Por Pablo Fernández Blanco - LA NACION
Con la venia del Gobierno, las empresas traerán a fines de mayo crudo de Nigeria, más barato que el producido aquí
El 27 de mayo llegará a las costas argentinas un buque petrolero cargado con un millón de barriles de crudo denominado Bonga, propio de Nigeria.
La operación, que costará unos US$ 44 millones, resume la nueva dinámica del sector en la administración de Mauricio Macri. Las empresas acceden al mercado internacional con libertad, tal como estipulan las leyes, aunque bajo la mirada del Gobierno, que busca con esa venia un objetivo delicado: favorecer a las compañías que producen y venden combustibles en el mercado local, como YPF, Shell, Axion, Petrobras y Oil, para que digieran con más facilidad el mal trago de no haber podido trasladar a los precios la totalidad del impacto de la devaluación de diciembre. Pero al mismo tiempo intenta moderar el apetito importador, debido a los bajos precios internacionales, para sostener la actividad de los productores locales de crudo, que están en crisis.
El barco proveniente de Nigeria fue adquirido por Axion, la petrolera de la familia Bulgheroni y la china Cnooc, que lo compartirá entre Shell, Oil y Petrobras. Cada una de ellas se quedará con el 27% de la carga, salvo la empresa brasileña, que recibirá un 19 por ciento.
YPF, bajo control estatal, prefirió no participar de la operación porque tiene suficiente crudo de producción local para abastecer sus refinerías.
Costos y precios
Hay razones económicas evidentes para importar petróleo. Por un acuerdo entre las refinadoras y las productoras, con el apadrinamiento de Energía, el barril de petróleo denominado Medanito, de Neuquén, se vende en el país a US$ 67,50. Ayer, el crudo denominado WTI, que históricamente estuvo más caro que el local, cerró a US$ 37,26, es decir, apenas un 55% de su precio.
El Gobierno acepta un precio local más alto para evitar una caída aun mayor de la actividad, causada por la baja de precios internacionales, algo que trajo problemas en las provincias productoras.
Las refinadoras utilizan el petróleo importado, que les permite bajar sus costos, como un aliciente para soportar los aumentos en los combustibles (6% en enero, en febrero y en abril), que las deja lejos de los márgenes de rentabilidad que tenían antes de la devaluación.
Axion le compró el cargamento a Shell Western, una filial de Shell, la empresa cuya casa local manejó hasta junio del año pasado el ministro de Energía, Juan José Aranguren. Si bien algunos dedos apuntan contra esa vinculación, fuentes cercanas al ministerio negaron un eventual conflicto de interés porque se trata de una operación entre empresas privadas.
Eso no ocurrió hasta el año pasado, cuando la importación de crudo estaba a cargo de la estatal Enarsa, que compraba a un precio menor y luego obtenía una ganancia al momento de vendérselo a las refinadoras locales a un valor similar al del mercado interno. Ahora el beneficio va para las empresas, que lo utilizan para moderar la pérdida de rentabilidad.
La idea que domina en el Gobierno y fue transmitida a las empresas por el secretario de Combustibles, José Luis Sureda, consiste en recrear una especie de mercado libre del crudo, pero con la condición de que no sobre petróleo denominado Medanito.
El nuevo régimen despertó algunos conflictos. Hace poco más de dos semanas, la petrolera CGC, de Eduardo Eurnekian, envió una nota a la cartera de Aranguren en la que expresa que le sobra crudo y analiza exportarlo debido a que las refinadoras locales no le compran toda su producción.
CGC produce crudo denominado María Inés. Es liviano (de buen rendimiento), pero contiene mercurio, algo que obliga a darle un tratamiento especial. Sus compradores habituales son Oil y Petrobras, que le vendió el yacimiento hace dos años. Es posible que ambas empresas hayan preferido importar crudo antes que absorber toda la producción de Santa Cruz.
Una fuente oficial que pidió reserva de su nombre confirmó a LA NACION que el objetivo del Gobierno es alcanzar un punto de equilibrio con todas las empresas y que esos saldos de petróleo se queden en el país. Se trata de un inconveniente que difícilmente se resuelva en el futuro inmediato.
Dos en el año
La de mayo será la segunda importación de crudo de la gestión Macri. La primera llegó al país a fines de febrero, en condiciones similares. Shell, Axion, Petrobras y Oil compraron un barco de un millón de barriles de crudo Bonny Light, proveniente de Nigeria. En aquella ocasión, la compradora fue la petrolera de Cristóbal López, hoy acechada por una deuda impositiva en torno a los $ 8000 millones.
La gestión de Cristina Kirchner también acudió a la importación de petróleo con el objetivo de beneficiarse de los precios bajos y compensar la caída en la producción local. El año pasado se compraron fuera del país más de 292.000 metros cúbicos de petróleo, que costaron más de US$ 125 millones. El gobierno de Mauricio Macri espera terminar el año con un nivel de importación de crudo similar al del año pasado.
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jueves, 14 de abril de 2016
Importan más petróleo para contener la suba de las naftas
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