La compra de la filial local del Standard Bank le permite al gigante asiático completar una estructura de negocios en el país que ya incluye parte de la extracción de hidrocarburos y producción agrícola, entre otros ítems. El temor ante una invasión de productos orientales. La masiva avanzada de los capitales chinos sobre activos y recursos de la Argentina ya no admite discusiones. Lejanos en el tiempo quedan aquellos momentos en los que la concreción de un acuerdo comercial, o la venta de una empresa local desconocida a una firma del gigante asiático, resultaba un mero dato de color para la opinión pública argentina. "Los chinos tienen millones de habitantes y en algún momento van a venir por nuestros productos", se escuchó decir alguna vez, hace al menos una década.
Lo cierto es que el capital chino vino y, superando los pronósticos más aventurados respecto a esta avanzada, rápidamente tomó posición dentro de los segmentos clave de la economía local. Una muestra "modelo 2011" de este movimiento está en que, en el primer trimestre del año, el gigante Cnooc, en sociedad con la local Pan American Energy (PAE), concretó la compra de la refinería en Campana y las casi 450 estaciones de servicio que Esso poseía en el país.
Paralelamente, la refinería estatal china Sinopec, la mayor de Asia, finalizó el 23 de febrero la adquisición de los activos que la estadounidense Occidental Petroleum (Oxy) tiene en la Argentina, por un valor de u$s2.450 millones. La unidad de Occidental en Argentina tiene intereses en 23 concesiones de producción y exploración en las provincias de Santa Cruz, Mendoza y Chubut. Además, cuenta con reservas probables de unos 393 millones de barriles de petróleo. En 2010, la producción de Occidental Argentina totalizó más de 15 millones de barriles de petróleo.
A estas adquisiciones, ahora se le acaba de sumar una jugada que completa el círculo económico de China en suelo local: la compra de la filial local del Standard Bank por parte del Banco Comercial e Industrial de China (ICBC). La operación, que se cerró en u$s600 millones, "se enmarca en la agresiva estrategia del ICBC y otros bancos chinos para extenderse en el extranjero, comprando participaciones en otras entidades o abriendo sucursales", señalaron distintos especialistas.
El presidente del ICBC, Jiang Jianqing, explicó que el acuerdo -que todavía tiene que ser sometido a una aprobación por parte de las autoridades- tiene "un gran sentido estratégico" para el mayor banco de China y le dará la posibilidad de reforzar su relación con América latina. "La adquisición permitirá al ICBC obtener licencias bancarias en la Argentina y ser la primera institución financiera china en entrar en el mercado local", agregó. Para los expertos, con esta operación y las anteriores, China está haciendo de la Argentina su "base" desde la cual avanzar sobre América latina.
Desde el sector financiero, distintas voces consideraron el desembarco de ICBC como, en principio, "una novedad positiva". Sin embargo, también sembraron algunos interrogantes respecto de cómo se dará la relación comercial entre China y Argentina a partir de este movimiento. "Que un banco chino compre una filial en el país habla de un mercado financiero fuerte. Y también de una avanzada que hará al escenario local mucho más competitivo. Lo de ICBC es un golpe importante, y que habla a las claras de que la perspectiva para el mercado hacia el futuro son bastante buenas", aseguró a iProfesional.com un experto del sector financiero que opinó en estricto off. La misma fuente sostuvo que el movimiento de ICBC representa una certeza respecto de Argentina y América latina como mercados emergentes vitales para el crecimiento chino de las próximas décadas.
Por estos días, ICBC aparece como el primer banco del mundo por capitalización bursátil con un valor de u$s550.000 millones, una cifra que supera con creces el PBI argentino. Una visión similar mostró Gustavo Giraldez, director de ZonaBancos.com. "Esta compra hace ver a la Argentina como una plaza interesante. Para los banqueros argentinos representa un desafío importante, porque los chinos no desembolsaron semejante suma para poner simplemente su nombre en nuestro mercado: ellos buscarán con esto ganar presencia internacional en este lado del mundo", aseguró a iProfesional.com. "Pero lo que hay que tomar en cuenta es que la presencia concreta de un banco chino en la Argentina no hará más que abrir nuevas posibilidades al ingreso de productos de ese origen. Esto, de darse, derivará en nuevas fricciones con la secretaría que conduce Guillermo Moreno", añadió.
En ese sentido, Giraldez explicó que hay que dar por descontado que China, a través del banco en cuestión, pondrá en marcha un sistema comercial de características similares "al implementado en su momento por los brasileños Itaú y el Banco Do Brasil". "El primer envión consistirá en hacer desembarcar en la Argentina toda la cartera de clientes que ICBC tiene en China. Eso hay que darlo por hecho. Y en el país ofrecerán créditos para la financiación de compras de productos chinos. Como en su momento hizo Brasil, que te financiaba la adquisición de equipamiento industrial si éste era de origen, precisamente, brasileño", dijo.
