Por Nicolás Pizzi - Diario Clarín
La empresa naviera contratada reclama un pago extra por gastos de combustible. El barco recién ayer ingresó al puerto de Ushuaia.
Pese al escándalo público, la campaña antártica sigue a los tumbos. El barco holandés TIMCA estuvo 48 horas dando vueltas en la bahía de Ushuaia y recién ayer al mediodía ingresó al puerto, donde estará al menos otras 72 horas para cargar combustible. El motivo de esta nueva demora se debe, según pudo saber Clarín, a diferencias entre la empresa que ganó las licitaciones, Transport & Services, y el ministerio de Defensa por la inversión en combustible. En medio de fuertes presiones cruzadas, circuló el rumor, luego descartado, que podría suspenderse definitivamente el resto de la campaña.
“El dueño de la empresa (Roberto Fasce) estuvo en el ministerio con sus abogados presionando para que le paguen el combustible.
También presentó notas por los días extras”, confirmaron desde el edificio Libertador. Ocurre que la campaña arrancó el 15 de febrero y debería haber terminado el 23 de marzo, con una prórroga de diez días. A partir de ese momento, cada día genera gastos. El barco tiene un costo de US$69 mil diarios y el helicóptero otros 32 mil, lo que suma un total US$101 mil extras. “Los días que está en el puerto no se van a pagar”, venían repitiendo fuentes militares antes que estallara la pelea por el combustible.
El TIMCA regresó a Ushuaia el miércoles a media tarde. Por las disputas con Defensa, durante dos días estuvo dando vueltas en círculo, pudo constatar Clarín a través de imágenes satelitales. “Si no me pagan el combustible, el viaje no sigue”, habrían amenazado los directivos de la empresa. Defensa respondió con una amenaza de ejecutar las garantías previstas en el contrato.
Por el conflicto, Puricelli mantuvo varias reuniones en las últimas horas con su hijo, Alejandro, y Carlos Lugones Aignasse, director general del Servicio de Logística de Defensa, contaron fuentes de esa cartera, al tiempo que describieron el clima como de “ebullición”.
Además del combustible, también hubo negociaciones porque el barco no tendría autorización para operar con el helicóptero ruso Kamov, que estuvo varios días fuera de servicio.
La nueva demora se suma a los retrasos que ya viene arrastrando la actual campaña, investigada por un juez federal a raíz de la denuncia penal del diputado Manuel Garrido. Cuando termine de cargar combustible, si el clima se lo permite, el TIMCA debería ir a las bases Marambio, Esperanza, Carlini y San Martín para descargar víveres o combustible.
En tanto, el crucero ruso Polar Pioneer, que tuvo que hacer el relevo de las 17 personas destinadas a la base San Martín, recién llegaría el 16 de abril al puerto de Mar del Plata, confirmaron familiares de los efectivos y fuentes militares a Clarín. La odisea comenzó hace más de diez días. El barco hizo escalas en las bases de Polonia y Ucrania en la Antártida y luego de detenerse en Mar del Plata seguiría viaje hacia Rusia.
Los efectivos y civiles que viajan a bordo no ven la hora de bajar a tierra.