Se ha encontrado marihuana y cocaína en muchos campos chicos. Y canoas contrabandeando.
Foto: EL ARROYO. MAGLIONI, EN EL LUGAR POR DONDE LOS NARCOS IBAN A SACAR LA DROGA. USAN AVIONETAS Y LANCHAS.
El 25 de febrero de este año, la Policía de Colonia del Sacramento, en Uruguay, incautó 16 kilos de pasta base de cocaína acondicionados en 1500 “tizas”. Cinco ciudadanos uruguayos la traían en una canoa desde costa argentina , a remo a través de las islas del Delta. Fuentes de la investigación creen que el destino era Montevideo, y desde allí, Europa.
En 2010 y lo que va de 2011, hallazgos similares ocurridos tanto en agua como en tierra indican que la droga está en el sur entrerriano . Y no sólo allí, sino que la frontera argentina con Uruguay se consolida como la narco-ruta de salida hacia Europa, afirman las fuentes consultadas.
“En la justicia federal entrerriana, el tráfico de drogas acapara el 80% de las causas”, se lee en titulares de medios entrerrianos del 30 de octubre pasado. Publicaciones similares alertan en el mismo sentido: “Banda narco detenida en la costa del Uruguay” (25 de octubre de 2010); “La droga llega a los pueblos chicos: marihuana y cocaína en General Campos” (11 de octubre); “Gendarmería secuestra 18 kilos de marihuana en un campo de Perdices”, etc.
Ya en febrero de 2008, el Informe Mundial de Drogas de las Naciones Unidas (ONU) difundido en Viena, ubicó a nuestro país en el primer lugar en América Latina como consumidor de cocaína, éxtasis, opio y paco, por delante incluso de México, Venezuela y Colombia. Y segundo en marihuana, detrás de Chile.
El sur entrerriano es parte ya de ese escenario narco, al menos como lugar de tránsito o de escala para el transporte de la mercadería: en septiembre pasado, Gendarmería incautó 335 kilos de marihuana escondidos en un camión maderero procedente de Misiones, que transitaba por la ruta 14. Un mes antes, en agosto de 2010, Gendarmería de Gualeguaychú realizó cinco procedimientos simultáneos en los que secuestraron tizas de cocaína, balanzas, celulares, 250 pastillas blancas para “estirar” (mezclar con pasta pura), dinero y otros elementos. El 20 de julio de 2010, en la intersección de rutas 14 y 20 (junto a Gualeguaychú), la droga hallada fue de 8 kilos de marihuana en un colectivo. El 21, 5 kilos más. El mayor cargamento se incautó en marzo de 2006, en Ceibas: 3.212 kilos de marihuana que venían en un camión cisterna, disimulados entre bolsas de papa.
Al conocerse el caso de la familia Maglione, el director de Toxicología de la Policía de Entre Ríos, el comisario general José Luis Churruarín, admitió la existencia de las pistas clandestinas en la provincia, “sobre todo en la zona de islas y montes”. Y aseguró que “no sólo se está haciendo énfasis de controles en las rutas, sino también por agua”. En lancha, la droga de los campos de la zona de islas puede ser llevada al conurbano bonaerense casi sin obstáculos . Lo que no se detecta en Entre Ríos, aparece luego en Uruguay.
Hechos como la detención de “mulas” (mujeres y varones) con más de 100 cápsulas intentando cruzar la frontera uruguaya desde Entre Ríos, o el hallazgo de paquetes con cocaína de extrema pureza transportados en canoas por el río Uruguay, sustentan la hipótesis de que esta ruta está siendo utilizada con avidez por los narcos.
Existen dos rutas principales de ingreso de la droga a nuestro país, una para la cocaína y otra para la marihuana. La cocaína se importa de Bolivia y Colombia y se envía a Buenos Aires. Su precio varía notablemente de un punto a otro. Un kilo de cocaína procesada requiere 300 kilos de hoja de coca. Este kilo de droga sale de Bolivia costando 2 mil dólares. Ingresar a Argentina cuesta 500 dólares más. Llegar a Buenos Aires, otros 500 más (ya vale 3 mil dólares). Al que la negocia le dan como porcentaje unos 500 dólares (si recibe 10 kilos para distribuir, hace 5 mil dólares de ganancia). El mismo kilo que salió de Bolivia a 2 mil dólares, puesto al por menor en Argentina, rinde unos 4500 dólares. En Europa, en cambio, su valor puede superar los 35 mil dólares el kilo. Por eso se busca sacar la sustancia rumbo al viejo continente. Y un camino para ello es la frontera argentino-uruguaya, en Entre Ríos, advierten los investigadores.En cuanto a la marihuana, también entra a Argentina, ya que no se cultiva en nuestro país. Pero a diferencia de la cocaína, no sale del país: en general se consume acá y es la puerta de inicio para otras drogas . De acuerdo a las fuentes policiales de Entre Ríos, la marihuana que llega al sur de la provincia proviene del norte de Paraguay, y de Bolivia, muchas veces también haciendo escala previa en Salta. De Paraguay pasa a Misiones por Iguazú y por ciudades ubicadas más al sur, como Wanda, San Ignacio, El Dorado, parajes donde las rutas se multiplican y facilitan evadir los controles. Y desde allí se la sube a camiones, oculta en otra mercadería, o en avionetas sin control que acabarán, si nadie lo impide, en su destino final o en alguna parada intermedia, pistas clandestinas de aterrizaje como las que ofrece el sur entrerriano, con sus islas, sin radares, casi siempre sin resistencia.