"Puede suceder, también, que se financie a las terminales automotrices locales para que demanden piezas desarrolladas en Asia. Esto, obviamente, empezará a ser discutido con más énfasis en el plano comercial argentino porque la jugada del Standard Bank cierra otro aspecto del ingreso oriental en Argentina: la transformación del público local en un fuerte consumidor de productos chinos", indicó.
¿Queda algún círculo más por cerrar para las aspiraciones de china en la Argentina? Giraldez fue concreto: "Se podría decir que no. Que el círculo estaría completo, porque con ICBC la intención es empezar a financiar su propio mercado productivo. Es la ‘pata' financiera que hasta ahora estaba ausente en los intentos de los asiáticos por llenar todo de productos chinos".
Con respecto a la jugada en el sector energético, Jorge Castro, analista internacional y director del Instituto de Planeamiento Estratégico, sostuvo que "las inversiones van de la mano con lo que China está concretando en la región, sobre todo en Brasil y nuestro país. Hoy ya es el principal socio comercial de Brasil, y también el principal inversor extranjero directo. Todo indica que va camino a hacer lo mismo con Argentina". "Hoy China está reciclando su espectacular superávit. Y efectúa esto mediante compras que van desde empresas de desarrollo de tecnología en los Estados Unidos hasta productoras de materias primas y energía en América latina", agregó.
Pero la dimensión de la avanzada china en la Argentina no se agota en estos movimientos. Muy por el contrario: el gigante asiático parece decidido a ir por más en el escenario local. Al respecto, autoridades de ese país confirmaron la semana pasada que, tras sellar un acuerdo con la Secretaría de Minería, construirán la primera planta refinadora de cobre que se instalará en la Argentina.
El proyecto, considerado durante la reciente visita de funcionarios argentinos a Beijing, demandaría una inversión inicial superior a los 500 millones de dólares, precisó un comunicado oficial. El emprendimiento brindaría mayor valor agregado a la producción local, considerando que el país, con más de 15 proyectos de cobre, se ubicará "entre los cinco principales productores del mundo". Según el comunicado, "hay un fuerte interés de los operadores e inversores de China por analizar alternativas de inversión en la actividad minera de nuestro país".
En paralelo, la provincia de Buenos Aires y el Estado chino de Fujián sellaron el mes pasado un acuerdo para fomentar el desarrollo conjunto en materia agrícola. Con un territorio de 121.000 kilómetros cuadrados y 35 millones de habitantes, Fujian cuenta con algunos de los puertos más antiguos del país, como el de Xiamen, el primero de la República Popular China en conseguir el estatus de zona económica especial. Respecto de este pacto, Ariel Franetovich, ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, resaltó que "las autoridades chinas nos plantearon la necesidad de comprar trigo maíz y soja, mientras que nosotros le ofrecimos una propuesta que es de interés de ambas partes: invertir en riego para potenciar nuevas inversiones". Agregó que "la idea es que este primer contacto siga con la visita de empresarios al sudoeste para ver, analizar y vincularse con intendentes, asociaciones y productores".
El año pasado China fue el segundo destino de los productos bonaerenses en el mundo y, entre 2003 y 2010, se realizaron exportaciones promedio por año por u$s834 millones, un 20% de las ventas de Argentina al país asiático, con predominio de las exportaciones de productos primarios. En paralelo, empresarios del país asiático adelantaron su intención de visitar San Juan en las próximas semanas con el fin de adquirir vinos y aceites de oliva de esa provincia.
Por último, continúa avanzando el plan chino para producir soja en la provincia de Río Negro. En esa dirección, ejecutivos de la firma Beidahuang Group participaron hace escasas semanas de la presentación oficial del primer desembarco de capitales chinos en el negocio agrícola de la Argentina. La idea del conglomerado asiático mencionado, que en su país maneja más de 5 millones de hectáreas de granjas estatales y privadas, es montar el sistema de riego para poner en producción cerca de 300.000 hectáreas de monte patagónico.
El agua del Río Negro hoy se utiliza en buena medida para regar 143.000 hectáreas. Pero el potencial en los tres valles rionegrinos es de 857.000 hectáreas. Sobre parte de esa tierra ociosa se piensa producir soja, maíz y otros cultivos. "Esto es una política de Estado que permitirá duplicar la producción y generar 100.000 nuevos puestos de trabajo en una provincia de 635.000 habitantes", se entusiasmó uno de los negociadores locales, Oscar Gómez, que además aclaró que no se venderán tierras fiscales, pues la inversión china se canalizará a obras en campos privados, en acuerdo con sus propietarios a través de fideicomisos por 20 años.
Según trascendió, se harán obras energéticas y se ampliará el puerto de San Antonio Oeste. Este último punto despierta controversias en virtud de que será el mismo gobierno provincial el que correrá con los gastos para facilitar la salida de la soja con destino a China.
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