Colaboración de nuestro amigo Jorge Lucio:
(Defensa.com) - Bien sabido es que los medios aéreos de Argentina se encuentran en inferioridad clara con respecto a los actores regionales del momento. Las instituciones castrenses del país llevan adelante esfuerzos notorios para paliar la situación. La bomba FAS-850 “Dardo 2” es un claro ejemplo.
Vista general de la bomba “Dardo”, que potenciará los medios de combate nacionales.
Existe un programa de bombas inteligentes stand-off llevado a cabo por la Dirección General de Investigación y Desarrollo (DIGID), dependiente de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), con el objetivo de desplegar capacidades técnicas y humanas que permitan lograr el desarrollo de armamento de gran alcance, acorde con la filosofía moderna. Atendiendo especialmente a soluciones que posean un alto grado de componentes y piezas nacionales, se inició el programa Fuerza Aérea Sistemas (FAS) 850, que tuvo su punto de partida con la bomba Dardo I, que era un material lanzable stand-off asistido por un cohete que le confería un alcance de 15 km., siendo su peso de 227 kg.
Las “Dardo” han sido probadas extensamente en los A-4AR de la FAA y los “Super Etendard” de la Aviación Naval.
Con posterioridad evolucionó a la Dardo 2, que es una bomba lanzable desde el aire inteligente con sistema de alas plegables, que permitió desarrollar capacidades en numerosas disciplinas concurrentes con el diseño de equipamientos stand-off de última generación. Todo el conocimiento y la capacitación tuvo que ser planificada por mentes autóctonas, ya que era casi imposible obtener información sensible para el proyecto. Gracias a la formación y experiencia acumulada durante tantos años en el desarrollo y mantenimiento de armamento, fue y es posible trabajar en este modelo de equipos.
Los prototipos iniciales de esta bomba planeadora cuentan con una longitud de 2.630 mm. y un diámetro máximo de 400. El cuerpo se asemeja a un paralelepípedo que en su parte frontal se va ahusando, para terminar en una antena de telemetría y tubo pitot. En su interior, desde adelante hacia atrás se alojan un tanque de nitrógeno comprimido, el sistema neumático, las baterías, el transmisor de telemetría; por detrás de las alas la computadora de abordo, un secuenciador, el módulo de motores de control y un paracaídas, este último para permitir su recuperación tras las pruebas en vuelo.
Según los primeros datos públicos, el peso de este ingenio puede variar entre los 250 y los 400 kg., dependiendo de la carga útil empleada, que puede ser única, múltiple, FAE (Fuel Air Explosive) u otras. En su parte superior la bomba dispone de dos alas metálicas, que se encuentran plegadas hacia atrás sobre el cuerpo y que se extienden cuando empieza la caída libre, luego de ser lanzada. Se encuentran unidas en su raíz en una especie de placa que también dispone de dos cáncamos NATO 14”, que sirven para su fijación al soporte.
En la parte posterior del cuerpo, que en las versiones iniciales culmina en forma plana y que internamente aloja un paracaídas, se encuentran cuatro aletas que nacen en los vértices de esta suerte de paralelepípedo. Inicialmente se emplearon las aletas traseras de los misiles Rafael Shafrir II con la finalidad de aprovechar sus rolerones, pero estos no fueron efectivos, debido a que no tenían la velocidad necesaria para su correcto funcionamiento, por lo que en las versiones posteriores se modificaron.
Tecnologías y características
También en la parte trasera, pero dispuestas horizontalmente, dispone de dos aletas estabilizadoras planas de forma rectangular. En la parte superior trasera hay un pequeño carenado con su parte frontal compuesta por una sección transparente, que permite la colocación de una cámara de video. Dependiendo de la versión por delante y detrás de ese carenado posee otros dos más pequeños de forma rectangular, que son los correspondientes a las antenas de GPS (Global Positioning System) de 50 Hz. En un primer momento esta bomba solo disponía de uno de ellos, primero sobre la parte frontal superior y después reubicado en la trasera.
Gráfico de la disposición interna del ingenio.
