domingo, 25 de abril de 2010

Europa, su Majestad el Tren

El reinado del ferrocarril sigue firme con buenas ofertas y servicios
Foto: Gentileza RAILEUROPE

El hábito de movernos en tren, ¡y cómodos!, todavía nos es extrañamente ajeno en estas latitudes. Pero conviene tener presente este medio de transporte a la hora de recorrer varias ciudades e incluso varios países dentro de Europa (sí, el ferrocarril en el Viejo Continente llega a absolutamente todas partes). No sólo por eficiencia y calidad, sino también por precio.

Así, los pases de Eurail (que se comercializan en todo el mundo a través de la empresa Rail Europe) ofrecen la posibilidad de recorrer tres, cuatro o cinco países limítrofes entre 22 naciones europeas que estén comunicadas por tren o barco. Lo mejor, claro, es tomarse el trabajo de planear el viaje con anticipación, de modo de encontrar el modelo de pase que se ajuste a las necesidades de cada pasajero.

Por ejemplo, existen pases válidos para varios países o para uno solo; para un determinado número de días en el transcurso de un mes; para grupos de dos a cinco adultos que viajan juntos; para mayores de 60 años o para menores de 26 años, entre otras sorprendentes y hasta complejas combinaciones (hay 49 pases disponibles).

Para tener una idea de precios, el Eurail Select Pass, para visitar tres países en cinco días, dentro de un período de dos meses, es de 324 euros por adulto, o 362 si se visitan cuatro países (los días de viaje pueden  usarse en forma consecutiva o no). Ahora, si las personas que viajan juntas son dos o más, entonces el precio que se debe abonar será de 275 euros por cabeza, o 306 si se suma un cuarto país. Si el plan es viajar a más de cinco países, lo ideal es sacar el Eurail Global Pass, el llamado padre de todos los pases. También está el Eurail Global Pass Saver, para personas que viajan juntas, que por 433 euros (por pasajero) permite moverse libremente por 21 países europeos durante 15 días. Menores de 4 no pagan, y entre 4 y 11 abonan la mitad.

Y si, por otro lado, sólo se desea visitar un solo país, el Single Country Pass es la opción más conveniente.
Es importante saber que este tipo de boleto no se vende en Europa, por lo que hay que comprarlo en el país de origen a través de los agentes generales de Rail Europe ( www.raileurope-la.com ). Además, conviene siempre hacerlo por Internet, que suele ofrecer descuentos y promociones que de otra manera se pasarían por alto. El Swiss Pass, por ejemplo, es válido también para ómnibus y barco, además de otorgar entradas gratis a más 400 museos del país ( www.swisstravelsystem.com ).

Por último, aunque no menos importante, no hay que olvidar que
1) en la mayoría de los trenes hay primera y segunda clase, con la consiguiente diferencia de tarifas;
2) que con mayor anticipación se consigue mejor precio. Y ojo que hay muchos trenes en los que se puede viajar sin reserva previa, y otros donde ésta es obligatoria, como el TGV francés, el Eurostar Italia o el Ave de España, entre otros.

En la última década, los trenes de alta velocidad (hablamos de 300 kilómetros por hora) lograron lo impensable en épocas de aerolíneas low cost: llegar a competir con el transporte aéreo, al menos en viajes de media distancia por Europa. El Eurostar, por caso, une Francia y Bélgica con Inglaterra a través del túnel del Canal de la Mancha, y ya transporta el 70 por ciento de los viajeros que van o vuelven de Londres a París.

A modo de repaso, vayan algunas de las ventajas más significativas con las que cuenta el tren:
1) Las estaciones, a diferencia de los aeropuertos, suelen estar en pleno centro de la ciudad, incluso bien cerca de una buena cantidad de hoteles.
2) Para tomar el tren no hace falta presentarse en la estación hasta tres horas antes de su partida, como es el caso de los aeropuertos antes de tomar un avión.
3) No hay que chequear equipaje, pagar multas por sobrepeso o preguntarse si la valija llegará a destino.
4) Los pases para múltiples trayectos a veces son más baratos que comprar varios tickets aéreos por separado.
5) Dentro del tren se puede usar la computadora (muchos de ellos cuentan con conexión Wi-Fi gratuita, y otros paga) y el teléfono.
6) Los pueblos y paisajes se aprecian mejor desde la ventanilla.
7) En los vagones hay más espacio para estirar las piernas que en una butaca de avión, se puede reclinar el asiento durante todo el viaje y no hay que usar cinturón.

Fuente: Diario La Nación

1 comentario:

  1. No hay nada mágico en todo ésto. Si se ofrece un buen servicio la gente lo usará. Si se maltrata al viajero buscará alternativas. Ojalá se den cuenta los dirigentes que no queremos grandes fastos, sino que las cosas cotidianas funcionen.

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