Editorial II del diario La Nación
De crearse un área protegida para el Gran Chaco Americano aseguraría su conservación y permitiría un desarrollo inteligente
En nuestro país, hay una inmensa estancia de 250.000 hectáreas que pertenecía a un solo propietario que murió asesinado sin dejar descendientes. La Fidelidad es el nombre de este establecimiento que cubre unas 140.000 hectáreas en la provincia de Chaco y un poco más de 100.000 en Formosa.
Se trata de una gigantesca reserva de biodiversidad que une las cuencas del Bermejito y del Bermejo, con una muestra representativa de todos los tipos de bosques, sabanas, pastizales y humedales de este interfluvio. No solo no existe en la región otra propiedad de esta dimensión, sino que se trata del bosque nativo más grande de la Argentina, un sitio estratégico en materia de biodiversidad, pero, como es obvio, sujeto a la intensa presión de los desmontes que hace que nuestro territorio pierda, cada año, cientos de miles de hectáreas de bosques que arrasan con los servicios ambientales que éstos prestan.
El 62 por ciento de la ecorregión del Gran Chaco Americano está dentro de la Argentina y, de esa superficie, sólo el 3,2 está dentro de algún tipo de área natural protegida. Entre los parques nacionales, hay uno en el Chaco Seco y dos en el Chaco Húmedo, pero ninguno en la transición correspondiente al Chaco Semiárido, donde se encuentra La Fidelidad. Por eso, la Administración de Parques Nacionales está muy interesada en que se agregue al sistema nacional de áreas protegidas.
Luego de décadas de destrucción forestal y expansión de monocultivos industriales, en particular la soja, y ahora también con la ganadería extensiva, esta zona acabará convertida en un páramo. Lo cual acarreará múltiples problemas adicionales, porque el del Chaco es un bosque con gente.
Quienes conocían el Impenetrable con toda su riqueza natural pueden imaginar que La Fidelidad representa una segunda oportunidad, quizá la última, de conservar este ecosistema que está sujeto a un riesgo inmediato: ya existen ofertas para vender estas tierras, incluso en Internet, lo que requiere que de modo urgente las autoridades les den una oportunidad a los bosques y antes de que sea tarde creen una gran área protegida que complemente nuestros sistemas naturales y contribuya a cumplir con los objetivos de protección de biodiversidad asumidos internacionalmente.
La Fidelidad se encuentra dentro de una de las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad del Gran Chaco Americano, según la evaluación coordinada por The Nature Conservancy (TNC), la World Conservation Society (WCS) y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) para el Gran Chaco. En esa evaluación participaron representantes de la UBA como el Gepama, Aves Argentinas, el INTA, el gobierno de Chaco, la Administración de Parques Nacionales (APN) y de otras universidades nacionales, asociaciones de productores, ONG y gobiernos provinciales y municipales de la Argentina, además de instituciones equivalentes de Bolivia y Paraguay.
La creación de una inmensa área protegida permitiría, además, la restauración de otros ecosistemas degradados en esa misma región que es el verdadero corazón geográfico de toda la América del Sur. Porque el Gran Chaco abarca no sólo el Nordeste argentino, sino también gran parte de Paraguay, Bolivia y el sur amazónico de Brasil.
Sería deseable que los gobiernos de las provincias de Chaco y Formosa, y el gobierno nacional impidan el saqueo de esta área y contribuyan a la conservación de este gigantesco bosque nativo. Se trata, decíamos, de una oportunidad única: hacer espacio a un nuevo paradigma en el uso del territorio, que armonice los valores de conservación y las necesidades del desarrollo de un modo inteligente.
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