Tras la antena que se encuentra más atrás se sitúa el sistema de apertura del paracaídas. A la izquierda de la antena delantera del GPS se inserta lo que parece ser un pin de seguridad. Ubicadas en el lateral derecho del cuerpo hay dos hendiduras que disponen de distintas entradas. En una de estas se encuentra una perilla que tiene la inscripción, apenas visible, 110 V, una entrada circular y una para USB (Universal Serial Bus). En el mismo lateral, pero más adelante, también posee un indicador con agujas que, a juzgar por la ubicación del sistema neumático, parece indicar que se trata de un manómetro. En el lateral opuesto está un indicador de ángulo de ataque.
La aeronave portadora que se encuentre configurada con este tipo de bombas puede efectuar el lanzamiento hasta los 40.000 pies (12.192 m.), con una velocidad igual o menor que 0,9 Mach y el alcance es de 60 km., con un CEP (Circular Error Probable) de 15 m. Según las previsiones preliminares en una segunda etapa, con la adición de un motor cohete se esperaba que la altura de lanzamiento se redujera a 25.000 pies (7.620 m.), contando con la capacidad de batir blancos que se encuentren en el orden de los 100-150 km. con un CEP que ronda entre los 6 ó 7 m. El sistema de guía empleado es por inercial/GPS, mientras que la designación del blanco puede ser previa o durante el vuelo.
La carga de esta bomba en el vector lanzador es posible gracias al adaptador para Dardo II-Mod.3, que básicamente consta de una pieza principal que es el cajón soldado, sobre el cual se montan los siguientes componentes: un carenado frontal en la parte superior trasera, una tapa de inspección, mientras que en la inferior trasera se sitúa el conjunto de antena de GPS. Sobre la parte superior se encuentran los conectores delantero y trasero y en la inferior las horquillas para cables armadores. Del cajón pende una unidad Alkan 165, que es donde va fijada la bomba. Este adaptador se fija a la aeronave mediante dos cáncamos NATO 14”, permitiendo la estandarización del material acorde a criterios logísticos y operativos comunes.
Con los resultados obtenidos en las pruebas con los prototipos de las primeras se evolucionó a la Dardo 2-B de configuración de guerra (carga única). Incorpora como carga el cuerpo de bomba Mk.82 o BK-BR 250, que se encuentra situado debajo de lo que parece ser un soporte confeccionado con una lámina metálica, que a su vez está unido a la placa donde se fijan las alas y los cáncamos. Externamente el cuerpo queda cubierto por un carenado plástico de sección rectangular, que en su parte inferior copia la curvatura del cuerpo de la bomba.
FAS 850 “Dardo 2C”
Caminando con la “Dardo II”
En lo que respecta a la sección de cola, se ha confeccionado también en material plástico. A diferencia de las primeras versiones, ésta termina en forma ahusada y no plana, ya que no dispone de paracaídas de recuperación. También se han integrado las aletas que nacen en los vértices, que pasaron a ser del mismo material plástico, abandonando las anteriores correspondientes a los misiles Shafrir. En lo que respecta a las dimensiones, según lo informado se conservan la longitud y diámetro máximo de la versión preliminar y lo mismo sucede con la altura, velocidad de lanzamiento y el alcance, mientras que el CEP estimado es de 15 m. En esta versión el peso es de 280 kg.
La designación del blanco puede ser tanto previo como durante el vuelo, mientras que la navegación es por inercial y GPS. En esta bomba también se ha integrado la espoleta de proximidad por efecto Doppler desarrollada en el marco del proyecto FAS 1020. Se conecta con el cuerpo de la bomba mediante un prolongador. Esta espoleta es compatible con bombas frenadas FAS 250 y lisas BK BR 50, 125 y 250 y las de la serie Mk. Para su funcionamiento emplea el principio de radio frecuencia/Doppler, permitiendo un tiempo de armado que va desde los 2 a los 12 segundos, mientras la altura nominal de explosión es de 10 m.
Las condiciones de operación permiten un lanzamiento con una velocidad mínima de 220 nudos (407,44 km/h.) y una máxima de 580 (1.074,16), variando la altura en función de la bomba empleada, que soporta un rango de temperaturas comprendido entre los -30 y los +60° C. Su confiabilidad es superior al 80 por ciento en el modo de radio frecuencia y superior al 90 con el respaldo de impacto. Esta espoleta posee un selector externo, desde donde se puede configurar el tiempo de armado en segundos, dependiendo si la bomba es lisa o frenada. También en la materia ultrasensible de espoletas la FAA ha trabajado intensamente para obtener y preparar el conocimiento sobre esta espinosa materia.
