¿La finalidad? Obtener datos de sus pautas, hábitos y métodos de primera mano. Ahora bien, no nos parece demasiado inteligente que lo hayan comunicado.
Otra de las medidas consistirá en manipular sus mensajes para interferir en sus comunicaciones, así como en cambiar sus ordenes para hacerlos vulnerables al ataque por drones, entre otros. “Estamos tratando de aislar al ISIS tanto física como virtualmente, limitando su habilidad de enviar órdenes, comunicarse entre ellos y conducir locales y tácticas”, resumía Joseph F. Dunford, General del Cuerpo de los Marines.
Evidentemente, las fuerzas gubernamentales estadounidenses no son las únicas que llevan a cabo su particular lucha en la red, sino que, entre los agentes más activos nos topamos con el grupo de hacktivistas Anonymous -cuyas principales operaciones se han centrado en el cierre y boicot de sus páginas, así como en la filtración de los datos más personales de los principales mandatarios del DAESH-.
Las redes sociales y herramientas de mensajería instantánea como Twitter y Telegram (respectivamente) también se han puesto manos a la obra de la mano de la eliminación masiva de miles de perfiles relacionados con las prácticas del grupo, así como de la toma de decisiones encaminadas a frenar la expansión mediática y frenar las comunicaciones de la entidad. De hecho, parece que están teniendo cierto éxito, pues hace unos meses comenzamos a “notar” que la guerra de propaganda del ISIS empezaba a ir de capa caída en la red de microblogging.
Una realidad que ya a mediados de febrero se encargó de confirmar un informe del Programa sobre el Extremismo de la Universidad George Washington. Un documento que apuntaba entonces que los terroristas no estaban teniendo mucha hora a la hora de reclutar nuevos miembros y difundir su propaganda a través de la red que ahora encabeza Jack Dorsey.
El cambio, por otra parte, se atribuye a la creación de un algoritmo específico para detectar aquellos contenidos que inciten al odio y la violencia. Una iniciativa que no fue única en su especie, pues previamente Google modificó su sistema de AdWords con el objetivo de que, al tratar de encontrar datos relacionados con estos terroristas, se nos mostrase propaganda contraria al radicalismo islámico.
Al margen de lo comentado y de sus acciones en la red, hace tan solo unas horas que Obama ha decidido ampliar su presencia militar en SIRIA con el objetivo de combatir a ISIS. Un incremento que ascendería el total de soldados destinados a este territorio a 300; aunque actualmente cuenta con solo 50. ¿La idea? Ayudar a las fuerzas locales a combatir al grupo terrorista.
La decisión, sin embargo, ha sido aprobada pese a las conocidas reticencias del presidente, que finalmente ha autorizado la operación en un clima en el que la presión por apostar por la lucha contra la célula va en aumento. En toco aso y en e marco de una rueda de prensa llevada a cabo con la canciller alemana, Angela Merkel, el mandatario ha dejado claro que su intención no es la de ordenar un despliegue militar masivo.
Fuente: http://www.genbeta.com/a-fondo/estados-unidos-empieza-a-lanzar-sus-ciberbombas-contra-el-isis
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