Por Caleb Larson - The National Interest - Traducción Desarrollo y Defensa
La marca Toyota es sinónimo de robustez y confiabilidad, una solución perfecta para caudillos y grupos rebeldes que no tienen armadura.
Los sistemas de armas grandes y llamativos que involucran sigilo, sensores en red, pilotaje remoto, velocidad hipersónica, absorben gran parte de la atención del público y una gran cantidad de fondos del gobierno. Alto rendimiento, alta tecnología y muy caros, son los juguetes de los imperios. En el otro extremo del espectro está la camioneta humilde.
Algunos de los primeros camiones armados, o técnicos como se les llama, se cortaron los dientes durante la Segunda Guerra Mundial, donde fueron apreciados por su buena movilidad y fiabilidad en las austeras condiciones del desierto del norte de África. El grupo Long Desert Desert de la fama libia acopló artillería y ametralladoras a camiones Ford y Chevrolet, y luchó contra las fuerzas del Eje utilizando tácticas de disparar y desplazarse, o reunió inteligencia para los aliados.
Varias décadas más tarde, la revista Time apodó el final de los conflictos entre Chad y Libio de los años 1970 y 1980, la Guerra de Toyota, debido al dominio del campo de batalla chadiano gracias a sus camiones de pistola Toyota convertidos. Los camiones ganaron mayor notoriedad en la década de 1990, cuando muchas fuerzas somalíes, y especialmente el poderoso señor de la guerra Mohamad Farrah Aidid, mantuvieron decenas de Toyota Land Cruisers con efectos devastadores.
Hoy
Los años 2010 y 2020 son la era dorada de los técnicos, una época aún dominada por Toyota. La marca Toyota es apreciada por su robustez en el terreno más accidentado, y dos de sus modelos, el Land Cruiser y el Hilux, sirven efectivamente como equivalentes de calvario ligero de la actualidad.
Tanto el Land Cruiser como el Hilux son ideales para viajes difíciles de un día fuera de la carretera, y en servicio con grupos rebeldes que necesitan potencia de fuego móvil, pero que no pueden permitirse operar tanques o vehículos blindados. Los modelos Toyota en cuestión se benefician de tener una cadena global de suministro de piezas gracias a las ventas mundiales, un diseño simple que es fácilmente reparable con herramientas automotrices básicas, no dependen de sistemas de gestión electrónica difíciles de reparar y tienen una buena economía de combustible.
En abril, el organismo de control de los derechos humanos y el medio ambiente Global Witness publicó una serie de documentos que, según dicen, detalla cómo las Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares de Sudán consiguieron cientos de camiones 4x4 a través de concesionarios de automóviles en los Emiratos Árabes Unidos. El RSF convirtió sus camionetas Toyota compradas ilícitamente en técnicas al equipar los camiones con ametralladoras pesadas y cañones antiaéreos.
Global Witness logró obtener un comentario de Toyota que decía: "Toyota tiene una política estricta de no vender vehículos a compradores potenciales que puedan usarlos o modificarlos para actividades paramilitares o terroristas, y tienen procedimientos establecidos para evitar que sus productos se desvíen para uso militar no autorizado ". También explicaron que Toyota "cumple con las leyes de control de exportaciones y sanciones, y requiere que los concesionarios y distribuidores hagan lo mismo". Sin embargo, al comprar un camión, es poco probable que un comprador explique que la compra de su camión está destinada a convertirse en técnica.
Sin embargo, los aspectos técnicos de Toyota no se limitan solo a los grupos rebeldes. En 2016, la BBC adquirió evidencia fotográfica exclusiva de las tropas de operaciones especiales del Reino Unido que viajaban en lo que parecen ser camionetas Toyota Land Cruiser modificadas. Al igual que sus contrapartes rebeldes, estaban armados hasta los dientes, llevando al menos una ametralladora pesada M2 Browning, además de una serie de armas pequeñas y armas antitanque.
Sin duda, los técnicos armados de baja tecnología todavía están avanzando hacia la batalla, con Toyota a la cabeza.