El próximo paso que la FAA planea dar es la Dardo 2-C, la versión propulsada que integrará un turbomotor íntegramente nacional, alimentado con combustible JP (Jet Propulsion) y cuenta con un sistema de control y navegación que le permite cumplir misiones típicas de un misil de crucero. Se halla en avanzado estado de desarrollo previéndose efectuar los vuelos de prueba en el segundo semestre de este año. La longitud y diámetro exterior son similares a los anteriores, al igual que la velocidad y altura de lanzamiento. Su peso es de 250 kg., mientras que el alcance se extenderá a 200 km.
Al igual que en la versión previa, la designación de blanco puede ser anterior o durante el vuelo, mientras que la navegación es inercial y por GPS, con un perfil en el aire programable que incluye navegación a baja cota con altímetro láser. Los modos de navegación hacia el blanco son de alineación, aproximación y final, incluyendo los predictivos para blancos móviles. Se prevé dotarla con un guiado terminal infrarrojo (IR), que se encuentra en desarrollo.
La carga de guerra es equivalente a la de la bomba Mk.82, aunque, por los datos que han trascendido, parece ser que no llevará el cuerpo de la misma. Estará situada en la parte frontal, extendiéndose hasta la altura de la placa que dispone de los cáncamos y alas. En este caso también se emplea una espoleta de proximidad Doppler FAS 1020, sin la necesidad de utilizar el prolongador. Detrás de este se aloja lo que parece ser el tanque que contiene el propulsante.
“Dardo II” en su pilón de lanzamiento bajo un reactor de combate de la FAA.
Aumento del potencial
En lo que respecta a la fisonomía exterior, se usa un cuerpo plástico similar al de la Dardo 2-B, que difiere tanto en la forma del cono frontal, en la parte inferior, que no copia la curvatura del cuerpo de la bomba, y tendrá una toma de aire que internamente se conecta a la parte frontal del turbomotor. En la sección de cola posee una salida circular para la tobera de esta planta propulsora. En los estudios, se evaluó el empleo de un estatorreactor, un estatocohete y un turborreactor/turbofan.
La dotación de este interesante material permitirá potenciar a los cansados aviones nacionales con un sistema de armamento aéreo de altísima eficiencia, que dotará a la FAA de una buscada capacidad, tal cual es el ataque a gran distancia a blancos rentables y muy protegidos. Las Dardo permiten que viejos reactores, como los que hoy tiene la Fuerza Aérea, operan con grandes posibilidades de éxito a distancia de seguridad y con notable contundencia.
Hasta el momento esta bomba ha sido probada desde el Mirage M-IIICJ matriculado C-717, suspendida del soporte ventral Alkan PM3. Posteriormente los ensayos continuaron en los A-4AR Fightinghawk asignados al Centro de Ensayos de Armamentos y Sistemas Operativos (CEASO). En el caso de estos últimos, la bomba se encontraba suspendida del pilón central Aero-7A de la estación 3. Los Super Etendard 3-A-207 (0757) y 3-A-209 (0759), de la Aviación Naval se trasladaron al Área de Material Río Cuarto para realizar pruebas con ellas, siendo asistidos por el CEASO. También existe evidencia fotográfica y fílmica del 3-A-213 (0763) y del 3-A-214 (0764) portando estas bombas en los soportes externos.
La fuerza naval ha expresado que requiere este tipo de material de última generación y que la dotación del mismo en la institución relanzaría el papel de los Super Etendard en el escenario regional. Hasta ahora se han llevado a cabo alrededor de 30 lanzamientos, esperando que este sistema de armas de diseño y producción nacional ingrese al inventario de la aeronáutica. La necesidad imperiosa de nuevo material lanzable para los aviadores se verá satisfecha con estos ingenios, que permitirán una cierta recuperación del poderío bélico perdido tras años de una casi nula inversión en materia defensiva. De esta manera la FAA demuestra, una vez más, que, aun en medio de estrechez presupuestaria y tiempos políticos adversos, cuenta con personal técnico preparado para los desafíos tecnológicos. Autor: Luis Piñeiro (Corresponsal de Grupo Edefa en Argentina) - Fotos: Fuerza Aérea Argentina